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Viaje al espacio en la mayor esfera led del mundo: una locura de 160 millones de píxeles
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Dos horas dentro de 'Sphere'

Viaje al espacio en la mayor esfera led del mundo: una locura de 160 millones de píxeles

Se llama Sphere y es la cúpula led más grande del planeta, un proyecto que ha costado 2.300 millones de dólares. Abrió sus puertas en Las Vegas hace unos meses y acoge conciertos de U2 y documentales inmersivos. Hemos entrado

Foto: Sphere, en Las Vegas, es la mayor cúpula LED del mundo. (M. Á. M.)
Sphere, en Las Vegas, es la mayor cúpula LED del mundo. (M. Á. M.)

Una nave surca a gran velocidad el Sistema Solar. Atraviesa los anillos de Saturno. Segundos después, contemplamos la belleza del planeta Tierra desde el espacio. Parece una película más de ciencia-ficción, pero algo increíble está a punto de suceder.

La Tierra empieza a expandirse hacia nosotros. Se hace cada vez más, y más, y más grande. Nos envuelve por completo. El asiento comienza a temblar. El ruido ahora es ensordecedor, de motores rugiendo. Es como si estuviéramos irrumpiendo en la atmósfera a bordo de una cápsula espacial. La sensación es tan real que te agarras al asiento. Aprietas los dientes. Vamos a aterrizar. De repente, silencio.

Un instante después, sobrevolamos enormes montañas nevadas. El Gran Cañón del Colorado. Los volcanes islandeses. Paisajes de una hermosura infinita. Notas aire en la cara, como si estuvieras de verdad volando. No es tu imaginación, es aire real. De fondo, una voz lenta, hipnótica, narra cómo la vida surgió en la Tierra hace millones de años. Ahora ya no queda nada. Esa vida ha desaparecido y la humanidad ha huido en busca de nuevos planetas que colonizar.

Llevo solo 15 minutos sentado y ya estoy exhausto, pasmado ante semejante despliegue visual. Me encuentro, junto a otras 10.000 personas, en una butaca de Sphere, la cúpula LED más grande del mundo inaugurada hace unos meses en Las Vegas. Mide 112 metros de alto por 157 de ancho. Toda su superficie es pantalla, 54.000 m² en los que se anuncian desde Samsung a la NBA. En total, son 2.700 toneladas de acero, cables y LED, muchos LED, 1,2 millones solo en el exterior.

En su interior alberga otra esfera, la pantalla LED de mayor definición del planeta, 15.000 m² con una resolución 16K de más de 160 millones de píxeles. Está equipada con 160.000 altavoces que producen un sonido envolvente espectacular. Es el lugar en el que el grupo U2 lleva semanas ofreciendo conciertos que dejan atónitos a sus fans (puedes ver uno aquí al completo). El Sphere, una locura arquitectónica que ha costado 2.300 millones de dólares con capacidad para 20.000 personas, es ahora mismo la meca mundial del entretenimiento de alta tecnología. "Aquí dentro cabría la Estatua de la Libertad. Literalmente", me dice orgulloso uno de los acomodadores.

He acudido a ver el documental inmersivo Postcards from Earth, dirigido por Darren Aronofsky (The Whale, Black Swan o Réquiem por un sueño). Es un alegato contra la destrucción de la naturaleza y el cambio climático. Arranca contando los orígenes de la vida, nos lleva de viaje por los rincones más fascinantes del globo, en una especie de reportaje al estilo National Geographic, pero en esteroides, al que además se añade una trama de ciencia-ficción: la humanidad se ve obligada a huir de la Tierra para evitar su extinción.

Postcards from Earth es Aronofsky en estado puro, poesía visual, lenta, épica, con una banda sonora atronadoramente bella. Si te gusta su estilo, si te enganchó The Whale o La fuente de la vida, saldrás al borde del llanto, emocionado. Si no, quizás te parecerá incluso cursi, pero da igual, saldrás alucinando de todas formas. Las postales de Aronofsky son la guinda, el auténtico pastel aquí es el Sphere.

Un capricho multimillonario

El proyecto ha tardado casi seis años en ver la luz y es el antojo del magnate James Dolan, fundador y CEO de MSG Entertainment, el conglomerado detrás del Madison Square Garden y el Radio Music Hall en Nueva York. Dolan, con una fortuna personal estimada en 2.000 millones de dólares (su padre, Charles Dolan, fundó HBO), es además dueño de los New York Nicks (NBA) y de los Rangers (NHL, hockey).

placeholder Construcción del Sphere, durante 2021. (Getty Images)
Construcción del Sphere, durante 2021. (Getty Images)

Dolan ha reconocido en alguna entrevista que no las tiene todas consigo. "Esto es una enorme apuesta", asegura. Como todo en Las Vegas, la apuesta, en efecto, es a lo grande. Diseñada por el estudio de arquitectura Populous, con sede en Kansas City, la esfera exterior es una gigantesca malla metálica compuesta por unos 5.000 paneles de aluminio. La mejor forma de entender la estructura es acercarse durante el día a unos pocos metros. Lo que brilla en realidad son unos pequeños discos, o pucks (por los discos de hockey sobre hielo). Hay 1,2 millones y cada uno contiene 48 LED que, a su vez, pueden mostrar 256 millones de colores diferentes.

placeholder Estructura de la esfera exterior: cuenta con 1,2 millones de discos y cada uno contiene 48 LED. (M. Á. M.)
Estructura de la esfera exterior: cuenta con 1,2 millones de discos y cada uno contiene 48 LED. (M. Á. M.)

Populous contrató a la empresa canadiense Saco Technologies, especializada en iluminación LED, que a su vez acudió a la española Oboria Digital, con sede en Zaragoza. Saco y Oboria habían trabajado antes en la creación de la pantalla LED del Burj Khalifa, el edificio más grande del mundo (828 metros), ubicado en Dubái. Ambas acabaron diseñando la cúpula exterior e interior del Sphere. "Solo puedo decir que ha sido el proyecto más complejo a nivel técnico en el que hemos trabajado", explica a este diario Miguel Fontgivell, fundador de Oboria, quien declina dar más explicaciones por los estrictos acuerdos de confidencialidad firmados con MSG Entertainment. Nada escapa al control de James Dolan.

placeholder Detalle del sistema de altavoces y sonido en el techo de Sphere. (M. Á. M.)
Detalle del sistema de altavoces y sonido en el techo de Sphere. (M. Á. M.)

La esfera interior es incluso más compleja que la exterior, ya que no está hecha con discos, sino integrando millones de LED en una malla mucho más fina. Con más de 160.000 altavoces, el sistema de sonido envolvente dirige audio a los espectadores con precisión láser. No hay eco ni retardo. Dependiendo de dónde estés, oirás el diálogo en uno de tres idiomas (inglés, chino y árabe). Los asientos incorporan un motor que les hace vibrar en coordinación con las imágenes. Decenas de conductos orientados expulsan aire al auditorio. Es tan empinado que hay que andar con mucho cuidado para no acabar rodando escaleras abajo. El concepto de fondo no es nuevo, recuerda a los icónicos IMAX, pero la ejecución es faraónica: solo la esfera interior equivaldría a juntar más de 42 pantallas IMAX en una.

placeholder La cámara 'Big Sky', desarrollada solo para crear contenido para Sphere y con la que Darren Aronofsky ha rodado el documental 'Postcards from Earth'. (MSG Entertainment)
La cámara 'Big Sky', desarrollada solo para crear contenido para Sphere y con la que Darren Aronofsky ha rodado el documental 'Postcards from Earth'. (MSG Entertainment)

Crear contenido para semejante monstruo tampoco es sencillo, ha requerido desarrollar desde cero la cámara digital de mayor resolución del mundo, bautizada como Big Sky y capaz de grabar en resolución 18K con un sensor único de 77,5 mm x 75,6 mm. Cada unidad ronda el millón de dólares y Sphere Studios, la compañía creada para desarrollar contenido exclusivo para la cúpula, ya cuenta con 10 de ellas. El resultado son unas imágenes inmersivas con una resolución, detalle y sonido que no has visto jamás.

Aplastado por un elefante

Postcards from Earth, filmada en 26 países, es un gran ejemplo de lo que es posible experimentar dentro del Sphere. En una escena, un elefante se acerca lento a la cámara y, a cada pisada, el asiento tiembla cada vez más fuerte. El animal invade la pantalla esférica y el instinto te hace saltar en el asiento. En otra, una araña gigantesca te observa. La resolución y la nitidez son tan asombrosas que es posible apreciar cada pelo del arácnido. Te sumerges en el océano, entre bancos de peces y medusas, nadas entre tiburones que desfilan sobre tu cabeza, te adentras en cuevas en Tailandia y sobrevuelas plantaciones de té en las que se ve hasta el arbusto más diminuto a lo lejos. La sensación es desbordante, te olvidas de que estás en el auditorio. En realidad, te has teletransportado a Guatemala, la India, Camboya o el espacio exterior. Tu cuerpo sigue pegado a la butaca, tu mente ha volado.

placeholder Una imagen de 'Postcards from Earth'. Está prohibido grabar, pero sí puedes hacer fotos sin flash. (M. Á. M.)
Una imagen de 'Postcards from Earth'. Está prohibido grabar, pero sí puedes hacer fotos sin flash. (M. Á. M.)

La experiencia en el Sphere está diseñada para reventarte la cabeza desde que entras. Para llegar, puedes acceder por el emblemático y hortera hotel Venetian, mediante un largo pasadizo interior que conecta ambos edificios, o desde el exterior. Lo segundo es lo mejor, sobre todo si es de noche, para apreciar la inmensidad de la cúpula explotando en colores. Una vez dentro, te recibe una exposición de robots humanoides capaces de entablar conversaciones básicas con el público. Hay hologramas descolgándose del techo y la gente deambula boquiabierta, también por los precios. Una cerveza cuesta 19 dólares, un vino 20, un agua 7. "Esto es una locura", me dice cabreado alguien que acaba de pagar 18 dólares por una sidra.

Los tickets tampoco son para cualquier bolsillo. El más barato para ver el film de Aronofsky cuesta 69 dólares (más 15 de "servicio"). Para ver a U2, que regresa a finales de enero durante varias semanas, lo mínimo son 140 dólares, pero esos vuelan. El resto no baja de 200-300. Se rumorea que los siguientes en tocar serán The Eagles, Coldplay, Beyoncé o Harry Styles. La verdad, no sé si pagaría 200 o 300 dólares para ver un concierto aquí, pero el billete más barato de Postcards from Earth, 76 al cambio, vale cada euro que pagas.

La idea, sin embargo, parece no estar convenciendo a todo el mundo. MGM Sphere, la compañía que gestiona el edificio, anunció en octubre unas pérdidas de casi 100 millones de dólares en el último trimestre y la dimisión de su jefe financiero. Además, su esperada expansión internacional, con la construcción de un Sphere en Londres, se ha cancelado tras la oposición de los ciudadanos y el alcalde de la ciudad, Sadiq Khan, quien alegaba que la contaminación lumínica era un riesgo para la salud de los vecinos. James Dolan, tranquilizó a los accionistas asegurando que las cuentas acabarían cuadrando. Eso está por ver, especialmente, por la desorbitada factura energética del proyecto, el dato más confidencial y sobre el que MSG Entertainment se niega a ofrecer detalles.

De momento, el gran logro del Sphere es que, una vez sales, te olvidas por completo de lo que has desembolsado, incluso de los 19 euros por cerveza. La experiencia es tan única que me alegro de haberla vivido al menos una vez. Mientras espero la eterna cola de salida, con el cerebro aún disparado, me encuentro con el hombre de la sidra, ahora feliz. Él piensa lo mismo. "Tío, ha sido alucinante".

Una nave surca a gran velocidad el Sistema Solar. Atraviesa los anillos de Saturno. Segundos después, contemplamos la belleza del planeta Tierra desde el espacio. Parece una película más de ciencia-ficción, pero algo increíble está a punto de suceder.

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