Resonancia Schumann y su efecto en la salud: ¿qué hay de cierto sobre este fenómeno atmosférico?

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​En las últimas semanas, un fenómeno atmosférico poco conocido ha aumentado su actividad. Se trata de la resonancia Schumann, también llamada el latido de la Tierra, que, como explican los expertos de la NASA, se produce cuando se concentran una gran cantidad de tormentas eléctricas en nuestro planeta.

Se han llegado a contabilizar más de 2.000 tormentas eléctricas simultáneamente, provocando más de 50 rayos por segundo. Cada rayo genera sus propias ondas electromagnéticas, que quedan encapsuladas a unos 60 kilómetros de altitud, entre la superficie terrestre y la ionosfera. Algunas de estas ondas, compartiendo longitud de onda con otras, se combinan y generan ese curioso latido atmosférico, la resonancia de Schumann.

Parece ser que otros planetas con atmósferas parecidas a la Tierra también presentan concentraciones de tormentas eléctricas que dan lugar a este curioso fenómeno. Existe la posibilidad de que estas señales electromagnéticas escapen al espacio exterior, pudiendo ser escuchadas por nuestros satélites. Estas ondas se bautizaron así en honor al matemático Winfried Otto Schumann, que en 1952 predijo este fenómeno.

¿Cómo nos afecta la resonancia Schumann?

Aunque a simple vista se trata de una rareza atmosférica, muchos son los que piensan que la resonancia de Schumann puede afectar a nuestra salud. Se afirma que estas vibraciones podrían provocar sueños vívidos o pesadillas, malestar físico o la sensación de que el tiempo va mucho más lento o rápido. Por su parte, los más místicos creen que la resonancia Schumann es el preludio a un despertar espiritual global.

Habitualmente, estas ondas electromagnéticas viajan en frecuencias de alrededor de 7,83 hercios. Sin embargo, a finales de la década del 2000, se comenzó a difundir que esta frecuencia había aumentado a los 12 hercios, provocando que los días fuesen más cortos, de 16 horas y no de 24 horas. Esta información no tenía una base científica y se catalogó como bulo.

Con los datos en la mano, la ciencia lo tiene claro y afirma que la resonancia Schumann no tiene ningún impacto en la salud de los humanos. Estas frecuencias no son lo suficientemente enérgicas para incidir en las estructuras de moléculas y átomos, por lo que no son capaces de modificar o perjudicar nuestra salud.