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La verdad detrás del futbolín, masaje y gimnasio en Silicon Valley
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La verdad detrás del futbolín, masaje y gimnasio en Silicon Valley

La semana pasada, en el artículo sobre las diferencias ante el trabajo en España y Silicon Valley, mencioné otro tema que a muchos (malos) periodistas les

La semana pasada, en el artículo sobre las diferencias ante el trabajo en España y Silicon Valley, mencioné otro tema que a muchos (malos) periodistas les encanta tocar, y sobre el que se han llenado centenares de páginas llenas de tópicos desde finales de los 90 gracias al magnífico trabajo de algunas agencias de relaciones públicas: la variada y pintoresca oferta de servicios adicionales para empleados dentro de la oficinas de las empresas digitales americanas. Hablamos de comida y bebida gratuitos, sala de relajación o de siestas, servicios de masajes, futbolín, piscina, gimnasio, consolas de videojuegos, servicio de lavandería, transporte gratuito, guardería... todos ellos elementos que llaman poderosamente la atención de los medios y que, cómo no, son carne de cañón de estos #SiliconValleyFacts. ;)

Como en todos los tópicos, hay una base verídica, y luego un altísimo porcentaje de exageración, leyenda o cuento chino. La parte que es cierta es que hay muchas empresas en el sector digital, también en España, que ofrecen algunas de estas ventajas a sus empleados. De hecho, casi todas las grandes compañías ofrecen algunos de estos servicios en sus oficinas para atraer y retener talento. Es una tradición que viene de finales de los 90, los años pre-burbuja puntocom, en los que el dinero fluía con facilidad y, como ocurre ahora, era difícil captar y retener a los mejores empleados y se buscaban todo tipo de ardides para conseguirlo. En Ya.com en el 2000 teníamos masajista y consolas de videojuegos, y había quien se echaba buenas siestas en las salas de reuniones. Y otras empresas españolas de los años de la burbuja copiaron el modelo americano, aunque sin mucho criterio y sin que hubiera necesidad, solo por ser más "cool" y salir en los medios por tener la oficina más "guay". 

Volviendo a EEUU, quizá el ejemplo más extremo sea Google. Sus oficinas en Mountain View, llamadas Googleplex, son famosas precisamente por ello y son destino turístico de primer orden, ya que ofrecen el paquete completo: comida y bebida gratis siempre a menos de 30 metros de tu puesto de trabajo, y de todos los tipos y sabores (japonés, kosher, hindú, mexicano, italiano, vegetariano...); piscina y campo de vóley playa; servicio de lavandería y plancha; transporte gratuito en autobuses con wifi desde San Francisco; guardería; zonas ajardinadas y de esparcimiento...

Y su primo Youtube, cuando vas de visita a su central en San Bruno, presume de su futbolín, sus zonas de recreo y descanso, su enorme y súper bien equipado gimnasio y su impresionante piscina olímpica. Y en el resto de grandes compañías, pues otro tanto (salvo quizá Facebook, cuyas oficinas son más bien seriotas y sin tanta parafernalia). 

Y hasta aquí las verdades. Porque la clave del asunto está en el por qué hacen esto las empresas, y si realmente la gente lo usa y todo es tan bonito como lo pintan en las visitas organizadas y en los artículos a todo color que les dedican los medios, que por desgracia no suelen rascar lo más mínimo detrás del cartón piedra. 

La verdad del barquero es que no lo hacen por su bondad innata y por su cariño hacia los empleados. Lo hacen por que les interesa y con el objetivo de aumentar la productividad por empleado, por tres razones: 

Una, porque eso permite impresionar a los recién titulados de las mejores universidades, en la guerra abierta por captar talento que hay en el Valle. Cuando los nuevos ingenieros vienen a una entrevista en este tipo de oficinas, sienten que están casi como en su hermandad de la universidad, y eso puede hacerles tomar la decisión de fichar por tal o cual empresa. De paso, impresionas a la opinión pública y ganas reconocimiento por lo bien que tratas a tus empleados. 

Dos, porque ese tipo de servicios, se usen o no, generan fidelidad a la empresa y sentimiento de pertenencia. Es habitual escuchar a los empleados más jóvenes e impresionables de estas compañías vacilar con sus amigos sobre los extras: "¿sabes que en mi trabajo tenemos yo-que-se-qué mejor que en el tuyo?". Y mientras, claro, no comparan sueldos ni condiciones económicas. 

Y tres, y más importante, porque esos servicios hacen que los empleados pasen mucho más tiempo en el centro de trabajo. Y cuanto más tiempo estén en el tajo, más trabajan, y más inercia de trabajo generan en sus compañeros, que también se ven obligados a quedarse más horas por la presión del entorno. Al final, la productividad por empleado es la clave del asunto. 

Pero lo más gracioso de todo es que estos servicios apenas se usan, y en su mayoría no son otra cosa que fachada para visitantes. Y esto lo sé por experiencia propia en los años pasados en grandes empresas, y por experiencia ajena visitando empresas estos meses y por lo que me cuentan mis amigos y conocidos en Silicon Valley. Poca gente va al gimnasio del trabajo y casi nadie nada en la piscina porque no te apetece sudar y mostrar michelines delante de los compañeros de curro; los videojuegos y el futbolín son armatostes decorativos, en parte porque no tienes tiempo y en parte por el qué dirán los demás si te ven muy a menudo jugando. 

En mis años en Yahoo! España el futbolín solo lo usaban los programadores un ratillo los viernes por la tarde fuera de horas de trabajo, y en una visita que hice a Youtube en San Bruno nos echaron la bronca por usar el que tienen en recepción, dejándonos claro que es solo decoración. En esa misma visita, no vi a nadie en el tremebundo gimnasio, y solo una persona estaba en la piscina olímpica. Nadia disfrutaba de las zonas de esparcimiento, y todas las personas que vimos estaban trabajando. 

Lo de la piscina del Googleplex es más cachondo: solo cabe una persona, es del tamaño de un jacuzzi (para miles de empleados), pero aún así tienen allí a un socorrista por razones de seguridad y para darle vitola de seriedad al asunto. Los servicios de lavandería y plancha se pagan, pero al tenerlos a mano pasas más tiempo en la oficina. Y la guardería también se paga, y a base de bien: 40.000 dólares anuales por niño, y hay lista de espera para entrar. 

El transporte gratuito que ofrecen casi todas las empresas son autobuses con wifi incorporado... para que también trabajes mientras vas y vuelves, generando una media de unas 7 u 8 horas extra (que por supuesto no se cobran) por empleado a la semana. La comida, que es fantástica y gratis, es una razón más para pasar más tiempo en el recinto, y te ponen una cafetería muy cerca de tu puesto para que no pierdas tiempo yendo y viniendo: te acercas, pillas tu tentempié y tu bebida, y a seguir tecleando. 

Y así hasta el infinito y más allá. Todo pensado y bien analizado para tener al empleado contento, pero siempre con el objetivo de que trabaje más y mejor. Al final, con esto ganan todos, y ahí está el truco: el empleado está más feliz, y la empresa genera más trabajo y productividad con un coste residual. A mí me parece genial y soy partidario de este modelo, pero al menos, que todos sepamos a qué jugamos y que no intenten vendernos la moto, ¿no? 


La semana pasada, en el artículo sobre las diferencias ante el trabajo en España y Silicon Valley, mencioné otro tema que a muchos (malos) periodistas les encanta tocar, y sobre el que se han llenado centenares de páginas llenas de tópicos desde finales de los 90 gracias al magnífico trabajo de algunas agencias de relaciones públicas: la variada y pintoresca oferta de servicios adicionales para empleados dentro de la oficinas de las empresas digitales americanas. Hablamos de comida y bebida gratuitos, sala de relajación o de siestas, servicios de masajes, futbolín, piscina, gimnasio, consolas de videojuegos, servicio de lavandería, transporte gratuito, guardería... todos ellos elementos que llaman poderosamente la atención de los medios y que, cómo no, son carne de cañón de estos #SiliconValleyFacts. ;)

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