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El otro descalabro de Huawei: cierre de sus tiendas, despidos y venta de móviles al mínimo
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El otro descalabro de Huawei: cierre de sus tiendas, despidos y venta de móviles al mínimo

Huawei vendió en 2021 un 85% menos de móviles que 2020. Y los recortes no se han dejado esperar. Además del recorte de plantilla, se espera que la compañía eche la persiana de las grandes tiendas que tiene en España

Foto: Interior de la tienda de Huawei en Gran Vía. (EFE)
Interior de la tienda de Huawei en Gran Vía. (EFE)
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"Te voy a ser sincero, la cosa está jodida. A principios de año, éramos unos 45, incluso más. Ahora somos poco más de 20. Y habrá más despidos antes de Navidad". Así explica un empleado de Huawei España la situación que vive la unidad de dispositivos de consumo del fabricante chino en nuestro país. De controlar más del 30% de cuota de mercado en venta de móviles, Huawei llega hoy con suerte al 1%. Descalabro total. Nuestro país no es el único afectado, las oficinas al completo de Huawei en Reino Unido, Francia y Portugal penden de un hilo. Y la empresa estudia qué hacer con su red de tiendas en todo el continente.

Desde mediados del año pasado, la filial del gigante de Shenzhen en el mercado patrio, que emplea en total a unas 1.000 personas, lleva sufriendo un goteo incesante de salidas y recortes constantes. "Primero han ido quitando externos, los contratos de obra y servicio, de ahí han salido varias decenas. Pero, una vez han tocado hueso ahí, han pasado a la plantilla interna", explican empleados del fabricante chino en Madrid.

placeholder La compañía sufre por el castigo estadounidense. (EFE/E. Naranjo)
La compañía sufre por el castigo estadounidense. (EFE/E. Naranjo)

Las fuentes consultadas por Teknautas dan por supuesto que la división de consumo se verá reducida a la "mínima expresión" y que otras se extinguirán por completo, como puede ser el departamento encargado de las tiendas de aplicaciones, la plataforma de vídeo, la nube y otros productos englobados bajo el epígrafe Servicios. De los empleados que se queden, muchos pasarán a ser absorbidos por Aspiegel, una sociedad con sede en Dublín.

Los despidos son también producto de una errática estrategia de la empresa, según diversos empleados consultados. Varios señalan directamente a Pablo Wang, el jefe en España hasta noviembre de 2020. En los últimos años al frente, las contrataciones se habían disparado. "Todos veíamos que eso no era normal, los datos de ventas no soportaban semejante expansión. Y así ha sido", explica un trabajador de la empresa. Desde entonces, y dada la presión por reducir costes, Huawei ha puesto en puestos de responsabilidad a empleados chinos con muy poca experiencia, lo que se ha traducido en más errores de gestión, según fuentes consultadas.

Las tiendas flagship, a punto de echar la persiana

La tijera, explican estas voces, también amenaza con llevarse por delante las tiendas flagship de la compañía situadas en Madrid y Barcelona, algo que ocurrirá previsiblemente en 2023. En caso de que esto se materializase, sería la enésima muestra de la caída de su poder comercial. El local que la compañía tiene en la Gran Vía con sus 1.100 metros cuadrados es el más grande que Huawei tiene en el mundo fuera de su país natal.

En el caso de Barcelona, aunque es ligeramente menor, la ubicación también es envidiable. Se encuentra en plena Plaza Cataluña, en la misma manzana y a unos pocos metros de la App Store de Apple. La de Madrid se inauguró pocas semanas después del veto, en junio de 2019, "cuando todavía había incertidumbre sobre el alcance de la decisión", pero también "optimismo" por esquivarlo. La de Barcelona subió la persiana en febrero de 2020.

Estas dos clausuras serán un nuevo episodio de una cadena de cierres que se han venido sucediendo de forma silenciosa en los últimos tiempos. En Madrid, ya han echado la persiana al local que tenían en Príncipe de Vergara y a los que tenían en los centros comerciales como Xanadú o la Gavia. "Era una estrategia diseñada cuando se aspiraba a consolidarse al frente del mercado. Ahora no tiene sentido mantenerlas".

placeholder Interior de la tienda de Barcelona. (EFE/E. Pérez)
Interior de la tienda de Barcelona. (EFE/E. Pérez)

Consultados por estos hechos, la compañía reconoce que "ha realizado algunos ajustes de negocios, centrándose en los negocios clave de Huawei Consumer BG en España para adaptarse a las necesidades del mercado local" y no se pronuncia sobre el alcance de los recortes ni del cierre de establecimientos físicos. "Los consumidores siguen enfrente de lo que hacemos".

A diferencia de otras tecnológicas, que se han visto obligadas a apretarse el cinturón por las turbulencias económicas, los problemas de Huawei empezaron a formarse mucho antes. Concretamente en mayo de 2019, cuando la Administración Trump, en el marco de la guerra comercial con China, metía a la compañía en una lista negra que impedía a las empresas estadounidenses mantener vínculos comerciales. El motivo argumentado por la Casa Blanca era que la compañía era una "amenaza para la seguridad nacional".

Google fue el golpe definitivo

Se desató el efecto dominó y decenas de empresas anunciaron que cortaban los lazos con la firma asiática. Pero hubo uno que supuso un torpedo directo a su línea de flotación. Google cortó el cordón umbilical que le unía al que entonces aspiraba a convertirse en el mayor fabricante de smartphones en todo el mundo y amenazaba con desplazar definitivamente a Samsung de esa posición, que a día de hoy sigue manteniendo.

Hubo mucha confusión en torno a las consecuencias. Los teléfonos de Huawei, como quedó demostrado meses después, podían seguir utilizando Android. Concretamente, una versión libre conocida por las siglas AOSP. Es la misma, por ejemplo, que Amazon utiliza para hacer funcionar sus tabletas. Sin embargo, la compañía no podía seguir haciendo uso de los servicios de Google, una biblioteca de recursos que es lo que realmente permite que Android funcione como esperan los usuarios.

Es lo que permite hacer pagos con el móvil, utilizar sus mapas, las aplicaciones de la Play Store... "Al principio se pudo sobrevivir porque ya teníamos un móvil licenciado que se estrenaba en otoño. Luego se relanzó el P30 Pro, que había sido un exitazo. Se pudo aguantar durante un tiempo, a través de operadoras y terminales baratos que habíamos comercializado antes del veto. Pero el daño estaba hecho".

placeholder Un terminal de Huawei, todavía con Android. (Reuters/Dado Ruvic)
Un terminal de Huawei, todavía con Android. (Reuters/Dado Ruvic)

Esa inercia que le permitió mantener el tipo empezó a dar ya señales de agotamiento muy evidentes el pasado año. La multinacional presentó los resultados correspondientes al 2021 en marzo. Unas cuentas que podían llevar a equívoco al reflejar el mayor beneficio en un solo ejercicio de toda su existencia. Si se bajaba al detalle, se veía que esto era producto de la venta de Honor, su marca blanca, que se ha constituido como empresa independiente y que ha podido volver al mercado occidental con móviles Android. Esta nueva compañía no tardó en pescar la mano de obra necesaria en su antigua empresa. En el mercado español, tal y como recuerdan algunos de los consultados por este periódico, han sido muchas las salidas de este tipo. El propio Wang es a día de hoy es el vicepresidente de Honor para Europa Occidental.

Más allá del balón de oxígeno de esta operación, los números reflejaban la primera caída de ingresos de su historia, al suponer un 30% menos que el curso anterior. La división de consumo, que en su momento supuso la mitad de su facturación, vio cómo sus ventas retroceden prácticamente un 50%. El mayor lastre son los smartphones. Si, en 2020, vendieron 188,5 millones de unidades (incluyendo los de Honor), en 2021 solo consiguieron sumar 35 millones.

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Su otro gran negocio, el del desarrollo de redes, no se ha visto tan gravemente afectado como el de consumo, a pesar de los vetos de países como Canadá, Australia, Reino Unido o Japón, además de EEUU, para participar en el despliegue de las redes 5G. En parte, por la fuerte implementación que tiene en lugares como en su mercado natal o el europeo, donde tiene mucho peso en las infraestructuras de los operadores, que no pueden prescindir de sus equipos de la noche a la mañana. Sin embargo, en previsión a un eventual descenso de los ingresos, la compañía ya ha metido un pie en otros negocios como el de la energía solar o la industria del automóvil.

Un plan que no ha funcionado

En el momento que el veto entró en vigor, la multinacional inició entonces un plan de contingencia para salvar su división de consumo. Por una parte, reforzó su catálogo de portátiles, auriculares y otros dispositivos como monitores, relojes inteligentes o tabletas. Por otra, movilizó ingentes recursos para crear su propio sistema operativo y su propia tienda de aplicaciones. Prometieron que podría estar listo en cuestión de meses. Pero no era así. "Se ha quemado mucho dinero hasta ahora para traer importantes apps a nuestros teléfonos y con otras, pues tocaba hacer trucos. Eso era una putada", comentan otras voces, que dejan caer que pensaron que se podía hacer lo mismo que en China, al no depender tanto ni de los servicios ni de las apps más populares de Android.

placeholder Huawei MateBook 16. (Cortesía)
Huawei MateBook 16. (Cortesía)

El del software no es el único problema. El acceso a los componentes clave para la fabricación de sus teléfonos también se ha visto mermado. Los fabricantes de semiconductores de Europa y Asia deben tener una licencia de EEUU si quieren vender a la compañía y Washington impone sus condiciones. Por ejemplo, Qualcomm, responsable de los procesadores Snapdragon, puede vender estos chips para que Huawei fabrique sus móviles, siempre con una condición: que no tengan conectividad 5G. Es lo que le ha pasado al Mate 50 Pro, recientemente estrenado a un precio de venta de 1.200 euros, que viene sin una funcionalidad que ya ofrecen hasta terminales por debajo de los 200 euros.

Esa prohibición fue el inicio de una lenta, pero inevitable debacle que ahora amenaza con borrar en mercados como el español los dispositivos del mapa. "Curiosamente en tabletas, relojes y ordenadores, las ventas van bien. Una tableta la usas más para ver Netflix o HBO, pero en el móvil necesitas sí o sí Google. Y hacerlo con nuestro sistema es un engorro", explican. "Explica a la gente que se compraba un P Smart Lite, un móvil de 200 euros que era la gran apuesta por sus ventas, que tenía que complicarse tanto la vida por un teléfono barato. Pues rápidamente se van a un Xiaomi y a correr".

"Te voy a ser sincero, la cosa está jodida. A principios de año, éramos unos 45, incluso más. Ahora somos poco más de 20. Y habrá más despidos antes de Navidad". Así explica un empleado de Huawei España la situación que vive la unidad de dispositivos de consumo del fabricante chino en nuestro país. De controlar más del 30% de cuota de mercado en venta de móviles, Huawei llega hoy con suerte al 1%. Descalabro total. Nuestro país no es el único afectado, las oficinas al completo de Huawei en Reino Unido, Francia y Portugal penden de un hilo. Y la empresa estudia qué hacer con su red de tiendas en todo el continente.

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