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Este profesor de Harvard dice saber cómo se frena la vejez. Ahora le acusan de engaño
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¿CIENCIA O NEGOCIO?

Este profesor de Harvard dice saber cómo se frena la vejez. Ahora le acusan de engaño

David Sinclair, gurú de los estudios sobre longevidad, lleva años realizando afirmaciones controvertidas, pero esta vez parece haber ido demasiado lejos y sus colegas han perdido la paciencia

Foto: El profesor David Sinclair durante una charla el pasado año en Nueva York. (Getty Images/ Jemal Countess)
El profesor David Sinclair durante una charla el pasado año en Nueva York. (Getty Images/ Jemal Countess)
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Desde que el ser humano es consciente de que la vida es efímera, no ha dejado de buscar remedios que puedan prolongarla. La respuesta ha estado en las religiones, que ofrecen segundas vidas, o en las expediciones que trataban de hallar la fuente de la eterna juventud. ¿Le estamos pidiendo ahora lo mismo a la ciencia? Algunos gurús, como José Luis Cordeiro, siguen vendiendo la criogenización y generando negocio congelando cadáveres, a pesar de que esa vía sigue siendo más ficción que realidad científica. Sin embargo, hay otras aproximaciones que, al menos en apariencia, prometen ser mucho más rigurosas.

Uno de los investigadores más reputados en el estudio del envejecimiento y en cómo tratar de evitarlo es David Sinclair, profesor de genética en la Escuela de Medicina de Harvard (EEUU). A la vez que publica artículos sobre las bases moleculares de la longevidad en las revistas científicas más prestigiosas, ha ganado mucho protagonismo en la esfera pública, especialmente tras la aparición en 2019 de su libro Lifespan: Why We Age―and Why We Don't Have To (publicado en español con el título Alarga tu esperanza de vida: Cómo la ciencia nos ayuda a controlar, frenar y revertir el proceso de envejecimiento). Su presencia en redes sociales y medios de comunicación le ha convertido en un auténtico influencer en su campo, aunque más de un colega le mire de reojo por sus atrevidas afirmaciones. Sin embargo, la gota que ha colmado el vaso de la paciencia de otros expertos ha sido su polémica más reciente.

Foto: (Freepik)

Sinclair, nacido en Australia, es cofundador de varias empresas relacionadas con productos que, supuestamente, tienen propiedades para frenar el envejecimiento. Una de ellas es Animal Bioscience, cuyo CEO es su hermano, Nick Sinclair. Esta compañía comunicó hace dos meses que había desarrollado un suplemento para perros que rejuvenecía a estos animales. La afirmación se basaba en un estudio realizado con 70 mascotas: los que habían tomado el compuesto mostraban notables mejoras cognitivas, según los autores.

Aunque el trabajo aún es un preprint en proceso de revisión por pares y, por lo tanto, todavía no ha sido publicado por los canales científicos habituales, los resultados fueron difundidos a bombo y platillo en un comunicado, incluyendo palabras del profesor de Harvard que decían, literalmente, que ese producto había demostrado que es posible “revertir el envejecimiento en perros".

Rechazo generalizado de sus colegas

Desde entonces, miembros de la Academy for Health and Lifespan Research, organización que aglutina a investigadores del campo de la longevidad y que estaba presidida por el propio Sinclair, han abandonado esta entidad indignados por unas declaraciones que, a su juicio, carecían de rigor científico y solo buscaban un beneficio económico. El investigador de Harvard adujo que la nota de prensa no había recogido sus palabras de forma literal, pero finalmente presentó su dimisión. Otros científicos de EEUU se han pronunciado en la misma línea. Uno de los más duros, Arlan Richardson, bioquímico de la Universidad de Oklahoma, ha llegado a afirmar que Sinclair se aprovecha de “personas vulnerables” que quieren lo mejor para sus perros.

No obstante, lo más llamativo es que incluso uno de los responsables de su empresa, Matt Kaeberlein, tras ver las declaraciones de Sinclair, no solo presentó su renuncia, sino que aseguró que las afirmaciones que había difundido la compañía eran deshonestas.

“No se ha probado que este suplemento revierta el envejecimiento en perros. Eso es una mentira”, afirmó en la red social X. Tras décadas colaborando con el prestigioso investigador de Harvard, este científico de la longevidad ha alertado incluso de los efectos secundarios del producto observados en ensayos anteriores con roedores, a los que causaba daño renal, y asegura que él no se lo daría a su perro hasta que se resuelva esa cuestión. Incluso escribió un correo electrónico dirigido a otros colegas para aclarar su posición: "Engañar a la gente haciéndoles creer que estas cosas revertirán el envejecimiento de sus mascotas es un comportamiento repugnante", aseguraba.

Guillermo López Lluch, catedrático de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla e investigador del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo (CABD) y colaborador de Sinclair en el pasado, coincide con las críticas. En el estudio de los perros, “la diferencia entre los que toman placebo y los que reciben el compuesto es nula, biológicamente irrelevante”, explica en conversación con El Confidencial. En opinión de este biólogo experto en envejecimiento, este trabajo en concreto “no tiene ningún sentido”, y las afirmaciones de la empresa van en la línea habitual del profesor de Harvard, que hace una venta “excesiva” de sus resultados.

En 2006, López Lluch firmó un artículo en la revista Nature junto a Sinclair y otros muchos coautores de varios países que tuvo un enorme impacto: hablaba del resveratrol, una sustancia presente en las uvas, destacando sus propiedades contra el envejecimiento. Aquel trabajo ayudó a apuntalar el mito del vino tinto como bebida saludable, algo que hoy está desmentido, especialmente, porque el consumo de alcohol se considera perjudicial incluso en cantidades muy pequeñas. “Es un compuesto muy interesante, sobre todo como antiinflamatorio, pero luego se ha visto que no era para tanto, hoy en día no se puede considerar antienvejecimiento”, comenta.

placeholder El resveratrol ha dado lugar a diversos productos. (EFE)
El resveratrol ha dado lugar a diversos productos. (EFE)

De la ciencia a los negocios

Sin embargo, el profesor de Harvard siguió esa línea de investigación de forma entusiasta. Además de promocionar las ventajas del resveratrol a través de su bestseller, donde asegura que él lo toma a diario, ha trabajado con otras sustancias que, según afirma, son aún mejores, como las sirtuinas.

“Son unas enzimas que regulan la actividad de otras proteínas” y el resultado es que “apagan y encienden genes”, es decir, hacen que estén disponibles. Por lo tanto, tienen mucho que ver con el envejecimiento y el metabolismo de las células en general. El laboratorio de Sinclair se ha centrado en una molécula que regula las sirtuinas, el factor NAD, presente en el suplemento del estudio de los perros y en muchas otras de sus investigaciones en los últimos años. “Cuando hay mucho NAD estas enzimas se activan y hacen que las células tengan energía”, comenta el experto del CABD.

Según explica, “Sinclair cogió ese hilo y está vendiendo que es necesario controlar los niveles de NAD" (o de otras sustancias relacionadas, como el NMN). Sin embargo, "muchos no nos creemos este enfoque, porque las células tienen ese componente en abundancia e influyen muchos otros factores”, señala el científico español. Su colega australiano defiende que el envejecimiento no es más que una enfermedad más, que se puede tratar, así que en los últimos años ha solicitado unas 50 patentes y es cofundador de varias empresas. Entre ellas está Life Biosciences, que se hizo famosa el año pasado por una terapia génica que restauraba la visión en monos; o Tally Health, que calcula tu edad biológica (en teoría, diferente de la cronológica) y vende un suplemento que contiene resveratrol.

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EL profesor David Sinclair con su equipo. (Universidad de Harvard)

Al margen de este caso concreto, la cuestión de fondo es si realmente el envejecimiento es un problema reversible. López Lluch no lo ve factible, porque “no hay un punto concreto que, al modificarlo, todo lo que está desajustado se vuelva a equilibrar en las células”. Además, aunque lo hubiera, tampoco parece que se pudieran obtener resultados con una molécula determinada. Por ejemplo, "en nuestro estudio, el resveratrol funcionó en una situación extrema, que eran animales obesos, sometidos a una dieta rica en grasas; pero si quisiéramos aplicarlo en humanos, necesitaríamos cantidades muy altas”, advierte.

Según explica, podría tener efectos secundarios y sus propiedades son muy discutibles más allá de las antiinflamatorias. Algo parecido sucede con otro compuesto que está en boga, la metformina, que controla la glucosa. “Es muy útil en personas diabéticas, que tienen un problema de desequilibrio metabólico”, comenta el experto. En ese sentido, “solo funcionaría como sustancia antienvejecimiento en personas que tienen un problema, en personas sanas dudo que sea útil, porque no existe un desequilibrio sobre el que pueda actuar”.

Foto: El bioquímico Juan Carlos Izpisúa Belmonte. (EFE/Ramón de la Rocha)

Otro enfoque para revertir el envejecimiento es la reprogramación celular, impulsada por el premio Nobel japonés Shinya Yamanaka, que en 2006 consiguió reprogramar una célula adulta para hacerla regresar al estado de pluripotencia que puede dar lugar a cualquier tipo de célula, como las de un embrión. Esa posibilidad ha impulsado inversiones multimillonarias como la de Alto Labs, compañía de Jeff Bezos que ha fichado a científicos relevantes como los españoles Juan Carlos Izpisúa y Manuel Serrano.

Sin embargo, algunos investigadores advierten de que “rejuvenecer” una célula en concreto no tiene nada que ver con afrontar un reto tan complejo como el envejecimiento. “Es un proceso en el que el desequilibrio va aumentando paulatinamente. Vamos acumulando desajustes y daños en distintos sitios hasta que, en un determinado momento, un órgano importante falla”, explica el científico del CABD. En su opinión, en lugar de sustancias mágicas, solo existe una receta para aumentar la longevidad: “Buena comida, actividad física y vida social”.

Desde que el ser humano es consciente de que la vida es efímera, no ha dejado de buscar remedios que puedan prolongarla. La respuesta ha estado en las religiones, que ofrecen segundas vidas, o en las expediciones que trataban de hallar la fuente de la eterna juventud. ¿Le estamos pidiendo ahora lo mismo a la ciencia? Algunos gurús, como José Luis Cordeiro, siguen vendiendo la criogenización y generando negocio congelando cadáveres, a pesar de que esa vía sigue siendo más ficción que realidad científica. Sin embargo, hay otras aproximaciones que, al menos en apariencia, prometen ser mucho más rigurosas.

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