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Los móviles plegables ya van muy en serio (pero falta esto para que me compre uno)
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LOS AMAS O LOS ODIAS, PERO SE QUEDAN

Los móviles plegables ya van muy en serio (pero falta esto para que me compre uno)

Sigue habiendo razones para odiarlos. Pero cada vez más para comprarlos. Cinco años después, los 'smartphones' con pantallas flexibles son productos mucho más maduros, aunque todavía hay mucha letra pequeña

Foto: Foto: M. McLoughlin.
Foto: M. McLoughlin.

Hay personas que aman el iPhone y hay personas que lo aborrecen hasta tal punto que nunca darían una oportunidad a un teléfono de Apple. Lo mismo pasa con Android. Hay usuarios que se encuentran muy cómodos con cualquier dispositivo que funcione con ese sistema operativo y hay algunos que no lo quieren ver ni en pintura. Este tipo de filias y de fobias, a veces demasiado apasionadas teniendo en cuenta que aquí de lo que hablamos es de smartphones, se extiende a todo. Xiaomi, Samsung, Microsoft, Google… Cada marca y cada invento tienen sus partidarios y detractores.

Eso mismo ocurre con los teléfonos plegables, incluso en mayor grado. Han pasado casi cinco años desde aquel Mobile World Congress, en 2019, donde estos dispositivos irrumpieron de la mano de Samsung y Huawei. Eran inventos que nadie había pedido, que no respondían a ninguna necesidad real. Es algo que se sacaron de la manga. Pero generaron gran expectación, porque eran un evidente soplo de aire fresco en una industria que muchas veces ha pecado de ser excesivamente monótona y vender más de lo mismo una y otra vez. Pero esa expectación vino acompañada de evidentes dosis de escepticismo. Al final, muchos dudaban de si eso iba a ser una idea peregrina, como lo fueron en su momento las teles 3D. O por el contrario iba a ser el próximo gran hit de la telefonía móvil.

placeholder El Motorola Rarz 40. (M. McLoughlin)
El Motorola Rarz 40. (M. McLoughlin)

Un lustro después, sigue siendo un mercado de nicho, aunque sus ventas a nivel mundial ya se cuenten por millones. Aunque han evolucionado, las razones para odiarlos son bastantes parecidas a las de entonces. Son mucho más voluminosos que los terminales normales y corrientes. A veces, tienen un precio estratosférico. El software no siempre se ajusta a lo que queremos. Aunque han mejorado, siguen sintiéndose más frágiles que otros dispositivos. Y luego está el tema de la dichosa arruga y el pliegue. Es menos exagerado que en las primeras hornadas, pero todavía no sabemos cuándo desaparecerá o si eso llegará a ocurrir.

Pero, a pesar de todas estas quejas, los teléfonos plegables han conseguido demostrar que llegan para quedarse y no van a ser flor de un día. Cinco años llevamos en la era de las pantallas flexibles y, por fin, parece que hemos alcanzado un punto de madurez considerable. Queda trabajo por delante, pero ya no parece un disparate escogerlo como móvil principal. Siguen siendo terminales alejados de los presupuestos más contenidos y son caros en comparación con los smartphones tradicionales. Especialmente, los modelos tipo libro, porque los teléfonos tipo concha han conseguido acercarse a precios algo más populares, pero no mucho. En definitiva, que siguen siendo un producto de lujo.

Aprovechando nuestra experiencia con los modelos que hemos ido probando en los últimos meses, hemos aprovechado para hacer un recorrido sobre los puntos más interesantes de estos móviles y sus puntos más débiles. Empezaremos por los teléfonos plegables tipo concha, donde parece que hay más consenso entre los diferentes fabricantes, que parecen caminar todos hacia el mismo punto. También son los que más se venden, como confiesan los propios fabricantes. Posteriormente, hablaremos de los teléfonos plegables tipo libro, donde hay planteamientos distintos y diferencias sustanciales.

placeholder El Motorola Rarz 40 Ultra, abierto. (M. McLoughlin)
El Motorola Rarz 40 Ultra, abierto. (M. McLoughlin)

Hay marcas que han apostado por unos, mientras que hay otras que prefieren disparar a todo. Es el caso de Samsung, que el próximo miércoles celebrará su clásico unpacked veraniego, que hasta hace pocos años estaba reservado para la presentación en sociedad de los difuntos Galaxy Note. Aunque se especula con que habrá nuevos wearables y nuevas tabletas, los protagonistas absolutos del evento serán sus dos nuevos plegables: el Galaxy Fold 5 y el Galaxy Z Flip 5. Unos teléfonos que necesitan dar un golpe en la mesa después de que algunos competidores le hayan apretado las tuercas e incluso lo hayan superado en algunos puntos.

Motorola acelera

El competidor que más ha dado que hablar en los últimos tiempos ha sido el Motorola Razr 40 Ultra. Es el más puntero de los dos modelos que la compañía, ahora propiedad de Lenovo, presentó a principios de junio. Se trata de un teléfono plegable tipo concha que cuando está abierto nos ofrece una pantalla pOLED de 6,9 pulgadas y un formato de 22:9, más estirado de lo que estamos acostumbrados, pero que se adapta bastante bien a todo tipo de condiciones. Es probable que te preguntes por la arruga. Existe, está ahí, pero es mucho menos visible que en anteriores ediciones. De todas formas, es algo a lo que no tardas en acostumbrarte.

Hay dos avances muy reseñables en este modelo frente a su competencia y frente a anteriores modelos de la propia Motorola. El primero de todos es la bisagra. Se siente mucho más segura y no eleva la zona central de la pantalla cuando está completamente desplegada. Eso hace que el aparato se sienta más robusto al abrirlo y cerrarlo, como se puede sentir el Flip Z4 de Samsung. Eso sí, en este caso, el teléfono consigue cerrarse completamente sin dejar espacio en su interior. Algo que es importante teniendo en cuenta que estos dispositivos no cuentan con resistencia al polvo certificada. Esto no significa que una mota de polvo vaya a estropear el teléfono, pero es interesante ponerlo en valor de cara a tener un dispositivo que envejezca mejor.

placeholder Galaxy Z Flip. (M. Mcloughlin)
Galaxy Z Flip. (M. Mcloughlin)

Si hay algo que llama poderosamente la atención es su pantalla exterior. Una pantalla OLED de 3,6 pulgadas, con 144 Hz de tasa de refresco y hasta 1.000 nits de brillo. Lo mejor de todo es que ahora se extiende por toda la frontal. Es una pantalla útil que nos puede servir para consultar y contestar wasaps, leer el correo electrónico o incluso consultar una ruta en Google Maps. Se pueden fijar hasta seis aplicaciones, así como otros accesos directos para llamadas y otras acciones directas. También se puede utilizar como vista previa antes de disparar con la cámara dual externa. Por ponerle una pega, se me hace raro que la pantalla se extienda incluso más allá del módulo de cámara, ya que crea una sensación que a veces resulta extraña a la vista. Particularmente pienso que sería mejor bordearlo y dejar el módulo de cámara fuera de la pantalla. Pero este es un detalle menor. Esta pantalla me parece un salto de calidad y de utilidad frente a otras opciones del mercado.

Oppo ya había dado un paso adelante en este sentido con su N Flip 2, que incluía una pantalla exterior de 3,26 pulgadas. Sin embargo, su utilidad estaba todavía limitada por el formato escogido y porque no terminaba de ser suficiente como para tener un teclado lo suficientemente cómodo como para poder escribir. El Flip Z4, el último tipo concha que Samsung puso en el mercado, tiene una pantalla minúscula en comparación con un panel que no alcanza ni la pulgada y media de diagonal. Esto tiene que quedar atrás.

placeholder (M. McLoughlin)
(M. McLoughlin)

Otra de las cosas por las que destaca el Motorola Razr 40 Ultra es por la optimización de su batería. He podido pasar días enteros haciendo un uso estándar del teléfono, gracias a una autonomía que ha rondado las seis horas de pantalla la mayoría de ocasiones, superando o no esa barrera dependiendo de lo intenso que haya sido mi día. No te libra de tener que cargarlo todas las noches, pero te permite pasar la jornada sin agobios notables. Hasta ahora eso era imposible. La marca más habitual era la de tener unas cuatro horas y media de pantalla, algo que te obligaba a hacer malabares si quieres llegar a final del día o pegarle un chute a media tarde.

Hay algo que me escama y me sigue separando de estos modelos. Mientras que sus hermanos mayores, los de tipo libro, cuentan con múltiples cámaras y la norma es que la principal sea una cámara triple que incluya tanto gran angular como telefoto, aquí tenemos siempre la fórmula de cámara dual. Me encantaría ver un dispositivo de esta naturaleza con tres cámaras, aunque entiendo que por el poco espacio disponible esto es un auténtico reto desde el punto de vista técnico.

Un último apunte a los precios. El Motorola Razr 40 Ultra es a día de hoy, la referencia. Y su precio responde a ello. Hay que soltar una talegada: más de 1.200 euros. Lo mismo que por un iPhone 14 Pro. Es cierto que han sacado un modelo no Ultra, pero eso conlleva renunciar, entre otras cosas, a la pantalla externa, que es lo que realmente lo hace diferencial. El Oppo N2 Flip se puede encontrar ya en el entorno de los 900 euros y el Z Flip 4 se ha desplomado hasta el entorno de los 690 o 700 euros. Puede ser un precio más atractivo, pero las renuncias de apostar por este modelo son evidentes.

placeholder Flip N 2. (M. McLoughlin)
Flip N 2. (M. McLoughlin)

En el otro extremo del ring están los plegables tipo libro. Esos que te permiten llevar en el bolsillo un móvil que cuando se abre se convierte en una minitablet. Tengo sensaciones encontradas al respecto. Me parece interesante la propuesta. Son dispositivos que sorprenden en un primer momento, pero personalmente me cuesta mucho más encajarlos en mi día a día. Me veo más utilizando un Flip que un Fold, pero para gustos están los colores.

Samsung fue el primero en disparar y el que se puso rápidamente a la cabeza de este formato. Es cierto que la primera hornada dio mucho que hablar y no precisamente para bien. Las primeras unidades empezaron a tener problemas con la pantalla interior, gente que despegaba la capa protectora y algunos puntos de diseño que podían mejorar, como una pantalla externa demasiado poco útil. Más de cuatro años después, muchos de esos problemas están solucionados. Otros no tanto.

placeholder Honor Magic V. (M. McLoughlin)
Honor Magic V. (M. McLoughlin)

El último Galaxy Fold de Samsung, presentado el pasado verano, cuenta con una pantalla exterior de 6,2 pulgadas. El primero era de tan solo 4,6, lo que dificultaba mucho utilizarla como panel principal. Si se quería mantener una conversación por WhatsApp o contestar a un correo electrónico acababa siempre abriendo el teléfono y utilizando la pantalla de 7 pulgadas y pico. Hace eso en ciertas ocasiones, cuando estás viajando en el metro o andando por la calle, no siempre es lo más cómodo del mundo.

Los Fold, al menos como lo entiende Samsung y algunos de los que han decidido seguir esta vía, me siguen pareciendo móviles demasiado grandes y demasiado alargados. A veces cuesta manejar con una sola mano. También es cierto que optar por un formato así te permite cuando lo abres contar con un espacio de trabajo algo más cuadrado y no tan rectangular, lo que puede ser más cómodo para la multitarea y tareas más enfocadas en la productividad

El grosor y el trabajo de Honor

Pero la gran hipoteca de este tipo de dispositivo me sigue pareciendo el grosor. Cuando está plegado, hablamos de unos 15 milímetros de grosor, a lo que hay que sumar la funda, que en este caso me parece innegociable. Es cierto que los Flip también son gruesos, pero su naturaleza hace que llevarlos en un bolsillo sea similar a llevar una cartera.

Aquí hay que destacar a un fabricante, que a muchos les puede sorprender: Honor. Anteriormente propiedad de Huawei, acabó constituyéndose como una empresa independiente y cortando lazos con el cuestionado fabricante de Shenzhen. Eso le permitió, entre otras cosas, poder volver a ofrecer terminales con Android y servicios de Google.

Magic V de Honor versus Fold 4 de Samsung. (M. McLoughlin)

¿Por qué digo que hay que seguir de cerca lo que está haciendo Honor? Por el Magic V2. Es su nuevo plegable y ha sorprendido mucho en los mentideros especializados. Presentado hace unos días en China, consigue que cuando está cerrado, el grosor sea de poco más que 9 milímetros. Una marca que le acerca mucho al grosor de los móviles corrientes. Obviamente, hay que verlo, probarlo y ver si ese adelgazamiento compromete otros aspectos, pero es una carta de presentación brutal.

El Magic V2 tomará el testigo del Honor Magic Vs, que podéis ver en las imágenes junto al Fold 4 de Samsung. La sensación tras probarlo durante semanas es que, en lo que se refiere al hardware, es un digno rival para los surcoreanos. La marca china ha apostado por un cuerpo ligeramente más grande, lo que le permite ganar algo de pantalla tanto en el interior como en el exterior. Cuando está desplegado muestra un panel de primera clase (me sorprendió la calidad en líneas generales y pocos peros le puedo sacar) de 7,9 pulgadas (el Fold 4 cuenta con 7,6 pulgadas). La pantalla exterior es de 6,43 pulgadas frente a las 6,2 que ofrece el rival que pretende batir. Puede parecer poco, pero todo se agradece, especialmente en el caso de la pantalla exterior.

Sobre el diseño, dos apuntes. Mientras que Honor se apunta el tanto de que su bisagra se cierra completamente, Samsung y su Fold 4 se apuntan el tanto de la resistencia al agua (IPX8), lo que también habla muy bien del conocimiento y el dominio del hardware de esta marca.

Un punto importante es el software. Ninguna marca que esté creando plegables a gran escala me ha enamorado con sus capas de personalización de Android. Sin embargo, creo que Samsung está un paso por delante de la marca china por cómo han conseguido adaptarse el sistema operativo al formato plegable. Es un mercado que está en pañales y Google también está experimentado con ello, por lo que a los fabricantes les toca echar el resto aquí. En este caso fabricantes como Motorola o la propia Samsung creo que han conseguido que las transiciones sean más finas, han hecho que las apps se adapten mejor a esa dualidad de pantalla grande y pantalla pequeña. Da la sensación que es más redondo.

placeholder Honor Magic V vs. Fold 4. (M. McLoughlin)
Honor Magic V vs. Fold 4. (M. McLoughlin)

En el aspecto de la autonomía, el Honor Magic Vs y sus 5.000 mAh me han sorprendido y para bien. Me ha permitido superar las siete horas de pantalla. Al terminar el día, con un uso estándar, me ha quedado alrededor de un 20% de batería en más de una ocasión. Samsung, que tiene 4.800 mAh, se queda un pasito por detrás. Aquí no me voy a quejar de las cámaras, que hay para aburrir.

Sobre el precio, cabe señalar que es uno de los principales motivos por los que estos dispositivos se separan del gran público y se están quedando como algo anecdótico en muchos casos. El precio oficial del Fold 4 es de 1.499 euros, aunque ya se puede encontrar entre 200 y 300 euros más barato. El precio oficial del Magic Vs es de 1.599 euros, aunque no puedo hacer referencia a ofertas porque me ha costado encontrar stock disponible. A estos precios es muy difícil recomendar esta compra, porque aunque son dispositivos interesantes, la experiencia en el día a día no es comparable a la de un móvil premium.

placeholder El Pixel Fold. (M. McLoughlin)
El Pixel Fold. (M. McLoughlin)

Habrá que esperar todavía algunos años para que este formato alcance precios más asequibles. Ocurre con todas las tecnologías. Aparte de eso, también es previsible que se popularice otro formato de plegable tipo libro más compacto que han abrazado otras empresas como Oppo con su N Fold o, más recientemente, Google con su Pixel Fold. Como se puede ver en las imágenes, se trata de un teléfono menos alto y más ancho, lo que conlleva que tengamos una pantalla más horizontal en el exterior (lo que aumenta la comodidad) pero también hace que sea más fácil de llevar en la mano.

No me voy a extender mucho más, porque ninguno de los dos se vende en España a día de hoy. El precio del Pixel Fold, por cierto, es de 1.800 euros. Pero es interesante fijarse, especialmente en el móvil de Google, por varias razones. La primera buena noticia es que el máximo responsable de Android se ha metido a trabajar directamente con este formato y eso seguro que se traduce en mejoras en el software, así como soluciones estandarizadas a los que implican estos terminales.

placeholder El Pixel Fold, presentado en el Google I/O. (M. McLoughlin)
El Pixel Fold, presentado en el Google I/O. (M. McLoughlin)

Lo segundo por lo que es llamativo el Pixel Fold es porque demuestra que hacer un buen teléfono plegable es difícil. ¿Cuál es la prueba? La arruga. Se nota mucho más que en el Honor y que por supuesto en el Samsung. Me atrevería a decir que, en ese sentido, Google anda dos años por detrás.

Hasta aquí la radiografía del estado de los plegables. Como decía, el grado de madurez que han alcanzado es significativo y es un producto a tomarlo muy en serio. Obviamente, no van a ser un superventas, más que nada porque no mucha gente está dispuesta a dejar una o dos nóminas en un móvil. En mi caso hay un aspecto que me da reparo: me falta comprobar cómo envejece un teléfono así. Me falta saber cómo se ve la arruga un año después de haberlo comprado.

placeholder El Oppo Find N. (M. Mcloughlin)
El Oppo Find N. (M. Mcloughlin)

Porque prometen, en algunos casos, hasta 200.000 plegados, lo que supone decenas de veces cada día durante años. Pero no es lo mismo una prueba en un laboratorio que la vida real. Las pantallas flexibles llevan un panel protector encima pegado a la superficie y que cubre hasta los bordes. ¿Va a resistir toda la vida útil? ¿Se puede reemplazar rápidamente? ¿Me lo cubre la garantía? Son cosas que hay que contestarse antes de comprar cualquier dispositivo.

Aquí entra en juego el asunto de la resistencia al polvo. Mientras en los móviles estándar es una norma tanto en la gama media como en la gama alta, pero aquí todavía no se ha dado con la clave. Algunos lo han logrado con la resistencia a los líquidos, pero ahora toca más. En definitiva, lo que hacen falta son más garantías para que los usuarios le den una oportunidad a este invento.

Hay personas que aman el iPhone y hay personas que lo aborrecen hasta tal punto que nunca darían una oportunidad a un teléfono de Apple. Lo mismo pasa con Android. Hay usuarios que se encuentran muy cómodos con cualquier dispositivo que funcione con ese sistema operativo y hay algunos que no lo quieren ver ni en pintura. Este tipo de filias y de fobias, a veces demasiado apasionadas teniendo en cuenta que aquí de lo que hablamos es de smartphones, se extiende a todo. Xiaomi, Samsung, Microsoft, Google… Cada marca y cada invento tienen sus partidarios y detractores.

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