Primer vuelo del nuevo caza que Ucrania puede usar contra Rusia
La compañía aeroespacial turca Baykar ha probado con éxito el Kizilelma, su primer caza de combate autónomo que Ucrania puede comenzar a usar contra Rusia el año que viene
El Kizilelma vuela. El caza de combate a reacción supersónico, furtivo, y autónomo, diseñado para enfrentarse en combate aéreo contra cazas enemigos tripulados así como realizar ataques sobre objetivos terrestres, avanza a toda máquina. A este ritmo, podrá cumplir su calendario de despliegue operativo antes del fin de 2023. Si es así, es probable que lo veamos combatiendo a los MiGs y Sukhois rusos en los cielos ucranianos el año que viene.
Este primer vuelo es un hito fundamental en la puesta en marcha de lo que parece será un arma tan letal como barata, comparada a un caza tripulado. Selcuk Bayraktar, el fundador y jefe técnico del fabricante Baykar, declaró el éxito de la prueba en el vídeo de YouTube bajo estas líneas. Se puede ver el despegue, las vistas desde el avión y los sistemas de control en tierra.
La empresa turca es famosa por fabricar el gran terror del Ejército de tierra ruso junto con las baterías de misiles Himars: los famosos Bayraktar TB2 que han sido tan efectivos en la guerra contra los invasores de Moscú.
La primera unidad del Kizilelma —que comenzó su desarrollo hace ya casi una década— realizó sus primeras pruebas en tierra el pasado 22 de noviembre, sobre las pistas del centro de pruebas de vuelo y entrenamiento de Akinci, en el noroeste turco. En ese momento no anunciaron la fecha de este primer vuelo pero Bayraktar expresó un optimismo sobre el ritmo de desarrollo que al parecer ha resultado plenamente fundado.
Después de esta prueba, seguirá la puesta a punto, incrementando su velocidad y probando sistemas de vuelo y armas antes de que comience su fabricación en serie y despliegue final, anunciado para el año que viene.
La conexión ucraniana se fortalece
La conexión entre Baykar y el Gobierno ucraniano ya era clara antes pero ahora lo es aún más. Según Reuters, Baykar va abrir una fábrica en Ucrania, la primera fuera de territorio turco.
Los turcos utilizan ya la tecnología de propulsión a reacción desarrollada en Ucrania y además comparten una profunda aversión al Gobierno de Vladímir Putin. Según dijo el CEO de Baykar a la BBC, "nuestra amistad y cooperación con Ucrania ha continuado durante muchos años. Por lo tanto, no importa cuánto dinero se nos ofrezca, francamente (...). Todo nuestro apoyo está completamente del lado de Ucrania, porque tenemos una conexión muy fuerte, y Ucrania está experimentando ataques muy injustos, agresivos e infundados. Nada eclipsará nuestra cooperación con Ucrania, independientemente de la cantidad ofrecida, nuestra posición sobre este asunto es clara".
Kizilelma significa ‘manzana roja’ en turco, quizá por ser una fruta prohibida que hasta ahora estaba reservada a potencias de primer nivel como los Estados Unidos. Su diseño y especificaciones son impresionantes.
Según la compañía turca, el Kizilelma tiene tanta potencia de fuego como el MQ-9 Reaper de los EEUU, pero cuenta con un motor a reacción que le permite volar a casi la velocidad del sonido en su primera versión. El plan es que la siguiente actualización ofrezca capacidad supersónica. Los motores son precisamente uno de los aspectos más significativos del Kizilelma: la primera versión utiliza un motor turbofán Ivchenko-Progress AI-25TLT. Este motor ucraniano no tiene modo afterburner y no alcanza velocidad supersónica, pero la compañía turca afirma que las siguientes versiones estarán equipadas con un AI-322F que sí tiene afterburner y previsiblemente hará que este caza supere el Mach 1.
Aún sin el segundo motor, esta máquina es más rápida que el mejor y más potente de los drones actuales, el General Atomics MQ-20 Avenger de los EEUU. En su contra: no puede llevar tanto armamento como el Avenger —1.500 kilogramos de misiles y bombas contra 2.900 kilogramos— ni volar tan alto —con un techo de 12.000 metros contra los 15.240 metros del americano—. Esto no tiene importancia porque sus misiones serán diferentes. La ventaja del Kizilelma estará en su velocidad y su bajo perfil de radar (aunque no entraría dentro de la categoría de avión invisible).
Compite directamente con tecnología de los EEUU
Sin embargo, es una máquina mucho más sofisticada que el Avenger o el Predator de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. El caza turco es capaz de despegar y aterrizar de forma 100% autónoma, asegura Baykar, con la capacidad añadida de que puede despegar y aterrizar en pistas tan cortas que es apto para utilizarse desde pequeños portaaeronaves, incluso sin sistema de catapultas integrado, como el Juan Carlos I de la Marina española. La máquina, según el fabricante, también ha sido diseñada para ser furtiva, con un perfil de radar bajo y bahías de armas internas.
El Kizilelma también es un caza autónomo sorprendentemente sofisticado cuando lo comparas con máquinas norteamericanas de nueva generación como el Murciélago Fantasma —MQ-28 Ghost Bat, fabricado por Boeing—, el Kratos XQ-58 Valquiria y el Espada Oscura china —bajo estas líneas—, cuyo diseño es muy similar al caza turco.
La otra cuestión clave para los conflictos militares del futuro, donde los cazas autónomos volarán en grandes números en una guerra de desgaste donde ganará el que tenga la inteligencia artificial más avanzada y el mayor número de unidades, será el precio. Aún no se conoce, pero es previsible que sea más barato que sus rivales norteamericanos y muchísimo más barato comparado con el coste de un caza tripulado.
El Kizilelma vuela. El caza de combate a reacción supersónico, furtivo, y autónomo, diseñado para enfrentarse en combate aéreo contra cazas enemigos tripulados así como realizar ataques sobre objetivos terrestres, avanza a toda máquina. A este ritmo, podrá cumplir su calendario de despliegue operativo antes del fin de 2023. Si es así, es probable que lo veamos combatiendo a los MiGs y Sukhois rusos en los cielos ucranianos el año que viene.