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"La UE está siendo capaz de responder a la crisis gracias a que UK ya no está dentro"
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Entrevista con Enrico Letta

"La UE está siendo capaz de responder a la crisis gracias a que UK ya no está dentro"

Enrico Letta, cofundador del ahora gobernante Partido Democrático en Italia y ex primer ministro italiano, habla sobre la crisis del coronavirus y la respuesta europea

Foto: El ex primer ministro italiano Enrico Letta, durante un evento en 2018. (EFE)
El ex primer ministro italiano Enrico Letta, durante un evento en 2018. (EFE)
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Enrico Letta (Pisa, 1966), profesor universitario, político y politólogo de percha democristiana, tranquilo y gentil, y habitual en medios, instituciones y congresos de calado global, encarna mejor que nadie el alma más europeísta de la Italia de hoy. Primer ministro de su país (2013-2014), cofundador del Partido Democrático (PD) italiano y hoy decano de la Escuela de Asuntos Internacionales del prestigioso Instituto de Estudios Políticos de París (Sciences Po), Letta atiende a El Confidencial para una larga conversación sobre la Unión Europea en la que repitió, más de una vez, su “gran satisfacción” por la triple ‘entente’ entre Italia, Francia y España en apoyo del plan de recuperación europeo.

PREGUNTA. Han transcurrido más de tres meses desde que el coronavirus estalló en Europa, y le quiero hacer una pregunta a usted, que fue primer ministro de Italia y sabe qué significa gobernar un país. ¿Cree que los líderes europeos han estado a la altura?

RESPUESTA. Diría que, en la segunda fase, sí. En la primera fase hubo un momento de caos, ya que la pandemia golpeó primero de una forma asimétrica y dos eran los países más afectados, Italia y España. [En ese momento] los otros países europeos aún no habían entendido la importancia de una respuesta común. Sin embargo, este caos solo duró algunas semanas, hasta los primeros días de abril. Después de eso hubo un cambio radical y hoy la respuesta es de las mejores que ha habido a nivel mundial, sobre todo en lo que se refiere a la reacción ante la recesión, y si lo comparamos con lo que hicieron Estados Unidos y Gran Bretaña. No tengo ni una duda sobre esto. También creo que esta es una ocasión para que Europa demuestre que ya ha entrado en una fase de madurez.

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P. Esto que dice me lleva a pensar que tiene una buena opinión del Next Generation EU, la propuesta de la Comisión Europea para su refundación económica. ¿Es así?

R. Es una verdadera revolución por el tamaño [del plan] y el método usado. Primero, se trata de cifras nunca antes vistas. Segundo, de facto estamos hablando de eurobonos sin llamarlos así, por lo que hemos llevado adelante una herramienta que desde hace años muchos queríamos y los alemanes y los europeos del norte rechazaban. Hay un acuerdo de ‘fair play’ para que no lo llamemos eurobonos, pero en los hechos de esto se trata, porque iremos a los mercados y pediremos dinero que luego se transformara en una deuda pública que gestionaremos todos juntos. Esto nos permitirá tener una gran cantidad de recursos que serán usados de forma proporcional a las necesidades de cada país.

P. Este giro europeo ha ocurrido de manera rápida.

R. Sí. Y quiero ser muy franco: pienso que ha sido posible porque Reino Unido ya ha salido de la Unión Europea. Si aún estuviese adentro, habría habido más vetos, bloqueos y una ralentización de todo el proceso. En cambio, sin Reino Unido, Europa ha sido capaz de dar una gran respuesta social y económica, y yo creo que es un gran paso hacia adelante.

P. Reino Unido no está, pero sí continúan ahí los llamados países frugales: Austria, Dinamarca, Suecia y Países Bajos.

R. Mi impresión es que, de este grupo, solo queda [el ‘no’ a la propuesta de la Comisión] de Países Bajos. Suecia y Dinamarca están guiadas por coaliciones socialdemócratas, y no pueden permitirse de estar de verdad en contra de la solidaridad. En Austria son determinantes [para este Gobierno] los Verdes, y el objetivo es que el plan de recuperación es integrar el Pacto Verde Europeo. Por ello, creo que solo seguirán oponiéndose los Países Bajos, que se están auto marginando y que, en todo caso, no tienen la fuerza de bloquearlo todo ellos solos. Lo que me preocupa son los tiempos.

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P. ¿Es decir?

R. El único verdadero miedo que tengo es que estos fondos sean otorgados demasiado tarde, cuando la recesión ya será demasiado profunda. Hay que evitar que esto ocurra.

P. ¿Este dinero llegará a la gente?

R. Para empezar, este dinero sirve para curar las heridas provocadas por el confinamiento. El confinamiento ha hecho morir a muchas empresas, ha cancelado puestos de trabajo y el crecimiento se ha desplomado. Este es el primer objetivo. El segundo es que es que necesitamos mirar hacia el futuro, relanzar a la economía a través de nuevas recetas, de nuevas inversiones. Y el tercero es que también tenemos que reconstruir las infraestructuras de nuestros países, los medios de comunicación, hay que digitalizar, desarrollar transportes comunes.

Esta crisis está transformando Europa en un organismo más unido, más avanzado y más rápido en su capacidad de dar respuestas

P. Se habla de impuestos comunes europeos. ¿Es un paso hacia el federalismo fiscal europeo?

R. Sí, esto es parte de esta revolución. La idea es encontrar reglas de tasación comunes, sobre todo en lo que se refiere a los gigantes de las tecnologías. Aquí hay una necesidad de subrayar la soberanía europea a estas empresas que son prácticamente paraestatales y que tienen una capacidad para mover en el mundo que es preocupante. Por eso, si ponemos todas estas cosas juntas, yo diría que esta crisis está transformando Europa en un organismo más unido, más avanzado y más rápido en su capacidad de dar respuestas.

placeholder El ex primer ministro italiano Enrico Letta, en 2015. (EFE)
El ex primer ministro italiano Enrico Letta, en 2015. (EFE)

P. ¿Qué más se puede hacer?

R. Me gustaría que se crease una Protección Civil europea, dotada de medios, recursos y dinero, que puedan intervenga y entregue ayudas con la bandera de la UE.

P. Dígame, ¿por qué cree que la popularidad de Giuseppe Conte está en alza y Pedro Sánchez sigue bajo un alud de críticas?

R. Pienso que en este momento los sondeos son muy volubles, no les doy mucha importancia. [El líder ultraderechista, Matteo] Salvini, por ejemplo, estaba muy arriba y ahora su popularidad se ha desplomado. La verdad es que vivimos en una fase de mucha emotividad. En Italia, existe la increíble contradicción del desplome de los soberanistas y del crecimiento del escepticismo. Es una situación compleja.

P. Francia, Italia y España parecen vivir un momento de particular sintonía.

R. Los italianos han entendido la importancia de la alianza entre España, Italia y Francia. Esta es la verdadera alianza que puede guiar a Europa y, esta vez, está funcionando muy bien. Me alegra verdaderamente mucho que ahora haya emergido que Italia y España son aliados estructurales; al fin y al cabo, somos primos. Lo prueba también el hecho de que Italia está apoyando a la ministra [Nadia] Calviño como candidata para presidir el Eurogrupo. Tenemos que poner fin a ciertas refriegas del pasado.

P. Estos países tienen algo más en común. En los tres se están multiplicando las denuncias de ciudadanos por la gestión de la pandemia. En el caso de Italia, el primer ministro incluso fue llamado a atestiguar por la Fiscalía de Bérgamo. ¿Cómo acabará esto?

R. No lo sé. Pero es evidente que lo ocurrió en esos momentos fue el fruto de una situación extraordinaria. Yo no hubiera querido estar en el lugar de quienes tuvieron que tomar esas decisiones. He leído que también en Francia las fiscalías están actuando. En muchos casos se trata de iniciativas debidas porque son denuncias de ciudadanos, y se trata de entender qué paso. Si miro a Italia es evidente que hay que entender qué ocurrió en Lombardía pues allí ha sido un desastre. Solo espero que todo sea hecho teniendo en cuenta la situación excepcional.

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P. ¿No le parece increíble que en países del llamado mundo desarrollado no se encontrasen mascarillas, guantes, y que los protocolos antipandemia no estuviesen actualizados?

R. Todo esto es parte de un problema que existe y es una lección que espero hayamos aprendido. Los Estados y los sistemas públicos no pueden solo estar preparados para gestionar la normalidad, también es importante que estén preparados para eventuales situaciones de crisis. Yo pienso que ahora hay que tener otra óptica y espero que Estados se estén organizando para prevenir. Y también espero que el dinero que llegará ahora también se destinará a esto, a planes para atajar posibles catástrofes. Para no estar nunca más en merced de las mascarillas chinas u otras situaciones absurdas.

P. Ahora se pide repatriar industrias. ¿Es factible?

R. Se está discutiendo de reforzar las producciones nacionales y europeas y creo que la UE también está pensando en esto. Se trata de entender cómo esto puede ayudar a las pymes europeas. La relocalización de fábricas alejadas, desde mi punto de vista, es algo más fácil de decir que hacer, pues muchos de estos establecimientos producen productos que no se venden en Europa. En estos casos, la relocalización no tiene sentido.

China no es el enemigo. Estoy en contra de esa idea trumpiana de reemplazar la Unión Soviética por China, e iniciar así otra guerra fría

P. ¿Qué piensa de China?

R. Que es un socio fundamental para el futuro.

P. ¿No es el enemigo?

R. No, China no es el enemigo. Estoy en contra de esa idea trumpiana de reemplazar la Unión Soviética por China, e iniciar así otra guerra fría. Dicho esto, la falta de transparencia [de China] y otras cuestiones como la de Hong Kong nos obligan a mantener alta la atención. Pienso también que China y Estados Unidos son un gran estímulo para los europeos que permanezcamos unidos. Si nos dividimos, nos aplastarán.

Foto: Caricatura de Donald Trump en un restaurante en Guangzhou, China. (Reuters)

P. EEUU parece un país al borde de un conflicto civil.

R. Me he quedado de piedra al ver lo que está pasando en EEUU. Tuvieron una reacción equivocada a la pandemia y eso acabó en un desastre sanitario, que ahora se suma a este increíble episodio que revela el racismo y la división profunda que hay en este país. Pienso que se vienen meses difíciles porque [el actual presidente de EEUU, Donald] Trump no se irá fácilmente. Y pienso que la victoria de Biden [el candidato demócrata] será una buena noticia para Europa, y nos ayudará a reconstruir la comunidad transatlántica.

P. ¿Ha influido la fragilidad de la relación entre EEUU y Europa en que la UE haya perdido espacios de influencia en Latinoamérica y en el Magreb? Allí, China ha avanzado bastante.

R. Lamentablemente estos últimos 12 años, Europa los ha vivido mirándose el ombligo, por todas las crisis que hemos tenido, la crisis financiera, la de los refugiados, el Brexit. Hemos perdido influencia en África, América Latina y Asia también. Otro objetivo del plan de recuperación es mirar más allá de nuestras fronteras.

Lamentablemente, estos últimos 12 años, Europa los ha vivido mirándose el ombligo

P. ¿Apoya la propuesta de Macron de cancelar la deuda africana?

R. Sí, aunque yo creo que también tenemos que anular los aumentos de la deuda también para los países europeos. Hay un problema en África, pero también hay un problema en Europa. La deuda de España aumentará un 20%, la de Italia, un 30%, Francia, un 18%, Alemania, un 12%. Son cifras nunca vistas, que cambiarán dramáticamente nuestras maneras de relacionarnos con el mundo, con los mercados y con las agencias de calificación. Necesitamos que el Banco Central Europeo encuentre una manera de clasificar de otra manera los aumentos de la deuda debidos al covid-19. No sé cuál puede ser la fórmula, pero hay que encontrarla. La cuestión es que todos necesitaremos más sanidad, creceremos menos y tendremos más deudas; esta es una ecuación imposible por los parámetros normales.

Foto: Uno de los paquetes de ayuda china enviados a África. (Reuters)

P. ¿Y Libia, donde Turquía está avanzando sin parar?

R. Lamentablemente, el hueco que le hemos dejado a Turquía es fruto del choque entre Italia y Francia, dos países que son amigos pero que no se pusieron de acuerdo sobre Libia. Yo aprecio mucho a Josep Borell [alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores] y él tuvo que lidiar con esta incapacidad italiana y francesa de llegar a una solución común. Temo que se entre en una situación de conflicto congelado, como pasó entre Ucrania y Rusia. Y esto crea inestabilidad y todos sabemos lo que quiere decir, también a nivel migratorio.

P. ¿Está hablando de que se podría repetir la amenaza de Turquía de dejar pasar a migrantes si no recibe lo que quiere de Europa?

R. Este ha sido el fracaso colectivo de los últimos cinco años de la política migratoria europea. Lo único que se ha hecho ha sido ponerse en manos de Turquía y de un chantajista. Lo cierto es que flujos [migratorios] como los que hemos recibido [en los últimos años] son flujos absolutamente administrables para un continente de 400 millones de personas. Son imposibles de gestionar si todo el trabajo lo tiene que hacer solo un país.

P. Aun así, tengo la sensación de que usted cree que la UE ya no está en peligro de desintegrarse.

R. En marzo, estuvimos muy cerca de la implosión. Pero, en estos dos últimos meses, la respuesta ha relanzado Europa. Ahora espero que pasemos de las palabras a los hechos.

Nuestras democracias han demostrado saber funcionar bien. Esto es un orgullo

P. Muchos ciudadanos se preguntan si volverán a sus vidas de antes.

R. Será necesario que pase tiempo. Y será importante no tener recaídas. Lo digo porque en septiembre volverán a abrir las escuelas y las universidades que son claramente la cosa más compleja. En la Universidad de Sciences Po de París, nos estamos organizando para dar clases online en otoño.

P. ¿Cuál es el estado de salud de las democracias europeas? ¿Qué piensa, por ejemplo, del reto para el derecho a la privacidad que suponen las 'app' de rastreo de infectados?

R. Nuestras democracias han demostrado saber funcionar bien. Esto es un orgullo. En cambio, me preocupa mucho el debate sobre el derecho a la privacidad y el rastreo [de contactos], esto sí, me preocupa, pues es nuestro futuro. Y, en el futuro, la propiedad y el uso de los datos personales será clave para dominar el mundo, los mercados y la política. Y [en Europa] vamos muy atrasados. Necesitamos legislaciones nuevas y rígidas, que nos protegen de casos como el de Cambridge Analytica, de todo posible uso distorsionado de nuestros datos. En nuestra cultura en el centro no está ni el mercado como en EEUU, ni el Estado como en China. Para nosotros en el centro están las personas. Los datos por tanto son de propiedad de la persona. Y esto hace la diferencia.

Enrico Letta (Pisa, 1966), profesor universitario, político y politólogo de percha democristiana, tranquilo y gentil, y habitual en medios, instituciones y congresos de calado global, encarna mejor que nadie el alma más europeísta de la Italia de hoy. Primer ministro de su país (2013-2014), cofundador del Partido Democrático (PD) italiano y hoy decano de la Escuela de Asuntos Internacionales del prestigioso Instituto de Estudios Políticos de París (Sciences Po), Letta atiende a El Confidencial para una larga conversación sobre la Unión Europea en la que repitió, más de una vez, su “gran satisfacción” por la triple ‘entente’ entre Italia, Francia y España en apoyo del plan de recuperación europeo.

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