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Cummings: Johnson llegó a plantear inocularse el coronavirus en directo para "tranquilizar a la gente"
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DECLARACIÓN DE SU EXASESOR

Cummings: Johnson llegó a plantear inocularse el coronavirus en directo para "tranquilizar a la gente"

La esperada intervención de Dominic Cummings, el que fuera asesor del primer ministro, ante el comité que investiga la gestión del Gobierno ante pandemia, no deja títere con cabeza

Foto: Un manifestante frente al Parlamento británico. (EFE)
Un manifestante frente al Parlamento británico. (EFE)

El 13 de marzo de 2020, cuando la gran parte de los países europeos ya habían impuesto el confinamiento, Helen McNamara, entonces subsecretaria de Gabinete, entró en Downing Street y dijo: “Estamos absolutamente jodidos... Creo que este país se encamina hacia un desastre. Creo que vamos a matar a miles de personas”. Contó la conversación que acababa de tener con Mark Sweeney, un alto funcionario del ministerio de Sanidad. “Durante años me habían dicho que había un plan para esto. Pero en realidad no lo hay”, añadió.

El relato forma parte de la esperada sesión maratoniana de más de siete horas que Dominic Cummings -en su día todopoderoso asesor de Boris Johnson- ofreció este miércoles ante la comisión parlamentaria que evalúa la gestión del Gobierno británico ante la pandemia. Desde que fue despedido el pasado mes de noviembre, el estratega se ha convertido en el crítico más despiadado del primer ministro. Por el particular tráiler que había ofrecido en los últimos días, a través de más de 60 tuits, la película prometía. Y no defraudó porque, aunque la trama era más que sabida, los íntimos detalles fueron la verdadera bomba de relojería.

Foto: El exasesor de Boris Johnson y ahora 'bestia negra' del 'premier'. (EFE) Opinión

“Murieron decenas de miles de personas que no deberían haber muerto”, sostuvo. “Cuando la gente más nos necesitó, el Gobierno falló. La verdad es que los ministros y asesores de algo rango, como yo, actuamos desastrosamente muy por debajo de los estándares que se le presuponen a un Ejecutivo ante una crisis como esta”, añadió Cummings, quien, en una faceta desconocida, pidió incluso perdón públicamente a los familiares de las víctimas.

El escenario que describió el oscuro estratega fue el de un auténtico caos, con un primer ministro “incompetente” e “inadecuado para el cargo que ocupa”, que incluso después de haber estado a punto de perder la vida por el coronavirus, seguía insistiendo que los confinamientos eran un error.

Siempre según su versión, básicamente en enero y febrero no se hizo nada porque la gente clave "estaba esquiando". El propio Johnson se tomó unos días de vacaciones a finales de febrero y a principios de marzo mientras defendía que los informes que estaban llegando eran solo para meter miedo porque el covid-19 era “nueva gripe porcina”. Es más, el líder 'tory' llegó incluso a plantear inocularse el virus en televisión en directo para tranquilizar a la población. Cuando luego estuvo a punto de morir en la UCI, el Ejecutivo “estuvo a punto de colapsar”.

La fiesta de la varicela

Cummings insiste en que, pese a que ahora lo nieguen, la estrategia inicial del Número 10 pasaba por la inmunidad de rebaño “no porque fuera el objetivo, sino porque se veía inevitable”. Asegura que para el 12 de marzo del año pasado, el secretario del Gabinete Mark Sedwill propuso explicar el plan de inmunidad colectiva como “las viejas fiestas de la varicela”. Pero Cummings insistió en que la analogía “no era correcta”, ya que la varicela no se estaba “extendiendo exponencialmente y matando a cientos de miles de personas”.

En definitiva, se presentó como uno de los pocos que supo ver la gravedad del asunto, aunque nadie le hacía caso. “No tenía tanto poder como decían. Si por mí hubiera sido, hubiera puesto a un dictador para manejar la crisis”, aseguró.

Foto: Dominic Cummings, en el 10 de Downing Street. (Reuters)

Más allá de las críticas al 'premier' o al Gobierno, Cummings cargó duramente contra el sistema, metido de nuevo en ese papel de presunto 'outsider' que siempre le ha gustado protagonizar. “Cualquier sistema que ante unas elecciones generales de a elegir entre dos hombres como Jeremy Corbyn o Boris Johnson está fallando. Ni siquiera yo tendría que haber tenido un puesto en ningún Gobierno racional sensato... Es una locura que yo mismo tuviera tanto poder. No soy tan inteligente”, matizó.

La venganza del exasesor

El Gobierno acusa ahora a Cummings de actuar motivado por la venganza. Es cierto que el testimonio de un ex asesor relatando hechos del año pasado, en un momento en el que Johnson goza de nuevo de gran popularidad, ante la exitosa campaña de vacunación (donde el 70% de la población adulta ha recibido ya la primera dosis) no va a tener el efecto devastador que busca su protagonista. Más aún, cuando el primer ministro ya ha anunciado la creación de una investigación independiente sobre la gestión del Gobierno ante la crisis sanitaria.

En cualquier caso, el hecho de que una de las figuras que estuvo involucrada en la toma de decisiones diga ahora, por primera vez en público, que “decenas de miles de muertos” se pudieron haber evitado, es algo que tampoco va a pasar desapercibido. Y desde luego, da munición a la oposición.

La intervención de Cummings no dejó títere con cabeza. Además de negarse a los confinamientos, Johnson -según la versión de su exasesor- tampoco quería cerrar fronteras, ya que quería ser como el alcalde de la película Tiburón, que mantuvo las playas abiertas a pesar de la amenaza del asesino en las aguas.

Según su versión, Johnson estaba convencido de que los británicos no aceptarían restricciones sociales extremas. Y hasta que el primer confinamiento no se impuso finalmente el 25 de marzo se vivieron “días de locura”.

Foto: El asesor Dominic Cummings, cuando tuvo que abandonar el Número 10 de Downing Street. (Reuters) Opinión

En este sentido, el 12 de marzo fue especialmente intenso. Según Cummings, Donald Trump -entonces presidente de Estados Unidos- pidió Reino Unido que se uniera a unos ataques aéreos en Oriente Medio, un dato que hasta ahora se desconocía. “Una parte del equipo estaba valorando bombardear Irak, la otra parte estaba con la pandemia y por si no fuera poco, la novia del primer ministro [Carrie Symonds] se estaba volviendo loca con un asunto completamente trivial de unas noticias que había salido de su perro, pidiendo a los responsables de prensa que lidiaran con ello”, manifestó, poniendo así en evidencia la mala relación que mantenía con la prometida de Johnson. Es más, Symonds fue clave para forzar su salida.

Por otra parte, Cummings fue particularmente duro con el titular de Sanidad, Matt Hancock, al que llegó a acusar de “comportamiento criminal y vergonzoso que causó daños graves” “Debería haber sido despedido por al menos 15-20 cosas, entre ellas, mentir en múltiples ocasiones, como cuando el pasado verano dijo que todos los que necesitaban tratamiento, lo habían recibido”, recalcó.

Respecto a su polémico viaje al norte de Inglaterra en pleno confinamiento también hubo sorpresas. La defensa a ultranza que el 'premier' realizó la pasada primavera al que entonces era su mano derecha cuando éste último fue pillado por la prensa violando las normas creó una crisis sin precedentes en el Gobierno, mermando la confianza de los ciudadanos en las restricciones.

El estratega reveló que, desde hacía tiempo, había tomado la decisión, junto con el propio Johnson, de abandonar su domicilio por cuestión de seguridad. “Mi familia había recibido graves amenazas. No contarlo en ese momento fue una gran equivocación. Lo que creamos fue un escenario caótico. Teníamos que haber dicho la verdad”, matizó.

Foto: Coronavirus in britain

Los diputados aceptaron la explicación. No obstante, se mostraron de nuevo extrañados ante la excursión que luego protagonizó a Barnard Castle. “Yo aún no me había recuperado del coronavirus, pero la situación en Downing Street era caótica porque Johnson aún estaba enfermo y me pidieron regresar. Antes de hacer el largo camino en coche, quise comprobar cómo me encontraba y por eso hicimos esa excursión. En ese momento, comprobar mi vista con mi mujer y mi hijo conmigo en el coche no me pareció una estupidez. Y ahora lo sigo viendo igual”, defendió.

Está por ver qué efectos ahora causan los titulares en un primer ministro que vuelve a sacar 18 puntos de ventaja a la oposición laborista. El Reino Unido es el país europeo con más muertes registradas por coronavirus (son ya más de 127.000 desde que empezó la pandemia). Pero, a juzgar por los sondeos, parece que el electorado ha perdonado al 'premier' por sus errores.

El 13 de marzo de 2020, cuando la gran parte de los países europeos ya habían impuesto el confinamiento, Helen McNamara, entonces subsecretaria de Gabinete, entró en Downing Street y dijo: “Estamos absolutamente jodidos... Creo que este país se encamina hacia un desastre. Creo que vamos a matar a miles de personas”. Contó la conversación que acababa de tener con Mark Sweeney, un alto funcionario del ministerio de Sanidad. “Durante años me habían dicho que había un plan para esto. Pero en realidad no lo hay”, añadió.

Boris Johnson Ministerio de Sanidad Reino Unido
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