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Encuentran formas de vida que despiertan tras más de 40.000 años congeladas
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TAMBIÉN BACTERIAS CON UN MILLÓN DE AÑOS

Encuentran formas de vida que despiertan tras más de 40.000 años congeladas

Han permanecido por debajo del permafrost, la capa de suelo permanentemente congelado que hay en los lugares más fríos de la Tierra y que el cambio climático está calentando

Foto: El musgo 'despertado' tras cientos de años congelado por el permafrost (Foto: P. Boelen/BAS)
El musgo 'despertado' tras cientos de años congelado por el permafrost (Foto: P. Boelen/BAS)

Catherine La Farge es una bióloga que lleva años investigando la evolución de musgos. Sus estudios la llevaron a la isla de Ellesmere, cerca del Océano Ártico, congelada en una buena parte de su extensión desde hace más de tres siglos por culpa del glaciar Teardrop. Sin embargo, el cambio climático ha hecho que ese la capa de hielo que había en la isla vaya desapareciendo, dejando expuestas formas de vida que pueden tener milenios de antigüedad.

Su objetivo, cuando en 2009 recorría los márgenes del glaciar, era llegar a documentar la vegetación que formó la base del ecosistema de la isla, pero encontró trozos de musgo centenarios: "El material siempre había sido considerado muerto. Pero al ver un tejido verde, pensé: 'Bueno, eso es bastante inusual'". Así que se llevó decenas de muestras a su laboratorio de Edmonton y casi un tercio de ellas tienen hojas y nuevos brotes.

Foto: La cabeza del lobo de 40.000 años, mientras es analizada por los científicos (Foto: YouTube)

Sobrevivir en estado de congelación sólida no es sencillo ya que los cristales de hielo pueden destruir tanto las membranas celulares como otras partes vitales de la maquinaria biológica. Por eso, cuando las muestras de musgo recogidas mostraron pocos efectos nocivos de su congelación, La Farge y su equipo se mostraron “impresionados”. No era para menos.

Musgo de 1.500 años

Los musgos son más propensos que otras plantas a sobrevivir a la congelación debido a que se desecan cuando las temperaturas descienden para evitar el riesgo de que se forme hielo en sus tejidos. Y si alguna parte de la planta sufre daños, hay células que pueden dividirse y ayudar en su regeneración como si fueran células madre en los humanos. Así, otro equipo liderado por Peter Convey, ecologista e investigador del British Antarctic Survey, logró despertar a un musgo de 1.500 años que había permanecido siglos enterrado a más de un metro bajo tierra.

placeholder Los descubrimientos en el laboratorio fueron increíbles
Los descubrimientos en el laboratorio fueron increíbles

Esta hazaña lleva a pensar que los glaciares no matan simplemente la vida multicelular, sino que ayudarían a los organismos a resistir. Y cuando el calentamiento que provoca el hombre hace desaparecer ese hielo, los organismos congelados despiertan y pueden ‘revivir’. Es más, si esporas llegadas desde lejos por el aire quieren colonizar el área, tardarán una eternidad; pero si se trata de plantas que ya estaban en la zona, el “proceso de recolonización se acelera”, según Convey. Podrían dibujar un paisaje verde donde no lo hay en un abrir y cerrar de ojos.

Los descubrimientos de La Farge y Convey son impresionantes, pero los de Tatiana Vishnivetskaya, microbióloga de la Universidad de Tennessee, son casi de ciencia ficción. Buscó en el permafrost siberiano organismos unicelulares descongelados tras la desaparición del hielo que los cubría y ha sido capaz de revivir bacterias de más de un millón de años. Asegura que parecen "muy similares a las bacteriasque puedes encontrar hoy en ambientes fríos".

En las placas del laboratorio encontraron una sorpresa: las bacterias y amebas eran nematodos, gusanos con cabeza en un extremo y ano en el otro

Pero aunque sólo buscaban organismos unicelulares, ya que son las únicas formas de vida que se creían viables tras miles de años en el hielo, las placas del laboratorio ofrecieron una enorme sorpresa: las bacterias y amebas eran nematodos, largos gusanos de medio milímetro de longitud con una cabeza en un extremo y un ano en el otro. Son las criaturas más complejas que nadie haya sido capaz de revivir tras años de congelación y se cree que su antigüedad podría superar los 41.000 años. Otra puerta que derriba la ciencia.

Catherine La Farge es una bióloga que lleva años investigando la evolución de musgos. Sus estudios la llevaron a la isla de Ellesmere, cerca del Océano Ártico, congelada en una buena parte de su extensión desde hace más de tres siglos por culpa del glaciar Teardrop. Sin embargo, el cambio climático ha hecho que ese la capa de hielo que había en la isla vaya desapareciendo, dejando expuestas formas de vida que pueden tener milenios de antigüedad.

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