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Angela Saini: "Hay ciencia incorrecta, ciencia mal empleada e incluso ciencia inventada"
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entrevista con la periodista científica británica

Angela Saini: "Hay ciencia incorrecta, ciencia mal empleada e incluso ciencia inventada"

¿Los hombres son de Marte y las mujeres de Venus? La autora analiza la ciencia que defiende diferencias biológicas entre hombres y mujeres y concluye: no es de fiar

Foto: Angela Saini, durante la entrevista (Aitor Usarbarrena / FECYT)
Angela Saini, durante la entrevista (Aitor Usarbarrena / FECYT)

En un momento como el actual de posverdad, presidentes con opiniones cambiantes o hechos alternativos, muchos recurren a la ciencia como último bastión de la verdad. Pero la ciencia, o el uso que hacemos de ella, también es manipulable. Podemos coger un puñado selecto de estudios científicos y asegurar tranquilamente que el chocolate es bueno para la salud o los cigarrillos reducen el estrés.

Pero recurrir a los científicos para confirmar nuestros sesgos no es nada nuevo, como demuestra 'Inferior', el último libro de la periodista científica Angela Saini (Londres, 1980) sobre cómo durante siglos la ciencia se ha empleado para apuntalar la noción de que las mujeres son "el sexo débil", y no porque quienes lo dicen sean hombres —sorprendentemente— sino porque... ¡así lo quiso la biología! Para la británica, esto no solo es falso sino "biológicamente injusto".

Foto: (Montaje: G. C.)
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Saini, ingeniera por la Universidad de Oxford, colabora en medios como The Guardian, Science, New Scientist, Wired o BBC Radio, donde presenta programas de ciencia. Esta semana, la autora ha pasado por Madrid para conmemorar el 10º aniversario de la agencia de noticias SINC.

placeholder Saini, durante la celebración de los diez años de SINC (Aitor Usarbarrena / FECYT)
Saini, durante la celebración de los diez años de SINC (Aitor Usarbarrena / FECYT)

Pregunta: En estos días de tanta posverdad, mucha gente sigue usando la ciencia como argumento factual para reafirmar sus prejuicios contra las mujeres, los extranjeros o cualquier otra cosa. Buscan un estudio que les dé la razón y lo blanden. ¿Cree que corremos el riesgo de que hasta la ciencia pierda ese poder de autoridad?

Respuesta: Como periodista, no creo que tengamos que ser promotores de la ciencia, estamos aquí para criticarla y ver qué hacen las instituciones. Y tenemos que ser cuidadosos y no presentar una visión deshonesta de lo que es la ciencia, porque los hechos son importantes y sentimos que los hechos científicos son los mejores de todos porque están basados en evidencias. Pero eso no quiere decir que todos los estudios científicos sean la verdad incontrovertible. Lo sabemos por la historia, porque tenemos muchísimos ejemplos de ciencia incorrecta o mal empleada, incluso inventada como ocurre en los estudios de la raza.

P: ¿Y en los de género, que son los que trata en su libro?

R: En ciencia de género también ocurre, cuando miras a la ciencia sobre diferencias de sexo ha habido teorías realmente malas, quiero decir, hace apenas cien años cuando la gente decía que, como las mujeres tenemos el cerebro más pequeño teníamos que ser más estúpidas que los hombres. Era una cosa tan carente de base... ¿y sólo porque unos científicos lo decían teníamos que aceptarlo? Lo que necesitamos es una relación más honesta con el conocimiento científico, y tratar esto no como la palabra de Dios sino como un proceso, donde se cometerán errores a lo largo del camino, y algunos muy malos, pero confiamos en llegar hasta el final de ese proceso. Lo que he aprendido a lo largo de mi carrera es que hay que tratar a la ciencia de forma crítica, no recelar de ella pero tener una relación más humana y natural.

P: Mi impresión a menudo es que los científicos sí que tienen esa visión: la ciencia no aporta respuestas definitivas, solo busca reducir la incertidumbre. Suelen ser otros actores, fuera de ella, los que se aprovechan de su prestigio y usan el conocimiento científico como algo incontrovertible.

R: Estoy de acuerdo, vivimos en un mundo donde queremos a los científicos solo para que nos den respuestas a las grandes preguntas, y queremos que esas respuestas no sean turbias o inciertas de ningún modo. Pero obviamente, así no es como funciona la ciencia y cualquiera que se dedique a ella lo sabe. Y esta forma de pensar lleva así desde el principio. Cuando yo iba al colegio me enseñaron la ciencia como un conjunto de hechos: esto dice la ciencia, apréndelo y ya está. Y quizá deberíamos hacer un análisis diferente, para comprender que este es el conjunto de hechos que tenemos ahora, pero pueden cambiar porque ya han cambiado antes, y este es el proceso por el cual hemos llegado a estas conclusiones. Comprender cómo acumulamos el conocimiento en lugar de simplemente alimentar a los alumnos con él.

placeholder El último libro de Saini, publicado en castellano por Círculo de Tiza.
El último libro de Saini, publicado en castellano por Círculo de Tiza.

P: En 'Inferior' sigue un poco ese argumento, ¿no? Cómo la ciencia ha servido para alimentar la desigualdad entre hombres y mujeres. ¿Sería ese un buen resumen?

R: Sí. El libro tiene dos partes. La primera trata de los errores cometidos y por qué se cometieron: agendas políticas y motivaciones, además del hecho de que la investigación estuviera hecha por hombres y no tanto mujeres durante tanto tiempo también condujo a que algunos de estos errores sucedieran. Pero también miro qué ha cambiado desde que las mujeres entraron en investigación y cómo viejas preguntas fueron observadas de nuevo con un punto de vista diferente, ofreciendo respuestas completamente distintas.

P: Está toda esta línea de pensamiento que procede de Darwin y sus contemporáneos: los hombres y las mujeres procedemos de sociedades cazador-recolector y, por eso, los hombres descendientes de los cazadores de tigres somos más aventureros y las mujeres cuidan mejor de los niños. ¿Qué ha encontrado investigando sobre ello?

R: La cosa es... los cazadores-recolectores no vivían de la forma que la gente cree que vivían. Darwin probablemente no conocía demasiado bien cómo vivían estas sociedades alrededor del mundo. Lo que sabemos es que a menudo eran muy igualitarias, hombres y mujeres intentaban hacer de todo porque la subsistencia no te permite tener esa gran división entre tareas. La mayor parte de las mujeres del mundo trabaja, esa idea de las mujeres no trabajando y quedándose como amas de casa es bastante de clase media. Cuando viajo a India o a África veo a mujeres hacer trabajos físicos duros, en todas partes. No porque se hayan emancipado sino porque siempre lo han hecho, no había elección. Esa idea de que la igualdad, o el reparto entre sexos, es una invención moderna y europea... en realidad no supera ningún escrutinio histórico, lo hagas como lo hagas. Los cazadores-recolectores no vivían de esa forma.

P: Una forma 'feminista' de verlo es que los hombres no queremos perder nuestros privilegios, por tanto usamos ese conocimiento superior que es la ciencia para justificar, "quédate en casa mientras yo salgo a trabajar porque lo dijo Darwin". ¿Comparte esta visión de por qué ha ocurrido así?

R: Puede haber sido así para algunos hombres y para algunos científicos. Y ciertamente, hubo a principios del siglo XX un biólogo reproductivo, Walter Heape, que escribió todo un libro justificando que las sufragistas estaban perdiendo su energía reproductiva al ir a buscar el voto para las mujeres. Lo cual es... ¡muy específico! Obviamente eso tenía una motivación política, no existe otra justificación. Él no tenía nada contra las mujeres que trabajaban en el campo, en la fábrica o haciendo cualquier trabajo físico, solo con las que querían votar.

Para algunos hombres, lo admitan o no, ha sido una justificación para mantener el status quo pero muchos creían de verdad que era así

Para algunos hombres, lo admitan o no, ha sido una justificación para mantener el status quo. Pero mucha gente en el pasado, Darwin probablemente incluido, creían de verdad que era así. Miraban al mundo a su alrededor y. en lugar de entender las explicaciones históricas para cualquier cualidad, pensaban que era biología. "Esto es algo natural". Es algo parecido a observar a los primates en el zoo y asumir que cualquier cosa que hagan es válida para todos los primates y siempre lo ha sido. No es algo consciente, sino... no diría accidental porque hay gente que no pensaba así, incluso en tiempos de Darwin, pero eran productos de su tiempo.

P: Entonces, cuando hablamos de diferencias entre hombres y mujeres, ¿habría que hacerlo solo a título individual?

R: Las diferencias individuales sobrepasan por mucho a las grupales. Y eso se aplica a todos los grupos. Puedo tener más cosas en común con usted, psicológicamente, que con cualquier mujer que haya en esta sala. Pero no es así como pensamos sobre ello, tenemos enraizada esta idea de que somos fundamentalmente diferentes porque yo soy una mujer y usted es un hombre. Pero en realidad, cuando miras los estudios psicológicos y tests, las diferencias son inexistentes —incluso en cosas como razonamiento espacial o matemático, vocabulario... cosas que están muy marcadas por el género— o bien hay diferencias pero del orden de una fracción de la desviación estándar, muy pequeñas e imperceptibles en la vida diaria. Pero no es así como pensamos sobre ello, pensamos que existen grandes diferencias, de uno o dos órdenes de magnitud.

placeholder Saini desmonta los argumentos científicos que dicen que hay diferencias en el cerebro de hombres y mujeres (Aitor Usarbarrena / FECYT)
Saini desmonta los argumentos científicos que dicen que hay diferencias en el cerebro de hombres y mujeres (Aitor Usarbarrena / FECYT)

P: Es curioso, porque después de décadas escuchando cosas como "las mujeres no deberían hacer este trabajo porque no llevan bien el estrés", ahora se escuchan cosas en el extremo opuesto como "debería haber más mujeres en política porque son más empáticas".

R: Estoy de acuerdo, es la misma falacia. Porque en realidad, hay ciertas mujeres con cualidades que en esta cultura consideramos masculinas y hombres con cualidades que nos parecen femeninas. Todos somos una mezcla de cualidades diferentes y cada uno de nosotros pone cosas distintas encima de la mesa. Es la forma más justa de vivir porque ya hemos decidido que todos somos iguales. La ciencia es importante para cuando alguien se gira y dice 'esa cualidad es imposible, nunca vamos a tener mujeres líderes' o 'nunca vamos a tener más científicas que científicos'. No hay nada en ciencia que diga que eso es imposible, o por lo menos, hasta el momento no lo hay, por eso necesitamos argumentos científicos.

P: Sobre la diferencia entre hombres y mujeres, ¿cuál es el cliché más resistente que ha encontrado documentándose para el libro, uno que haya sido desmentido una y otra vez pero aún así siga saliendo a la superficie?

R: Creo que una de las ideas más duraderas es que las mujeres tienen un cerebro diferente al de los hombres. Hace 150 años aquellos neurólogos hablaban de cerebros más pequeños y su relación con la inteligencia, luego descubrimos que nuestros cerebros son proporcionales al tamaño del cuerpo, y desde entonces, el debate se ha desplazado a la estructura. Que las mujeres y los hombres tenemos diferencias en la estructura de nuestro cerebro. ¿Qué se supone que significa eso cuando las diferencias psicológicas son tan pequeñas?

Hay un deseo inconsciente de creer que las desigualdades de género que vemos en la sociedad deben estar en basadas en nuestra anatomía

Son investigaciones aún muy preliminares, pero de lo que habla esto es de ese deseo inconsciente y profundo de creer que las desigualdades de género que vemos en la sociedad deben estar ahí, de alguna manera, en nuestra anatomía. 'Tiene que estar ahí... ¿Por qué viven de forma distinta? ¿Por qué se les paga menos? ¿Por qué no buscan los mismos trabajos o toman las mismas decisiones?'

P: Actualmente está prepando un libro sobre diferencias entre razas y lo que la ciencia sabe al respecto. ¿Está encontrado aquí los mismos mecanismos que con los sexos?

R: Es básicamente el mismo mecanismo, la diferencia es que el sexo de cada uno tiene una base biológica, ¿verdad? Sabemos que puede haber un espectro y que en medio de ese espectro puede haber intersexuales o transgéneros pero sabemos que el género, al menos, es algo real. La raza, en realidad, ha sido una construcción desde el comienzo. Y para muchos científicos ha sido una cosa como mágica, de cuento de hadas, y creo que es la gran diferencia entre la investigación sobre géneros y sobre razas. No estás investigando nada que tenga base alguna, sino una cantidad mágica de algo que los científicos trataban de convertir en real. Siempre lo han querido hacer, desde la Ilustración, y han sufrido porque, por supuesto, cuando te inventas algo y quieres que la ciencia encaje en una categoría imaginaria... no suele funcionar. Esa es la gran diferencia. Escribiendo este próximo libro me he dado cuenta de lo rara que es esta idea de la raza, y cómo de lejos hemos llegado para tratar de hacerla real.

En un momento como el actual de posverdad, presidentes con opiniones cambiantes o hechos alternativos, muchos recurren a la ciencia como último bastión de la verdad. Pero la ciencia, o el uso que hacemos de ella, también es manipulable. Podemos coger un puñado selecto de estudios científicos y asegurar tranquilamente que el chocolate es bueno para la salud o los cigarrillos reducen el estrés.

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