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El compuesto químico que hace que un impacto de meteorito acabe en extinción
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No solo importa el tamaño

El compuesto químico que hace que un impacto de meteorito acabe en extinción

Investigadores españoles y británicos han descubierto que lo que hace que un meteorito provoque un evento de extinción no es su tamaño o composición, sino el tipo de material contra el que choca

Foto: Ilustración de un asteroide camino a la tierra (NASA)
Ilustración de un asteroide camino a la tierra (NASA)

Un equipo de investigadores del Instituto Tecnológico y de Energías Renovables de Tenerife y de la Universidad de Liverpool ha descubierto que los meteoritos que han causado episodios de extinción masiva, independientemente de su tamaño, han chocado contra rocas ricas en feldespato potásico. Cuando este mineral, muy común en la Tierra, sale despedido por el impacto provoca cambios en la atmósfera que afectan gravemente a los seres vivos.

Foto: Jim Green está convencido de que Venus y Marte pueden ser habitables. (Getty/NASA/Bill Ingalls)

Los cuerpos celestes han estado impactando contra la Tierra desde su formación. La mayoría de estas rocas espaciales se destruyen al entrar en la atmósfera, pero algunas más grandes y resistentes sortean esa barrera natural y acaban impactando sobre la superficie de nuestro planeta con resultados diferentes. Aunque como nos recuerda de manera tragicómica la película ‘Don’t Look Up’, estrenada recientemente en Netflix, es cuestión de tiempo que una de estas enormes rocas choque contra nosotros provocando un nuevo evento masivo de extinción que nos borre del mapa.

Esperemos que esto no suceda hasta dentro de miles de años o, por lo menos, hasta que tengamos una tecnología lo suficientemente avanzada que lo pueda evitar. Según la NASA por ahora no hay ninguno de estos objetos a la vista y no es probable que haya un choque con la Tierra en los próximos cientos de años. Mientras tanto los investigadores siguen trabajando para entender qué es lo que hace que un meteorito sea letal.

placeholder El meteorito Chelyabinsk explotó en el espacio aéreo ruso en 2013. (Sandia National Laboratories)
El meteorito Chelyabinsk explotó en el espacio aéreo ruso en 2013. (Sandia National Laboratories)

"Durante décadas los científicos se han preguntado por qué algunos meteoritos causan extinciones masivas y otros, incluso los más grandes, no”, afirma el Dr. Chris Stevenson, de la Escuela de Ciencias de la Tierra, el Océano y la Ecología de la Universidad de Liverpool y coautor del estudio. "Es sorprendente cuando vemos los datos, la vida siguió con normalidad durante el cuarto impacto más grande, con un diámetro de cráter de aproximadamente 48 km, mientras que un impacto de la mitad de tamaño se asoció con una extinción masiva hace sólo 5 millones de años”.

La letalidad no es cuestión de tamaño

Para intentar comprender por qué sucede esto, el equipo de investigadores se puso a analizar 44 impactos de meteoritos que han sucedido en los últimos 600 millones de años. Y para ello emplearon un método que no se había utilizado hasta ahora: estudiar el contenido mineral del polvo expulsado a la atmósfera tras los impactos.

En sus investigaciones, publicadas en el Journal of the Geological Society of London, descubrieron que, independientemente de su tamaño, todos los meteoritos que han provocado eventos de extinción masivos han impactado contra rocas ricas en feldespato potásico.

Aunque el feldespato potásico no es un material tóxico, los investigadores sostienen en su estudio que es un potente aerosol mineral que afecta fuertemente a la dinámica de las nubes. Su presencia hace que estas permitan el paso de más radiación solar, lo que acaba provocando un rápido calentamiento del planeta. Además, aseguran, la atmósfera se vuelve más sensible por las emisiones de gases de efecto invernadero, como ocurre con las grandes erupciones volcánicas.

"Se han propuesto muchos mecanismos de extinción, como las grandes erupciones volcánicas, pero al igual que los meteoritos, éstos no siempre se correlacionan con las extinciones masivas”, asegura Stevenson. "Utilizando este nuevo método para evaluar el contenido mineral de los mantos de eyección de los meteoritos, demostramos que cada vez que un meteorito, grande o pequeño, choca con rocas ricas en feldespato potásico se correlaciona con un evento de extinción masiva”.

Sin defensa contra los meteoritos

Este nuevo descubrimiento deja todavía más patente la necesidad de herramientas que prevengan este tipo de desastres. La NASA ha admitido recientemente en un informe que con la tecnología actual es imposible evitar el impacto de un meteorito aunque tuviéramos 6 meses para prepararnos, hacen falta cohetes más potentes. Además, en ese mismo documento también advierte que es necesario implementar herramientas de prevención para un evento de este tipo.

placeholder DART a la caza del asteroide (NASA)
DART a la caza del asteroide (NASA)

Hace poco se puso en marcha la misión DART, que busca comprobar qué sucede si intentamos desviar el curso de uno de estos objetos espaciales que se dirigen a la Tierra. La idea es cambiar la velocidad del asteroide Dimorphos unos pocos centímetros por segundo para saber con qué antelación y con cuánta fuerza deberemos impactar con un meteorito para evitar el desastre.

Pero con eso solo no basta, además tenemos que ser capaces de detectarlos con tiempo suficiente como para que podamos envíar una misión semejante a la DART que lo pueda desviar de su trayectoria. Hoy en día ya tenemos sistemas de detección en marcha, pero todavía no son tan precisos como para estar del todo tranquilos.

"Aunque actualmente no se conoce ningún asteroide que esté en curso de impacto con la Tierra, sabemos que hay una gran población de asteroides cercanos a la Tierra ahí fuera", explica Lindley Johnson, responsable de Defensa Planetaria de la NASA. "La clave de la defensa planetaria es encontrarlos mucho antes de que sean una amenaza de impacto".

Esperemos que esos avances tecnológicos lleguen antes de que detectemos el siguiente meteorito asesino. Y aunque lo hicieran, habría que ver cómo reacciona la humanidad. No sería de extrañar que entraramos en una nueva espiral de división política y de fanatismo populista como la que se cuenta en ‘Don’t Look Up’, o la que ha suscitado la pandemia en muchas partes del mundo. Una ceguera irracional que se pone de espaldas a los datos científicos y que nos impediría ver la gran roca espacial que va a acabar con nuestra especie aunque la tengamos delante de las narices. Y es que, como dice el conocido astrofísico estadounidense Neil Degrasse Tyson, ‘Don’t Look Up’ más que ficción parece un documental.

Un equipo de investigadores del Instituto Tecnológico y de Energías Renovables de Tenerife y de la Universidad de Liverpool ha descubierto que los meteoritos que han causado episodios de extinción masiva, independientemente de su tamaño, han chocado contra rocas ricas en feldespato potásico. Cuando este mineral, muy común en la Tierra, sale despedido por el impacto provoca cambios en la atmósfera que afectan gravemente a los seres vivos.

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