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El asturiano convertido en el humorista de la sexta ola: "Me dicen que alegro la cuarentena"
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De 2.000 a 250.000 'followers' en un mes

El asturiano convertido en el humorista de la sexta ola: "Me dicen que alegro la cuarentena"

Desde diciembre la curva de contagios se ha disparado, pero hay otra que crece a la par, la de los seguidores de Dnez, un actor que triunfa con sus 'reacciones' a los 'vendehumos'

Foto: Dnez.
Dnez.

Sencillos y directos, sin aspavientos y con los recursos más que contados. Pero con eso, y mucho ingenio, puede ser suficiente para convertirte de la noche a la mañana sin buscarlo, ni casi quererlo, en el humorista viral de la sexta ola. Con esos toques se podrían definir los vídeos de Dnez, un asturiano de 34 años que el 1 de diciembre contaba con 2.000 seguidores en TikTok y unos 10.000 en Twitter y ahora ha multiplicado por 100 y 10 esas cifras. ¿Cómo? Con bromas de menos de un minuto que están encantando a público y algoritmos. Aunque en realidad ni él se lo explica: "No sé, imagino que será porque hacen gracia, pero soy 'influencer' mal, tampoco sé decirte mucho sobre esto".

Daniel Fernández se ha vuelto una de las caras de estas Navidades en España, al menos en las redes sociales. Sus contenidos se comparten por Twitter y TikTok mayoritariamente, pero también llegan a Instagram e incluso cruzan la más complicada de todas las fronteras, la de WhatsApp. Su humor sencillo y su forma de 'reaccionar', como se conoce a este tipo de vídeos en la red (el autor muestra sus reacciones ante el contenido de otra persona), a los discursos subidos por todo tipo de gurús, 'coaches' o supuestos expertos en materias como el amor, el marketing o el 'lifestyle' han calado en la población. Y cada uno de los que sube desde principios del mes pasado recibe miles y miles de compartidos y 'me gusta'. Ya hay hasta diseñadores que han empezado a comercializar su famosa 'libreta' donde apunta todos los trucos que le dan.

Foto:  Julia Menú García en una foto de Instagram. (Fotografía cedida)

"No hay demasiado misterio en el 'boom', al menos por mi parte. Llevaba tiempo sin subir vídeos, pero durante el confinamiento descubrí TikTok, y me encantó, me llamó mucho la atención lo lleno que está de gente que te vende cosas y te da consejos de cualquier historia, no sé, me pareció un mundo maravilloso y pensaba ¿quién se cree estas cosas? Así que empecé a reaccionar a los que me llamaban más la atención y pensaba que podía dar para broma", explica el actor en conversación telefónica con El Confidencial.

Esa sencillez se ve reflejada claramente en el resultado, que no es más que el contenido al que hace referencia y un pequeño clip grabado con la cámara de su móvil y casi siempre con un solo plano mostrando su pensamiento. "No sé, hay uno por ejemplo que reacciono a un tiktok de Gianmarco, este de los realities de Telecinco, que se pone a cortar la pizza en 8 trozos porque dice que comes más pizza que si lo cortas en 4. Pues mejor entonces hacerlo en 10 o 12, ¿no? Y bueno pues intento reaccionar como lo podría hacer yo mismo en casa sin estar grabándome y creo que la gente se siente reflejada y le hace gracia".

El formato gustó, y desde inicios de diciembre empezó su idilio con el propio TikTok riéndose de los 'tiktokers'. De ahí dio el salto a Twitter, una red que, dice, redescubrió gracias a que el perfil de la periodista de tecnología Gina Tost compartió allí uno de sus vídeos. "Dije, anda, Twitter, claro, que sigue aquí. Yo es que nunca he sido muy bueno en eso de utilizar todas las redes, subir todos los contenidos a todas partes, etc. Pero bueno ahora estoy haciendo todo lo posible por cambiar. Uso Twitter, TikTok e Instagram", comenta el ovetense.

Fernández, por ahora, compagina su repentina fama con su trabajo en el sector sociosanitario y pese a lo que puedan llegar a pensar algunos, es muy parecido a como aparece en los vídeos. "Empieza a costarme hacer todo, pero bueno, a ver qué pasa cuando se vaya un poco toda esta locura. De momento subo vídeos y hago directos en TikTok, luego pongo tuits y otras cosillas en Twitter y en Instagram respondo preguntas, muestro un lado un poco más personal. A ver qué tal sale".

No tiene la receta que le ha llevado a la viralidad, pero sí apunta a dos elementos clave: la sexta ola ha hecho que mucha gente se tenga que quedar en casa y ha descubierto nuevos humoristas como ya pasó en el gran confinamiento —"incluso hay gente que me ha escrito dándome las gracias porque dicen que alegro la cuarentena"— y el 'boom' de los charlatanes que llenan las redes con discursos como sé tu propio jefe, descubre el negocio de moda del que nadie te habla... Con esos ingredientes, y aprovechando el potencial de un algoritmo que, por ahora, promociona tanto el contenido que gusta de forma orgánica, ha conseguido girar su situación en semanas. "Antes contestaba un comentario, si eso, a la semana, y era dando las gracias por verme, ahora da las gracias la gente porque conteste yo".

Algunos de sus post en la red social china aglutinan más de 4,5 millones de visualizaciones, mientras que en Twitter, sus vídeos más exitosos llegan a los 10.000 retuits. Unos números que dan buena cuenta de cómo ha conseguido colarse en pocos días en los 'timeline' de miles de personas y aunque dice que le han empezado a llegar ya algunos mensajes de marcas, de momento no se plantea dar ningún salto profesional. "De lo que te das cuenta, eso sí, es que llevar esto es mucho trabajo. A mí me encanta, es como mi droga, ver que la gente le gusta lo que hago que se ríe y se entretiene, pero luego llevar todo es una locura", añade.

Otro 'exviner' que demuestra el fallo de Vine

Uno de los puntos más llamativos del caso de Dnez es su origen como humorista en redes sociales. Aunque muchos, la mayoría, de sus seguidores lo han descubierto en el último mes, lo cierto es que la carrera de Fernández en internet empieza bastante antes, y hasta tuvo un instante con cierto éxito, no comparable al actual, pero que sí lo colocó entre nombres que ahora están entre los cómicos más seguidos de internet en España.

Él compartió espacio con Manuel Huedo, Jorge Cremades, Andrea Compton o Darío Eme Hache. Todos, hijos de una plataforma que nació en pleno 'boom' de las redes, creció a un ritmo rapidísimo y se hundió a la misma velocidad: Vine. Y lo peor para sus creadores es que, al menos en España, se ha demostrado que su formato tenía más que sentido.

"Yo empecé en Vine con muchos de los cómicos que despuntan ahora, pero bueno ellos se adaptaron a otras redes y yo creí que era mejor quedarse en Vine, al poco tiempo se vio que no tenía razón y que el tren había pasado. Así que dejé de subir vídeos. Pero sí, compartía plataforma con muchos de los que ahora triunfan en Instagram o en TikTok también", cuenta Dnez, cuyo nombre artístico viene de esa época. Lo cierto es que sus vídeos actuales no se diferencian mucho de aquellas bromas cortísimas, de apenas segundos, con chistes sencillos y un montaje aún más casero. Gente como él o Huedo explotaron como nadie las primeras cámaras frontales de los 'smartphone' y fueron capaces de sintetizar en 7 segundos (luego lo ampliaron a 140) obras completas. Eso sí, todo con un nivel más que 'amateur'.

La 'app', comprada en 2012 por Twitter, se hizo un gran hueco entre el público joven y consiguió que sobre todo muchos creadores como Dnez comenzarán a dejarse ver allí, pero tras 4 años de vida, a principios de 2017 echó el cierre. Lo más llamativo, es que sitios como Instagram o TikTok ahora basan gran parte de su éxito en un producto muy similar al que ofrecía Vine, con vídeos cortos, rápidos y que se consumen uno detrás de otro sin parar. Y claro, eso ha hecho que gente como Fernández puedan encontrar nuevas oportunidades, antes o después. "Fue la cantera, lo que pasa que muchos supieron mudarse a otros lados y pasarse a la profesionalización, y yo me quedé atrás porque soy un 'influencer' mal".

Sencillos y directos, sin aspavientos y con los recursos más que contados. Pero con eso, y mucho ingenio, puede ser suficiente para convertirte de la noche a la mañana sin buscarlo, ni casi quererlo, en el humorista viral de la sexta ola. Con esos toques se podrían definir los vídeos de Dnez, un asturiano de 34 años que el 1 de diciembre contaba con 2.000 seguidores en TikTok y unos 10.000 en Twitter y ahora ha multiplicado por 100 y 10 esas cifras. ¿Cómo? Con bromas de menos de un minuto que están encantando a público y algoritmos. Aunque en realidad ni él se lo explica: "No sé, imagino que será porque hacen gracia, pero soy 'influencer' mal, tampoco sé decirte mucho sobre esto".

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