Programan organismos para que se suiciden al recibir la orden
El nuevo descubrimiento permite programar la destrucción de los organismos modificados genéticamente una vez hayan terminado su trabajo y evitar así que muten y se propaguen sin control
Investigadores de la Universidad de Washington en Saint Louis, Estados Unidos, han desarrollado un mecanismo para hacer que los organismos genéticamente modificados se autodestruyan una vez terminada su función y antes de que empiecen a causar problemas. Este descubrimiento permitirá evitar que este tipo de microbios muten, se descontrolen y puedan acabar escapando a la naturaleza.
El diseño de microorganismos modificados genéticamente nos puede abrir la puerta a nuevos tratamientos para enfermedades como el cáncer, el rejuvenecimiento de nuestras células o, como propone Tae Seok Moon, profesor asociado de Energía, Medio Ambiente e Ingeniería Química en la Universidad de Washington en St. Louis, para solucionar problemas graves para el planeta como eliminar el plástico de nuestro medioambiente.
Moon es el investigador principal de un nuevo descubrimiento que puede hacer que mucha gente pierda el miedo a que este tipo de microorganismos puedan acabar mutando en otros más peligrosos. Junto a su equipo, ha desarrollado un nuevo mecanismo que se introduce dentro de cualquier organismo modificado genéticamente y provoca su autodestrucción.
El problema de estos mecanismos de autodestrucción
No es la primera vez que se crea uno de estos interruptores genéticos. Anteriormente, otros investigadores lo habían conseguido con un éxito relativo. El problema es que algunos de ellos no llegan a habilitarse a tiempo para destruir los microorganismos, mientras que, en otros casos, los microbios han mutado con demasiada rapidez y han encontrado la manera de eludir este mecanismo de destrucción.
Ese sería el caso, por ejemplo, de los microbios ‘comeplásticos’ con los que trabaja Moon. "No sabemos cuántos días necesitamos para mantener estables estos microbios hasta que terminen de limpiar nuestro entorno. Pueden ser unos días o unas semanas", dice Moon, "porque tenemos muchos residuos".
Sin embargo, el nuevo interruptor ha funcionado perfectamente. Según cuentan los investigadores en un artículo publicado recientemente en la revista 'Nature Communications', el equipo introdujo hasta cuatro mecanismos de autodestrucción diferentes en el ADN microbiano.
Durante la investigación, el equipo hizo pruebas con estos microbios a diario y observaron que, de mil millones, tan solo sobrevivió uno o ninguno. Además, según cuentan en su estudio, el mecanismo siguió funcionando perfectamente hasta 28 días más tarde.
Un botón del pánico por si algo sale mal
Los investigadores también probaron este sistema en organismos más grandes. Tras los test en ratones, el equipo está ahora explorando emplearlo para otros microbios. Por ahora, planean usarlo en microorganismos de la tierra que ayuden a matar los patógenos que afectan a las cosechas o en la flora bacteriana humana para ayudar a tratar diversas enfermedades.
Otra de las aplicaciones prácticas de este descubrimiento es menos tangible, pero, según los investigadores, servirá para perderle el miedo al empleo de la manipulación genética. Algo que según Moon es importante para que este campo siga avanzando. El objetivo final, dice el investigador, es conseguir que los microbios hagan lo que están programados para hacer y luego desaparezcan.
Para Moon, este tipo de organismos modificados son idóneos para resolver muchos de los problemas que tenemos en el planeta, pero para eso hay que programarlos correctamente. "Las bacterias pueden parecer tontas, pero también pueden ser muy inteligentes si las enseñemos bien".
Investigadores de la Universidad de Washington en Saint Louis, Estados Unidos, han desarrollado un mecanismo para hacer que los organismos genéticamente modificados se autodestruyan una vez terminada su función y antes de que empiecen a causar problemas. Este descubrimiento permitirá evitar que este tipo de microbios muten, se descontrolen y puedan acabar escapando a la naturaleza.