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Los programas más sencillos para editar los vídeos (y cómo usarlos)
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CORTINILLA DE ESTRELLA Y... ¡CORTEN!

Los programas más sencillos para editar los vídeos (y cómo usarlos)

Algunos destacan por añadir efectos y otros por introducir tus propios archivos de subtítulos. Te explicamos sus características para que escojas en consonancia.

Foto: Foto: KKal Loftus (Unsplashed / CC)
Foto: KKal Loftus (Unsplashed / CC)

Que levante la mano quien a mediados de la década pasada descargó las fotos de su cámara en el PC, abrió el Windows Movie Maker y se sintió montador profesional poniendo una detrás de la otra (o un vídeo detrás del otro) para luego mostrar el resultado a todo el mundo como si de una película de vistas se tratara. Junto a ello le añadió clips de audio y transiciones que le encantarían a Homer Simpson. En pocos minutos se tenía un vídeo casero para la posteridad.

Foto: Si eres novato toma nota antes de comprar tu cámara. (A. Durov / Unsplash)

El Movie Maker nos dijo adiós a comienzos del año pasado. Era un programa gratuito y básico para aprender a montar vídeos o colecciones de fotos. Pero quienes no tienen conocimientos de edición o quienes buscan un ‘software’ de montaje sencillo no tienen que preocuparse. Hay alternativas que ayudarán en esos primeros pasos o cuando no se tienen grandes propósitos. Te enseñamos algunas de ellas y los mejores trucos para aprovechar su potencial.

Wax, un decano para vídeos sencillos

Comenzamos con uno de los editores de vídeo más antiguos que han llegado hasta hoy. Gratuito y con foro de usuarios, Wax tiene una interfaz muy simple: línea del tiempo en la parte inferior, pantalla de vista previa a la derecha y explorador de archivos en la izquierda. Entre sus atractivos que nada tienen que envidiar a ‘software’ posteriores está la posibilidad de añadir efectos especiales en dos y tres dimensiones. Así, puedes recuperar una especie de aquellos textos en 3D de los salvapantallas de Windows 98, pero encima de tus fotos y vídeos.

Su funcionamiento no entraña mucha complicación: es cargar los vídeos o fotos, arrastrarlos a la línea de tiempo y ordenarlos a nuestro gusto. Si queremos algo más, añadimos efectos como los comentados. Wax es interesante para personas que no son duchas con la tecnología, que no buscan hacer grandes proezas editoras o que solo quieren hacer un vídeo con fotos.

placeholder Interfaz de Wax. (Wax)
Interfaz de Wax. (Wax)

Pero si buscas algo más, sobre todo de recursos para hacer más atractivo tu vídeo, sigue leyendo.

Story Remix, el hijo de Movie Maker

Aunque Movie Maker ya no está en las nuevas versiones del sistema operativo, aquellos usuarios a partir de la versión 10 tienen un sustituto. En cuanto a funciones, Story Remix es un programa muy parecido a Movie Maker. Su principal función es hacer pequeñas ediciones en clips de vídeo y fotos, para agruparlos mediante efectos de transición y cortinillas. Para ordenarlos hay una línea del tiempo, con minutos y segundos, en la que intercalar cada elemento según nuestro gusto. Como principal novedad, permite añadir animaciones 3D.

Esto es ideal si tienes pocas ambiciones, como agrupar los vídeos y las fotos de las vacaciones y ponerles algún título para identificarlos. Pero eso no significa que tu vídeo sea cutre. Solo que tiene menos opciones para editar, pero las justas para hacer un vídeo atractivo que agrupe en un archivo todos los clips que desees.

Puedes añadir los archivos desde tu ordenador, ‘smartphone’, cámara de fotos o USB. Una vez se carguen, tendrás un vídeo ‘borrador’, con las fotos o clips de vídeo uno detrás de otro. En la barra blanca encima de ellos verás las opciones que te permitirán personalizarlo. Por ejemplo, si quieres añadir texto (un subtítulo, un ‘cartel’ que explique de qué es ese vídeo…), pincha encima del clip y luego selecciona la opción. Aparecerá una vista previa en la que podrás escribir tu texto y ajustarlo al espacio. También tienes una opción de recorte, con la que reducir la duración de un vídeo. Una vez aplicadas cada una de estas funcionalidades y antes de darle el visto bueno, podremos revisarlas en una vista previa.

Si haces un vídeo con fotos, existe la posibilidad de añadirles música. El resultado sería como una presentación de diapositivas, cuya duración se ajustaría a la del tema. Este puede ser de la galería de música de la aplicación o uno que cargues de tu biblioteca personal. A estas fotos se les puede añadir filtros, para dar un tono Instagram al resultado.

El vídeo se puede exportar en .mp4 en tamaño pequeño, medio o grande. La calidad final solo la podrás comprobar una vez termine el proceso, así que quizá tengas que exportarlo de nuevo con una calidad superior si no te satisface el resultado.

Shotcut, toque profesional con variedad de filtros

placeholder Interfaz de Shotcut.
Interfaz de Shotcut.

Si la alternativa de Microsoft no te convence, tienes la opción de probar Shotcut, bastante atractivo y que tiene un diseño y funcionalidades más profesionales. Y al tener ese matiz más profesional, exige algo más de dedicación para dominarlo. Pero no te preocupes: si lo único que quieres es aplicar algún filtro y hacer alguna modificación como las que te hemos explicado antes, entonces no tendrás mucho problema.

Este programa de montaje, disponible para Linux, Microsoft y MacOS, es libre y ‘open source’. Entre sus ventajas está que trabaja con decenas de formatos de vídeo y audio. También, captura a través de webcam, micrófono o la propia pantalla del ordenador. Otra de las claves es su interfaz modular. Puedes mover los módulos a tu antojo, según tus necesidades en cada momento: historial, miniaturas de los clips...

El funcionamiento de la ‘mesa de edición’ es muy sencillo y recuerda al del Movie Maker y otros programas de edición. Arrastramos los archivos a la línea de tiempo, los ordenamos a nuestro gusto y añadimos las transiciones o efectos. También hay filtros, por lo que se pueden obtener resultados parecidos a los de Story Remix. De hecho, los expertos alaban el gran número que hay en comparación a otros ‘softwares’, así que si te gusta trastear e ir más allá de la cortinilla de estrella échale un vistazo a su catálogo.

LightWorks, de Hollywood a tu casa

placeholder Foto: Lightworks.
Foto: Lightworks.

Si eres muy cinéfilo, pero cinéfilo del nivel de conocer todos los entresijos de la industria cinematográfica, quizá te suene el programa Lightworks. Es el que usan muchos montadores profesionales para editar las películas que luego ves en el cine o en casa. De ‘El discurso del rey’ a ‘Notting Hill’, pasando por ‘Gangs of New York’ y ‘Cabaret’, son muchas las películas que se han servido de él para crear imágenes hoy míticas. Tú también puedes hacerlo.

Disponible para Windows, Mac y Linux, hay una versión de LIghtworks que nos hará sentirnos en Hollywood, pero con limitaciones. Por ejemplo, en uno de sus principales atractivos, la exportación a numerosos formatos. En la versión gratuita podremos preparar nuestro vídeo para YouTube o Vimeo con calidad máxima de 720p. Pero si queremos calidad de DVD o Blu-Ray, deberemos comprar la versión Pro.

En cualquier caso, su interfaz es muy amigable y permite trabajar bien sabiendo dónde encontrarlo todo. Además, puedes personalizar los controles y la ubicación de las ventanas para ponerlos donde mejor te venga para trabajar. El programa permite añadir más de 100 efectos especiales para usar, así como música libre para usar en el montaje. También tiene corrección de color.

Y si se te queda corto, siempre puedes comprar la licencia Pro de la que hablábamos al comienzo, con el que estarás a un paso de ganar el Óscar o lo que se tercie. Hay varias opciones de pago; si no quieres hacer un montaje muy profesional, debería bastarte con la gratuita o con cualquiera de los otros programas de los que hablamos. Pero si quieres sacarle tanto rédito como a ShotCut, se puede hacer; solo es cuestión de ponerse a aprender. Y de dinero.

Avidemux, el atractivo de añadir subtítulos

placeholder Foto: Avidemux.
Foto: Avidemux.

Avidemux también es gratuito y ‘open source’. Su interfaz y funciones son aún más simples que los de ‘softwares’ anteriores. Asimismo, tiene filtros, posibilidad de añadir audio o recortar fragmentos de los vídeos. Pero uno de sus principales atractivos es que le puedes añadir tus propios archivos de subtítulos. Así, se le pueden cargar archivos de extensiones como .srt o .sub. Por último, acepta muchos formatos y códecs de entrada y salida, por lo que será fácil trabajar con cualquier archivo y exportar en consonancia.

Acceder a cualquiera de los fotogramas de los clips de vídeo (para corregirlos, eliminarlos… individualmente) es muy sencillo gracias a la botonera de reproducción. Cuenta incluso con dos botones especiales para ir al primero o último ‘frame’ negro, muy útiles si estás buscando el lugar donde empieza o termina una transición.

También en este programa merece la pena pasarse por los filtros de vídeo, ya que la colección es amplia y está bien ordenada; los hay de color, de subtítulos, de entrelazado de clips… Por si esto fuera poco, también podemos cargar nuevos que hayamos descargado de internet.

Su web oficial cuenta con una wiki en la que encontrar información de uso. También, con un canal de YouTube que explica conceptos tan variados como añadir un filtro, combinar fundidos o la sincronización de audio.

Como ves, la lista de editores es larga. También podemos incluir modelos para navegador. Es el caso de WebVideo, en ocho idiomas y que se conecta a redes sociales, Google Drive y Dropbox para cargar archivos, además de grabar vídeo y voz para incluir en el momento.

A pesar de las diferencias de interfaces y utilidades, usar cualquiera de estos programas es fácil. Algunos requieren más pericia, de acuerdo a sus mayores funcionalidades, pero nada difícil con tiempo, paciencia y ganas. Ante cualquier duda tienes foros y tutoriales en los que compartir tus dudas con otros usuarios. Disfrútalos y, quién sabe, quizá te aficiones tanto que lo conviertas en un oficio.

Que levante la mano quien a mediados de la década pasada descargó las fotos de su cámara en el PC, abrió el Windows Movie Maker y se sintió montador profesional poniendo una detrás de la otra (o un vídeo detrás del otro) para luego mostrar el resultado a todo el mundo como si de una película de vistas se tratara. Junto a ello le añadió clips de audio y transiciones que le encantarían a Homer Simpson. En pocos minutos se tenía un vídeo casero para la posteridad.

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