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Las tecnológicas abren la puerta al mercado de la discapacidad
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solo el 30% utiliza internet

Las tecnológicas abren la puerta al mercado de la discapacidad

Plena inclusión España ha lanzado la Alianza Tecnológica por la Inclusión, que persigue unir a las grandes corporaciones para que desarrollen sus productos con perspectiva de accesibilidad

Foto: Imagen cedida por NWPhoto/Plena inclusión España.
Imagen cedida por NWPhoto/Plena inclusión España.

El panorama tecnológico global se enfrenta a un desafío fundamental: la inclusión digital de las personas con discapacidad. Así, las empresas tecnológicas encaran el reto de frenar esta brecha digital, reconociendo que el acceso a la tecnología es un derecho universal y un paso esencial hacia una sociedad equitativa.

España, según los datos de algunas organizaciones, tiene una población de más de 700.000 personas que diariamente enfrentan desafíos de comprensión. De hecho, según el Instituto Nacional de Estadística, solo el 30% de las personas con discapacidad intelectual utiliza internet regularmente, en contraste con el 84% de la población general.

Ante esta situación, Plena inclusión España, que apoya a más de 150.000 personas con discapacidad intelectual y del desarrollo y sus familias, ha lanzado la Alianza Tecnológica por la Inclusión. Se trata de un proyecto que busca involucrar a las empresas tecnológicas en el desarrollo de dispositivos y soluciones que integren la accesibilidad cognitiva desde su diseño inicial. Compañías e instituciones como Fundación Telefónica, Samsung, BBVA, la Asociación Española de Banca, la Universidad Politécnica de Madrid, IE University, NTT Data, Inetum, Globant o la Universidad Carlos III de Madrid colaboran ya activamente.

Esta iniciativa forma parte del proyecto Transformación Digital por la Inclusión (TDI) financiado por la Unión Europea con fondos Next Generation y enmarcado en el Plan de Recuperación y Resiliencia, coordinado por el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030. Bajo el lema La revolución de lo fácil: hacerlo fácil es justo, es posible, es rentable, Plena inclusión España celebrará un acto de presentación de la Alianza Tecnológica por la Inclusión el próximo 13 de diciembre en Madrid. “Invitamos a todas las empresas tecnológicas o de base tecnológica a que se sumen a esta Alianza que permitirá el desarrollo de tecnologías más inclusivas para romper la brecha digital que aleja a millones de ciudadanos del disfrute de los derechos más básicos”, asegura Carmen Laucirica, presidenta de Plena inclusión España.

Un derecho (y una oportunidad económica)

La inclusión tecnológica es un derecho reconocido internacionalmente por entidades como la ONU y la UE, y está regulada en España por el Real Decreto 193/2023​​. Pero, además de ser un derecho, es un área de oportunidad económica para las tecnológicas. Les permite extender su mercado a un público más amplio, mejorando su imagen y reputación al demostrar un compromiso con una sociedad igualitaria​​.

Estudios realizados por la Comisión Europea muestran que mejorar la accesibilidad podría incrementar el PIB de la Unión Europea en unos 2.000 millones de euros anuales debido al aumento de la participación en el mercado laboral y al gasto de consumidores con discapacidad.

Muchas empresas tecnológicas han puesto ya su foco en esta nueva vertiente del mercado: “Llevamos muchos años colaborando con diversas entidades sociales. Ellos evalúan todos nuestros dispositivos, tantos móviles como televisores, incluso electrodomésticos y, aparte de ser de gran utilidad para nosotros, tener esa respuesta nos ayuda también a ir adaptándonos cada día más”, asegura Elena Díaz-Alejo, de Samsung.

Las leyes de muchos países ya reflejan esta necesidad. En la Unión Europea, por ejemplo, el Acta Europea de Accesibilidad requerirá que ciertos productos y servicios sean accesibles para todos los usuarios a partir de 2025. Las compañías que se anticipen a estas regulaciones no solo evitarán sanciones, sino que también se posicionarán como líderes en un mercado emergente. En opinión de Carlos Palacios, director del Área de Acción Social y Voluntariado de la Fundación Telefónica, “en este país tenemos más de 33 tipos de discapacidad reconocidos. Tenemos que entender que es un cluster de negocio como otro cualquiera".

“En este país tenemos más de 33 tipos de discapacidad. Tenemos que entender que es un 'cluster' de negocio como otro cualquiera"

La tecnología abre un abanico de opciones tanto en la cantidad del empleo como en la calidad del mismo. Como dice Cristina Paredero, persona con autismo, “Hay muchas personas con discapacidad intelectual cuyo interés específico es la tecnología. Tienen talento y posibilidades de aportar porque, al final, los empleos de baja cualificación segmentan nuestra realidad, nos reducen a ser víctimas del capacitacismo".

En este sentido, Palacios añade que “hemos tendido a incorporar a estos trabajadores a profesiones vinculadas a la hostelería, la administración, la jardinería... Pero un puesto de trabajo digital tiene tareas concretas que puede desarrollar cualquier persona con una capacitación adecuada para esas funciones. Hablo del mundo de la ciberseguridad, el cloud, el internet de las cosas, los videojuegos o las redes sociales, por ejemplo”.

El futuro se presenta con avances continuos en inteligencia artificial (IA), realidad virtual y robótica que prometen expandir las oportunidades. Estas tecnologías pueden personalizarse para entrenar habilidades específicas, simular entornos de trabajo y proporcionar apoyos cognitivos adaptativos en tiempo real. En concreto, la inteligencia artificial supone un auténtico reto para la inclusión. Según Antón Madruga, responsable de Diversidad e Inclusión en NTT Data, “tenemos que hacer de ella una aliada de la accesibilidad, por ejemplo, cuando tenemos que leer algunas páginas o lenguajes complicados y tenemos que simplificarlos”.

Un largo camino por recorrer

Sin embargo, pese a los esfuerzos en materia de accesibilidad de algunas grandes corporaciones como el comprobador de accesibilidad de Microsoft, VoiceOver de Apple o el programa Autism at work de SAP, todavía queda un largo camino por recorrer. Para Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco, "no es casualidad que las personas con discapacidad intelectual sean las que menos utilizan las adaptaciones tecnológicas. Y es que éstas han ido mayoritariamente dirigidas a solventar las barreras arquitectónicas o sensoriales, pero hay un importante vacío en lo que se refiere a las cognitivas”.

También hay que considerar las implicaciones éticas de la dependencia tecnológica y asegurar que la tecnología se utilice para potenciar y no para limitar a estas personas. Como asegura Cristina Paredero, “hay casos en los que se utiliza para restringir la libertad, como puede ser a través de la sobreprotección, el paternalismo de las familias hacia las personas personas con discapacidad, y hay que estar muy atentos a eso”.

El panorama tecnológico global se enfrenta a un desafío fundamental: la inclusión digital de las personas con discapacidad. Así, las empresas tecnológicas encaran el reto de frenar esta brecha digital, reconociendo que el acceso a la tecnología es un derecho universal y un paso esencial hacia una sociedad equitativa.

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