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¿Informático explotado en una consultora? Las webs para ‘freelances’ te salvarán la vida
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¿Informático explotado en una consultora? Las webs para ‘freelances’ te salvarán la vida

Los desarrolladores españoles tienen en plataformas como Malt, Freelancer y Yeeply la oportunidad de trabajar por cuenta propia más allá de nuestras fronteras y huir de las infames ‘cárnicas’

Foto: Trabajar como autónomo, una de las alternativas a las ‘cárnicas’ (Fuente: StartupStockPhotos)
Trabajar como autónomo, una de las alternativas a las ‘cárnicas’ (Fuente: StartupStockPhotos)

No solo de viajes en BlaBlacar, guías turísticos y entrega de comida viven la economía colaborativa y la llamada ‘gig economy’. De hecho, cualquier servicio en el que una plataforma pueda hacer las veces de intermediario es un potencial candidato a formar parte de este polémico modelo que no se ha olvidado de los informáticos: ya sea dentro o fuera de nuestras fronteras, existen distintas compañías dispuestas a hacer de enlace entre desarrolladores y potenciales clientes (y sacar dinero de ello, claro).

“En unos años, a los mejores programadores no les va a compensar trabajar para consultoras”, vaticina a Teknautas Gonzalo Torres. Actualmente, Torres es el responsable en España de Malt, la plataforma francesa que pone en contacto a ‘freelances’ y potenciales clientes y que desembarcó en nuestro país hace tan solo medio año. En ese tiempo, 6.000 autónomos y 1.000 empresas se han congregado en sus dominios para hallar lo que busca cada uno. De todas las profesiones disponibles en la plataforma, Torres deja claro que “los más demandados son los desarrolladores web y móvil”.

Foto: Un hombre descansa frente a su ordenador. (iStock)

Mientras en las grandes consultoras reina en muchos puestos la precariedad laboral, los profesionales del código estarían viendo en el mundo de lo ‘freelance’ una alternativa. Y ahí es donde Malt y otras tantas empresas entran en juego. “Nos permiten centrarnos en lo que más nos interesa, que es desarrollar; nos evita todo el tema de comerciales”, explica, desde el lado de los desarrolladores, José Antonio Llopis.

“En muchas áreas, como la programación, los ‘freelances’ ya están obteniendo cada vez más contratos en reemplazo de agencias o consultoras”, señala el responsable de la división internacional de Freelancer, Sebastián Siseles. Paradójicamente, desde esta plataforma intermediaria fundada en 2009 se apunta al fin de la intermediación como la explicación a este fenómeno: “Quien requiere un servicio a través de Freelancer entra en contacto directo con quien se lo va a proveer, desintermediando el trabajo y eliminando de la ecuación intermediarios que a veces resultan innecesarios”.

placeholder Freelancer es una de las plataformas más longevas de intermediación de autónomos (Fuente: Freelancer)
Freelancer es una de las plataformas más longevas de intermediación de autónomos (Fuente: Freelancer)

Presente en plataformas como la longeva Freelancer o la española Yeeply, Llopis comenta que “las grandes consultoras tienen equipos de desarrollo creados hace 10 o 15 años, formados en otras tecnologías, y esos equipos no están preparados hoy”. Optar por informáticos autónomos parece buena solución para todos: las empresas contratan de forma puntual a un profesional actualizado para una necesidad concreta y el desarrollador puede huir de las gigantescas estructuras de las consultoras.

Sin embargo, todas las monedas tienen dos caras. “Tenemos que ajustar bastante más los márgenes”, admite Llopis. Al tratarse de plataformas repletas de profesionales esperando encargos con los brazos abiertos, “el cliente en un solo sitio puede ver a más desarrolladores y tenemos que bajar los precios”, detalla.

Además, este desarrollador explica que a través de estas plataformas también llegan proyectos mucho menos consolidados. “Los clientes que llegan no son técnicos y las propuestas no llegan maduras como para ponerse a desarrollar”, comenta Llopis. “Son los dos problemas que sufrimos a diario”, sentencia.

La granja de desarrolladores de Europa

Mientras tanto, las propias plataformas tienen que luchar contra la propia fama del tipo de servicio que prestan. Polémicas como las generadas con casos como BlaBlaCar o Airbnb no han ayudado. “En el mercado español sí que es verdad que hay que explicarle al cliente bien lo que hacemos, porque la palabra intermediario está mal vista, tiene una connotación negativa”, plantea Fernando Ballester, portavoz de Yeeply.

“Sinceramente, hay un ‘pero’ que siempre ronda en la cabeza de todos y es el margen que este tipo de plataformas se lleva por la gestión”, explica Roberto Gorraiz, de Agencia SEO, una de las empresas que ha contratado a desarrolladores autónomos a través de intermediarios como Yeeply. Aclara, eso sí, que “lo que no se ve es el verdadero valor añadido que es el tiempo y la eficacia en los resultados”.

La plataforma, fundada en 2013 y que está a punto de cerrar una ronda de financiación de más de 250.000 euros, cuenta con una base de datos de más de 20.000 desarrolladores. De sus entrañas han salido ‘apps’ como LaLiga Fantasy, el juego oficial para móviles de la liga de fútbol española. Ahora, su apuesta (y la de otras plataformas similares) pasa por mirar más allá de España para exportar el trabajo patrio por toda Europa.

placeholder El juego de LaLiga Fantasy es una de las ‘apps’ nacidas a través de Yeeply (Fuente: Yeeply)
El juego de LaLiga Fantasy es una de las ‘apps’ nacidas a través de Yeeply (Fuente: Yeeply)

“España tiene muchos ingredientes para convertirse en algo así como la California de Europa”, plantea el responsable de Malt en nuestro país. De hecho, todas las fuentes consultadas para este artículo coinciden: la reputación de los programadores españoles fuera de nuestras fronteras es difícilmente mejorable. “A nivel técnico somos los mejores”, explica Ballester. “España es la granja de informáticos del continente”.

Las palabras son muy buenas pero la situación tampoco es idílica. De hecho, los expertos también coinciden en otro aspecto que resume Llopis: “Aunque sale mucho más económico contar con desarrolladores de aquí y el nivel y la calidad es la misma que en el resto de Europa, hay un hándicap claro: el idioma. El inglés es lo que más nos piden y flojea”.

Mientras el idioma sigue presentándose como una gran barrera para el salto internacional del trabajo hecho en España, desde el sector señalan a Portugal y Polonia como probables rivales a batir en esa singular lucha por el desarrollo informático barato y de calidad para el resto del Viejo Continente. De hecho, los datos facilitados por Freelancer (con más de 350.000 usuarios en España), indican que la mayoría de autónomos que ofrecen sus servicios en la plataforma son programadores y que la demanda se ubica, principalmente, en nuestro propio país y en Reino Unido.

placeholder Malt es otra de las plataformas que también pueden ser una gran alternativa para los 'freelance'
Malt es otra de las plataformas que también pueden ser una gran alternativa para los 'freelance'

Pero aún hay otro obstáculo antes de convertir a los informáticos españoles en los principales proveedores de desarrollo en Europa: la legislación. Desde Malt aseguran que, según un estudio llevado a cabo a comienzos de este año, el 75 % de los autónomos presentes en la plataforma lo son por elección propia y, sin embargo, la mayoría afirma que el sistema de autónomos español no les favorece.

“El concepto de autónomo está muy devaluado en España”, afirma Torres. “La competitividad de un ‘freelance’ español es excelente, pero todavía hay escepticismo sobre la viabilidad de serlo, y muchos que desearían lanzarse a la piscina todavía dudan”. Como desarrollador, Llopis confirma estos problemas, recordando que hasta que se cobran las facturas de un trabajo que ha llevado meses, es necesario estar dado de alta y cumplir con distintas normativas (como la de protección de datos, señala el desarrollador) que hacen que un profesional de la informática tenga que destinar una importante porción de tiempo a administrar y gestionar estas y otras cuestiones burocráticas.

Así, y a pesar de los problemas que puedan representar la barrera idiomática o el sistema de autónomos español, los informáticos ya tienen una alternativa al trabajo en las multinacionales de la consultoría, e incluso la posibilidad de mirar más allá de los Pirineos. Las plataformas de intermediación están listas (con sus luces y sus sombras) para exportar trabajo ajeno y convertirnos en la granja de desarrolladores de Europa.

No solo de viajes en BlaBlacar, guías turísticos y entrega de comida viven la economía colaborativa y la llamada ‘gig economy’. De hecho, cualquier servicio en el que una plataforma pueda hacer las veces de intermediario es un potencial candidato a formar parte de este polémico modelo que no se ha olvidado de los informáticos: ya sea dentro o fuera de nuestras fronteras, existen distintas compañías dispuestas a hacer de enlace entre desarrolladores y potenciales clientes (y sacar dinero de ello, claro).

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