Es noticia
Niñas cuidadoras, el trabajo infantil invisible que lastra el futuro de las mujeres en Nepal
  1. Sociedad
DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

Niñas cuidadoras, el trabajo infantil invisible que lastra el futuro de las mujeres en Nepal

Muchas jóvenes se ven obligadas a abandonar sus estudios a muy temprana edad para poder hacerse cargo de las tareas del hogar y del cuidado de familiares dependientes

Foto: Foto: Katia Álvarez Charro (Fundación Vicente Ferrer)
Foto: Katia Álvarez Charro (Fundación Vicente Ferrer)

Renuka, Rabina y Neerja son tres adolescentes nepalíes que se han visto obligadas a crecer demasiado rápido. Cada día se ocupan de cortar la hierba, alimentar al ganado, recorrer pedregosos y largos caminos entre las montañas del Himalaya para llegar a la tienda a comprar alimentos, hacer la comida o cuidar de sus padres y hermanos. Las tres comparten una situación concreta: en su familia hay una persona dependiente y las tareas más pesadas del hogar recaen sobre ellas.

El sobreesfuerzo de estas jóvenes tiene repercusiones en su rendimiento escolar. Si logran sacar tiempo algún día a la semana para ir a la escuela, en la mayoría de los casos muy alejada de su residencia, apenas les queda margen para estudiar y hacer deberes. Pero hay algo más que las une: a pesar de su temprana madurez y su alto sentido de la responsabilidad, admiten que les hace felices ir a la escuela porque aprenden y crean lazos con compañeras.

placeholder Foto: Katia Álvarez Charro (Fundación Vicente Ferrer)
Foto: Katia Álvarez Charro (Fundación Vicente Ferrer)

En el Día Internacional de la Mujer, la Fundación Vicente Ferrer alerta sobre el riesgo de que este trabajo infantil invisible sea la causa del abandono escolar. “Si no les queda tiempo para estudiar, se notará en sus calificaciones y eso las desmotiva. Reivindicar el derecho de las niñas a estudiar es un objetivo en el que ganamos todas y todos, porque sus estudios permitirán no solo su progreso individual, sino también familiar y comunitario”, explica Visha Ferrer, directora del Programa de Mujeres de la Fundación Vicente Ferrer.

Según el Informe de Seguimiento de la Educación de la Unesco, la educación de las niñas tiene importantes repercusiones en el conjunto de la sociedad. Por ejemplo, completar la enseñanza primaria reduciría en dos tercios la mortalidad materna; y concluir la secundaria disminuiría la mortalidad infantil en tres millones de vidas. Asimismo, 12 millones de niñas y niños dejarían de sufrir raquitismo y desnutrición. La educación reduce además los matrimonios precoces y la resignación a la violencia machista, aparte de que favorece la emancipación y el liderazgo para vencer la discriminación.

Las niñas y jóvenes que han recibido educación conocen mejor sus derechos y tienen más confianza y libertad para tomar decisiones que afecten a su vida. En Nepal, lograr que las niñas sigan en la escuela después de cursar Primaria es uno de los medios más eficaces para evitar el matrimonio y la maternidad a edades tempranas, una lacra que afecta al 33% de las menores en el país.

placeholder Foto: Katia Álvarez Charro (Fundación Vicente Ferrer)
Foto: Katia Álvarez Charro (Fundación Vicente Ferrer)

“Si hay desconexión escolar, las niñas perpetuarán el papel de sus madres y abuelas, y acabarán optando por el matrimonio como único proyecto de futuro. Estaríamos entonces ante una nueva generación de niñas que carecen de poder de decisión”, explica Visha Ferrer. La fundación trabaja para apoyar a estas familias y diseñar estrategias que permitan a las niñas seguir estudiando. Entre ellos, organiza visitas a domicilio o financia el acceso de personas dependientes a centros de día. También ofrece apoyo para la compra de material escolar y clases de refuerzo que incluyen el desplazamiento y el salario del profesorado para mejorar los resultados académicos de las alumnas con dificultades para acceder a diario a la escuela.

Su programa de igualdad de género comenzó en 1982 en Anantapur (India) y desde entonces miles de mujeres se han organizado en asociaciones para crear una red de apoyo mutuo desde donde gestionar sus ahorros para emprender negocios, promocionar los estudios de sus hijas y organizar acciones para visibilizar la discriminación de las mujeres. Desde que el pasado año anunciara su expansión a Nepal y otros países del sur asiático, la Fundación Vicente Ferrer ha manifestado su firme propósito de dar prioridad al bienestar, la salud y progreso social y económico de las niñas y las mujeres.

Renuka, Rabina y Neerja son tres adolescentes nepalíes que se han visto obligadas a crecer demasiado rápido. Cada día se ocupan de cortar la hierba, alimentar al ganado, recorrer pedregosos y largos caminos entre las montañas del Himalaya para llegar a la tienda a comprar alimentos, hacer la comida o cuidar de sus padres y hermanos. Las tres comparten una situación concreta: en su familia hay una persona dependiente y las tareas más pesadas del hogar recaen sobre ellas.

ECBrands