José Tomás sorprende a los médicos al comunicarse con gestos y entender lo que le dicen

José Tomás ha vuelto a demostrar que los toreros están hechos de otra pasta. Antes de lo que se esperaba y ante su mejoría el equipo médico del Hospital Miguel Hidalgo de Aguascalientes (México) le ha retirado parcialmente la sedación y ya ha intentado comunicarse con el personal que le atiende, aunque no puede hablar porque permanece intubado.

A las 21.00 horas se puso en práctica esta decisión y se observó que respondía a los estímulos, explicó a los periodistas su apoderado, Salvador Boix, quien aseguró que se trata de una “excelente noticia” que tiene “muy, muy, muy contentos” a todos los allegados al maestro de Galapagar, algunos de los cuales no se han marchado del centro médico desde que ingresó en la noche del sábado con una cornada de 15 a 17 centímetros con dos trayectorias que le destrozaron la safena, la ilíaca y la femoral, además de afectarle al paquete muscular de su pierna izquierda.

Según uno de los doctores que le atiende, Juan Carlos Ramírez, el matador “entiende todo muy bien” y es capaz de respirar por sí solo, aunque se mantiene un “protocolo mixto” y no se le ha retirado totalmente la ventilación asistida. Ante su evolución positiva, se comenzaron a dar los pasos para que el torero recuperara la consciencia a través de la reducción de los sedantes y comenzara a utilizar sus pulmones sin ayuda de una máquina.

Boix comentó que los doctores dicen que la óptima respuesta de José Tomás es “muy sorprendente”, máxime después de haberlo pasado “muy mal”, aunque defendió que ahora es momento “de mirar para adelante, no para atrás”.

En cuanto a las críticas sobre la falta de material clínico y el mal estado de la enfermería de la Monumental de San Marcos, cuestionada incluso por el padre del torero, dijo que aunque “no es el momento de hablar de eso”, es una situación “sustancialmente mejorable” porque se trata de algo “muy serio” que puede afectar a otros compañeros de profesión, ante lo que se deben tomar medidas “rápidas y contundentes”.

El apoderado destacó no obstante la excelencia de los profesionales médicos que atendieron a su representado desde el momento de la cornada, ya que su capacidad de decisión le salvó la vida en un momento crítico por sufrir una hemorragia masiva que le hizo perder más de la mitad de su sangre.

Boix recordó que en España se han producido percances que han mejorado la situación sanitaria de algunos cosos y que, aunque ha habido avances, una cosa es lo que los toreros piden en sus contratos y otra lo que consiguen. Puso como ejemplo que las asociaciones de diestros demandan que existan bancos de sangre en las enfermerías de las plazas, pero son muy pocas las que cuentan con este depósito. En el caso de José Tomás, se confirmó la existencia de unidades de A negativo en bancos privados por si hubiese sido necesario recurrir a ellos, han explicado a El Confidencial fuentes médicas, además de llamados a la población minutos después de la cornada.

Tras suministrarle una decena de unidades de plasma se ha pedido que los hidrocálidos acudan a donar al Centro Estatal de Transfusión Sanguínea para “recuperar la sangre usada”, reclamó el director del hospital, Jerónimo Aguayo.

La noticia de que el diestro evoluciona más y mejor de lo esperado se ha recibido con mucha alegría entre los ganaderos, matadores y demás representantes del mundo taurino apostados a la puerta del hospital, donde por primera vez desde el ingreso de José Tomás se ven sonrisas en vez de lágricas. “Estamos contentísimos y muy esperanzados”, aseguró a El Confidencial su compadre y amigo, el diestro mexicano Fernando Ochoa, quien le acompañó en los terribles momentos vividos en la enfermería, cuando pocos pensaban que podría salvarse.

Aguascalientes, que sigue celebrando la Feria de San Marcos –una de las más prestigiosas de México- sigue conmocionada por lo ocurrido y no se puede dar un paso por la ciudad sin escuchar conversaciones acerca de lo acontecido al torero o sin que pregunten si hay alguna novedad en su estado de salud.

El recuerdo de José Tomás empitonado y caído sobre la arena, con una herida vertiendo sangre como un grifo abierto y pidiendo tranquilidad a su cuadrilla, planeó como una larga sombra en la tercerda tarde de feria, en la que sólo el diestro francés Sebastián Castella despuntó entre sus compañeros. Los toreros y sus cuadrillas pisaron un callejón en el que todavía quedan restos de la sangre del torero.