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Ahora todos critican a Silicon Valley. Este hombre lo vio venir en 1995 (y le llamaron loco)
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"LA IDEOLOGÍA CALIFORNIANA"

Ahora todos critican a Silicon Valley. Este hombre lo vio venir en 1995 (y le llamaron loco)

Hace ya tres décadas, Richard Barbrook y Andy Cameron publicaron 'La ideología californiana'. Se rieron de ellos, pero el tiempo (y las grandes tecnológicas) les han dado la razón

Foto: Richard Barbrook. (Cedida)
Richard Barbrook. (Cedida)

"Está surgiendo una ortodoxia global respecto de la relación entre sociedad, tecnología y política. (...) La ideología californiana es una mezcla de tecnología cibernética, economía de libre mercado y contracultura libertaria".

Con esa frase, los profesores Richard Barbrook y Andy Cameron lanzaban un aviso sobre lo que se estaba cociendo en Silicon Valley. Lo hicieron a través de una lista de correo —lo que ahora sería llamado newsletter— para animar a los estudiantes universitarios a participar en un seminario, pero acabó teniendo un impacto que nunca habían imaginado. Poco después, la revista Mute les ofreció publicar el texto en forma de artículo, que titularon La ideología californiana [puedes leer la versión original aquí].

Lo más sorprendente es que todo aquello ocurrió en 1995, tres años antes de que Larry Page y Sergué Brin fundaran Google, la punta de lanza de lo que serían las grandes tecnológicas del nuevo siglo. "Creo que es divertido que siga viviendo de ese artículo casi 30 años después", bromea Barbrook, hoy profesor en la Universidad de Westminster, nada más comenzar su conversación con El Confidencial. "Éramos unos críos diciendo que el emperador estaba desnudo", apostilla el coautor junto a Cameron, fallecido en 2012. Ambos cargaban contra las esperanzas que se estaban depositando en un utópico futuro tecnológico que, en realidad, solo era una aceleración del neoliberalismo floreciente de aquellos años.

Con el paso del tiempo, y a medida que la reputación de Silicon Valley ha decaído, su enfoque ha ido ganando adeptos. "Tiempo después, personas que estudiaron con nosotros nos comentan que lo que explicamos está ya desfasado, pero que siguen usando conceptos como fordismo, posfordismo o gig economy. Eso ocurre porque resulta que el capitalismo existe", ironiza el profesor, remarcando que ahora le llaman "cada vez que hay un auge de optimismo en California, porque el artículo se ha convertido en una fuente para entender la tecnología".

Foto: Richard Seymour. (Cedida)

"Si esperaba lo suficiente, sabía que California se convertiría en algo salvaje y feo. Aun así, todos nos hemos acabado adaptando a Silicon Valley", contrapone, poniendo como ejemplo lo ocurrido con el ciberpunk: "Era una crítica satírica del neoliberalismo global. Todos los pobres se convertirían en individuos que viven en un paisaje urbano destruido, y eso se acabó romantizando. Eso es lo extraño: ha pasado de ser una crítica a una celebración".

Cuando publicaron La ideología californiana, ya se utilizaba el metaverso resucitado hace un par de años por Mark Zuckerberg—, como uno de los grandes reclamos de internet. "Son ese tipo de predicciones que vuelven una y otra vez, pero que siempre son fallidas", apunta el autor, que en los últimos años ha estado indagando en el mundo de los videojuegos. "Tienes que tener estos cascos de realidad virtual con los que te acabas mareando. Es algo que pasaba en los 90 cuando intentaban venderte algo así. Ahora son más fáciles de llevar, pero siguen manteniendo esas molestias", agrega, aclarando que le parece un "experimento interesante".

Los sospechosos estaban en casa

¿Cómo se dio cuenta de lo que se estaba cociendo en el mundo tecnológico? Barbrook, un habitual de movimientos sociales o de izquierdas, detectó que muchos de sus compañeros de viaje empezaban a adoptar discursos que rompían con esa tradición. "Era gente que estaba en contra de privatizar la sanidad o el ferrocarril, pero eso cambiaba en cuanto empezaban a hablar de ordenadores e internet. De repente, decían un montón de chorradas sobre la desregulación, el espíritu empresarial y otros mantras neoliberales. Aunque sonaran como europeos progresistas, repetían el discurso de las empresas americanas", desarrolla.

"En la izquierda, mucha gente pensó: si ya tenemos software de código abierto, todo irá bien. Es cierto que es gratis, pero eso no significa que sea libre", continúa el profesor, remarcando que "la propia tecnología es un lugar de lucha". "La tecnología se ve como algo neutral, aunque se haya desarrollado para generar beneficios y controlar a las personas que la usan y trabajan con ella", critica.

Barbrook se define como "un viejo punk" que se crio en la cultura del hazlo tú mismo de la Inglaterra de los 80, donde las radios comunitarias estaban a la orden del día. En esa época, solía visitar habitualmente París y se interesaba por la situación de las emisoras piratas. "En Barbés, descubrí una cosa que se llamaba internet, aunque era más bien un protointernet", recuerda.

Aquello era Minitel, un sistema de telecomunicaciones impulsado por la Francia de François Miterrand a través de la empresa estatal PTT. "Allí regalaban los terminales tontos para que cada uno tuviera uno en casa, pero la potencia de cálculo estaba en PTT. Curiosamente, ahora se está volviendo a ese modelo con la nube", detalla. La cuestión es que él esperaba que algo así llegara tarde o temprano a Inglaterra. "Cuando eso ocurrió, lo hizo de forma muy diferente, y la clave es que el internet que llegó a la gente venía de California, no de Francia".

"En Europa se cae en el antiamericanismo fácil"

El título del artículo de Barbrook y Cameron era su particular homenaje a La ideología alemana, uno de los textos clave del marxismo. "Fue visto como un texto antiestadounidense, pero nosotros no lo éramos. Es cierto que no me gustaría vivir en EEUU y siento un poco de lástima por los estadounidenses, pero no soy antiestadounidense. Sí estoy en contra del imperio, que es diferente", matiza Barbrook, que admite que en Europa se tiende a "caer en un antiamericanismo fácil, en lugar de criticar el imperialismo en general".

"En La ideología alemana, se criticaba a los jóvenes alemanes hegelianos, pero no decían que todos los alemanes lo fueran. Era una forma de referirse a un tipo de filosofía que solo podría haber ocurrido en Alemania en ese momento en particular", apunta. Es lo mismo que vieron que estaba ocurriendo un siglo y medio más tarde en California. "Si internet se hubiera desarrollado en el MIT, también habría sido muy distinto, aunque lo habrían vendido diciendo otras chorradas", señala.

Foto: La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social en funciones, Yolanda Díaz. (Reuters/Isabel Infantes)

En el texto, también se despachaban a gusto contra Wired, a quien consideraban "la biblia" de esa ideología. "Eran los grandes propagandistas de la visión de Silicon Valley de lo que sería internet. Allí había personajes como Lou Rossetto. Él había vivido en Ámsterdam, así que supongo que algo de la socialdemocracia europea lo tuvo que traumatizar", ironiza sobre el fundador de la revista. También recuerda que Bruce Stirling les llamó "izquierdas chiflados atacando a Wired". "Era divertido", ríe el autor.

En los últimos años (y, sobre todo, a raíz del escándalo de Cambridge Analytica), las críticas hacia Silicon Valley se han disparado. Barbrook, por su parte, considera que se está errando en el enfoque. "Ahora a muchos les cuesta ver los aspectos positivos de la tecnología, como que ahora mismo podamos estar hablando gratis a través de una videollamada. Tenemos que tener cuidado de decir que todo es terrible y está empeorando, porque en Europa es muy habitual el pesimismo. Nos pasa porque somos una colonia, pero una colonia privilegiada", señala.

placeholder Los comisarios europeos Margrethe Vestager y Thierry Breton. (EFE/Olivier Matthys)
Los comisarios europeos Margrethe Vestager y Thierry Breton. (EFE/Olivier Matthys)

Es algo que se puede percibir en el mayor escrutinio de las instituciones europeas hacia las grandes tecnológicas. Pese a ello, Barbrook considera que la ideología californiana sigue prácticamente igual de latente. "Si escuchas las conferencias de la Unión Europea, compruebas que se siguen creyendo en esos mitos, incluyendo a la izquierda. Los socialdemócratas alemanes, por ejemplo, creen de alguna forma que California es el futuro. Siguen haciendo su propia versión de que la tecnología nos liberará", apunta al respecto.

"En Europa, todos usamos Google, Amazon o eBay. Yo soy culpable igual que cualquier otro, porque son aplicaciones que acabas necesitando", admite el profesor, que señala que es una cuestión de proteccionismo económico. "Si hay una nueva industria, la tienes que defender. Europa es una de las regiones más ricas, pero no tiene su propia industria. Se podrían clonar esas plataformas, pero no lo hemos hecho", indica, cargando también contra el discurso habitual de la UE: "Ursula von der Leyen habla una y otra vez de soberanía digital, pero si no vas a afrontar la lucha o expulsar a todas las plataformas americanas, solo estás diciendo chorradas".

El gran olvido de La ideología californiana

Vistos con perspectiva temporal, los aciertos de La ideología californiana en cuestiones como el discurso alrededor de la tecnología o los condicionantes económicos son evidentes. Pero ¿cambaría algo Barbrook si pudiera retocar hoy lo que escribió en 1995? "Hubo algo clave que no mencionamos: China. No creo que casi nadie lo tuviera en cuenta en ese momento", admite el profesor, que achaca esta ausencia al contexto en el que lo redactaron. "La URSS acababa de caer y parecía que había llegado el final de la historia. No había alternativa, decía Thatcher. Lo único que se podía hacer era seguir la globalización y Silicon Valley estaba creando la tecnología para ello", apunta.

"En 1949, China pone un gran cortafuegos, expulsando a las empresas de EEUU. Fue un movimiento económico brillante, probablemente la decisión más inteligente del Partido Comunista de China. Han construido su propio software y hardware. Es lo que teníamos que haber hecho en Europa, pero dejamos todo el espacio digital a EEUU", lamenta, adelantando que, para Washington, "va a ser muy difícil adaptarse a un cambio donde ellos no son los primeros, sino China".

Foto: El fundador de Twitter, Jack Dorsey, durante una conferencia sobre el bitcoin. (Reuters)

Preguntado por el auge de la inteligencia artificial, Barbrook espeta que "lo primero que hay que decir es que no es inteligente". "Ellos tienen la idea de que si pones los suficientes transistores juntos, una máquina funcionará como el cerebro humano y será inteligente. Lo que ocurre ahora mismo se parece más al funcionamiento Tinder, que es lo que se llama una inteligencia simulada, y eso no quita que sea interesante, pero me parece que lo define mejor", aclara.

De cualquier modo, y aunque no descarta que sea otra burbuja, cree que es algo que puede ser útil para cuestiones como "automatizar un montón de tareas burocráticas". "Es algo que han tratado de hacer desde que introdujeron el teclado en el teléfono. Ahora podríamos estar en una nueva etapa de esa tendencia", avisa.

"Está surgiendo una ortodoxia global respecto de la relación entre sociedad, tecnología y política. (...) La ideología californiana es una mezcla de tecnología cibernética, economía de libre mercado y contracultura libertaria".

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