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No, la Aemet no falló: por qué predecir la DANA en Madrid capital era tan complejo
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TORMENTA... POLÍTICA

No, la Aemet no falló: por qué predecir la DANA en Madrid capital era tan complejo

El modelo se desvió un 0,1%, pero a escala humana supone muchos kilómetros. La probabilidad de un evento catastrófico en la ciudad era baja, pero suficiente para alertar como se hizo

Foto: Problemas en Madrid por las lluvias de la noche. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)
Problemas en Madrid por las lluvias de la noche. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

Alerta roja en toda la Comunidad de Madrid y gran parte de Toledo. El domingo se esperaban precipitaciones de hasta 120 litros por metro cuadrado en 12 horas a partir de mediodía. El alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, pedía a los madrileños que se quedaran en casa y los ciudadanos recibían una insólita alarma en sus móviles, con un fuerte pitido y vibración. Nunca una depresión aislada en niveles altos (DANA) había causado tanta preocupación en el centro de la península. Para colmo, estábamos en plena operación retorno. El caos estaba servido.

Sin embargo, a media tarde ya había dejado de llover en la ciudad de Madrid y no parecía que situación fuese tan apocalíptica. La alerta roja se desactivó en gran parte de la Comunidad de Madrid sin que se hubieran registrado incidentes graves. El viento del sur desplazaba la DANA y la peor parte, ya entrada la noche, se la llevaban las provincias de Ávila y, sobre todo, Toledo, con dos muertos; aunque finalmente de madrugada también cayó una fuerte descarga en la capital, cuando ya parecía haber pasado lo peor.

Foto: Protección Civil alerta a los ciudadanos a través de sus dispositivos móviles. (EFE)

En cualquier caso, el vaivén en las previsiones y las alertas ha desatado las críticas a la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). "Si un organismo público alerta de peligro extremo debe estar muy seguro, porque eso tiene consecuencias sociales y económicas", afirmó el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno. La propia Aemet ya le ha respondido, asegurando que siempre trabaja “con rigor y con un alto nivel de responsabilidad”. Según explica la agencia estatal, “ayer fue un día muy complicado para muchas personas y para los servicios públicos, cuyo fin es la salvaguarda de vidas y bienes. La prevención es fundamental para este objetivo”. Así pasamos de la información meteorológica al debate político. ¿Están justificadas las críticas? ¿Se pasaron de alarmistas los meteorólogos? ¿En qué fallaron? Veamos qué ha pasado en realidad.

"Los modelos de predicción del tiempo elaborados el sábado indicaban para el domingo una situación de precipitaciones estacionarias y sostenidas sobre la Comunidad de Madrid durante las horas diurnas del domingo", explica a El Confidencial José Luis Camacho, portavoz de la Aemet. La probabilidad de que se cumpliera era de un 70%, aunque "otros escenarios posibles mostraban un cierto movimiento". En muchas zonas de la sierra, el área metropolitana y en las vegas del sur se esperaban alrededor de 100 litros por metro cuadrado y, de hecho, tanto en el sur de Madrid como en la Mancha Toledana "el episodio comenzó según ese guion previsto".

Sin embargo, a primeras horas de la tarde "se observó que el sistema se movía ligeramente al oeste", dejando de estar centrado en la capital. Así, Toledo, el valle del Alberche y Ávila pasaron a ser las zonas más afectadas, incluyendo el rincón suroeste de Madrid. Eso hizo modificar los avisos, bajando a naranja la sierra y la zona metropolitana, y subiendo a ese nivel de alerta las zonas aledañas a esa esquina de la Comunidad que quedó en rojo. "El desvío relativamente pequeño de la posición del tren de precipitación era difícil de prever", asegura Camacho.

placeholder Daños de las lluvias en Toledo. (EFE)
Daños de las lluvias en Toledo. (EFE)

“Dentro de las situaciones imprevisibles, las DANA están casi en el número uno. Sabemos que viene una, pero es más difícil afinar, sobre todo si hablamos de sus efectos a nivel local”, explica Benito Fuentes, otro meteorólogo. ¿Cuánto ha fallado en realidad? Este experto ha realizado un cálculo sobre lo ocurrido esta vez. “Es cierto que en Madrid capital se quedó en nada, pero, si te vas 30 kilómetros al oeste o te acercas a Toledo, lo que cayó sí que fue, casi, de aviso rojo. Si tenemos en cuenta que estamos simulando la atmósfera entera, esa desviación de las precipitaciones intensas supone una equivocación del 0,1%”, explica.

¿Qué es eso de los modelos?

La previsión del tiempo se basa en los modelos numéricos. “Teniendo en cuenta las condiciones actuales, en cada punto de la atmósfera se aplican una serie de ecuaciones para anticipar lo que va a pasar más tarde: dentro de una hora, en tres días o en una semana”, comenta Fuentes. El problema es que la atmósfera puede tener infinitos puntos, así que los meteorólogos la dividen en una rejilla y realizan los cálculos en cada uno de los cuadrados para anticipar la evolución atmosférica. Al hacer esta selección, “pierdes información de lo que pasa en medio y, a veces, puede ser muy relevante”. Cuanta más resolución, el resultado será más fino, pero “es imposible simular la realidad al 100%”.

placeholder Lluvias que deja la DANA. (EFE)
Lluvias que deja la DANA. (EFE)

En definitiva, el modelo ofrece los números para una serie de valores, como el viento, la humedad relativa, la precipitación o la temperatura. Esos datos ya pueden suponer, directamente, una previsión. Sin embargo, los meteorólogos suelen traducir esa información, confeccionando índices más comprensibles de lo que va a suceder: por ejemplo, cuántos litros por metro cuadrado caerán en una localidad y en cuánto tiempo. Así es como se elaboran los mapas que estamos acostumbrados a ver en los medios de comunicación.

Aemet utiliza principalmente el modelo HARMONIE-AROME, que simula una región de la atmósfera centrada en la península ibérica, de manera que tiene una gran resolución. La agencia también echa mano del CEPPM, del Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Plazo Medio, que es global, ofreciendo datos de toda la atmósfera del planeta. En realidad, existen muchos modelos numéricos y los servicios meteorológicos más potentes tienen uno propio. A priori, ninguno es mejor que otro, pero los que abarcan una zona más concreta deberían realizar mejores simulaciones de algunos fenómenos locales, como las tormentas. Este domingo, cada sistema mostró algunas diferencias. Por ejemplo, el modelo GFS de EEUU anticipó antes lo que en realidad iba a suceder sobre Madrid.

placeholder Daños de la DANA en Toledo. (EFE)
Daños de la DANA en Toledo. (EFE)

Aun así, existe una previsión más inmediata, que aumenta la precisión a muy corto plazo. Es el llamado nowcasting, que funciona con otro tipo de tecnología, como los radares meteorológicos. “Estás observando lo que sucede en la atmósfera en tiempo real y, a partir de ahí, tratas de adelantarte a lo que pueda suceder de aquí a un par de horas”, comenta Fuentes. “Si ves una línea de tormentas que se están dirigiendo a Barcelona, junto con el satélite y las predicciones del modelo y otras observaciones, puedes inferir si se va a debilitar, a intensificar o si va a pasar cerca o lejos de la ciudad”, añade. En este caso, "gracias al nowcasting se modificaron las alertas en la Comunidad de Madrid y las dos Castillas para adecuarnos a la evolución de la situación", apunta Camacho.

El problema de las alertas

Y de la previsión a la alerta roja. La Aemet lanza este aviso cuando “el peligro es extraordinario”, de manera que “los bienes y la población vulnerables o en zonas expuestas podrían sufrir impactos muy graves o catastróficos”, según explica la agencia en sus protocolos. Esta situación deriva en una serie de recomendaciones que incluyen no viajar salvo que sea estrictamente necesario y mantenerse informados de los pronósticos del tiempo que se vayan actualizando.

No obstante, el problema de este código de colores de las alertas (amarilla, naranja o roja) es que es una simplificación de la información que realmente tienen los meteorólogos. “Son eventos que tienen mucho impacto y baja probabilidad”, apunta Fuentes. En el caso de esta DANA, las probabilidades de que realmente descargase 120 litros por metro cuadrado en la ciudad de Madrid “estaban en torno a un 20%, analizando todos los modelos”. Sin embargo, al tratarse de una posibilidad tan grave, susceptible de provocar cuantiosos daños personales y materiales y de generar un gran caos, se entiende que es necesario lanzar el aviso.

placeholder Alerta en Toledo. (EFE)
Alerta en Toledo. (EFE)

¿Habría que incluir, junto con la alerta roja, el dato de que la probabilidad de que se cumpla es baja o sería una información que provocaría mayor confusión entre los ciudadanos? ¿Es mejor pasarse que no llegar? Un debate interesante para las autoridades. “Por muy baja que sea esa probabilidad, estás rebasando el límite en el que tienes que lanzar un aviso”, opina el meteorólogo a título personal. En cualquier caso, “hay que evitar las falsas alarmas, como podríamos decir que ocurrió ayer”, reconoce, “pero también hay que evitar todo lo contrario”. En ese sentido, “intentamos minimizar los dos tipos de fallos, pero, si hay que elegir, yo prefiero quedarme con alertar demasiado y que luego no pase nada”. El problema es que, si esto fuera habitual, también se podría generar el efecto de Pedro y el lobo. Es decir, que la población puede bajar la guardia si tiene la experiencia de que la previsión ha fallado en otras ocasiones.

Por eso, lanzar una alerta local en fenómenos tan erráticos como las DANA resulta tan controvertido. “Es como moverse al borde de un precipicio, un solo paso marca la diferencia entre irte hacia abajo o no”, comenta Fuentes. “Lo que nos ha pasado esta vez es eso, los modelos pueden equivocarse en kilómetros y, cuando el fenómeno no tiene mucho impacto, pasa desapercibido; pero esta vez sí lo tenía”, comenta. Así que también hay un componente de subjetividad en las críticas. “Si pones un aviso rojo en Teruel y fallas, nadie echa cuentas, pero en Madrid todo el mundo está pendiente”, lamenta.

Lo cierto es que la previsión meteorológica avanza a pasos agigantados, pero, “cuanto más tratas de afinar, más vas a fallar”. También hay que tener en cuenta que el cambio climático parace conducirnos hacia fenómenos cada vez más extremos, de manera que todo se podría complicar. Aun así, "los modelos funcionan cada vez mejor", asegura Camacho, quien confía en que la tecnología ayudará a mejorar las previsiones a pesar de la complicación que presentan estos episodios. "Los retos son cada vez mayores, pero seamos positivos y optimistas", recomienda el portavoz de la Aemet.

Alerta roja en toda la Comunidad de Madrid y gran parte de Toledo. El domingo se esperaban precipitaciones de hasta 120 litros por metro cuadrado en 12 horas a partir de mediodía. El alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, pedía a los madrileños que se quedaran en casa y los ciudadanos recibían una insólita alarma en sus móviles, con un fuerte pitido y vibración. Nunca una depresión aislada en niveles altos (DANA) había causado tanta preocupación en el centro de la península. Para colmo, estábamos en plena operación retorno. El caos estaba servido.

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