La cruzada de un pueblo contra Google Maps: la 'app' pone en peligro a los turistas
La 'app' lleva a caminos intransitables cuando los excursionistas preguntan por los fotogénicos acantilados y playas de arenas blancas que caracterizan a Baunei (Cerdeña)
En un pueblo italiano al pie de la montaña viven nuestro amigo Marco y unos 4.000 habitantes hartos de sufragar con sus impuestos los rescates de cientos de turistas. Después de atender 144 llamadas de emergencias en los últimos dos años, las autoridades de Baunei, en la provincia de Ogliastra (Cerdeña), se han visto obligadas a advertir a los visitantes de que ignoren las indicaciones de Google Maps, pues la 'app' lleva a caminos intransitables cuando los excursionistas preguntan por los fotogénicos acantilados y playas de arenas blancas que caracterizan a la localidad.
Estas vías alternativas sólo son aptas para vehículos todoterrenos, aunque a veces incluso los coches mejor equipados también se atascan, según explica a 'CNN' el alcalde, Salvatore Corrias: "Demasiados sedanes y hatchbacks (tipos de coche) se están atascando en pistas no transitables, a veces también vehículos todoterreno. Todo porque siguen a Google Maps, cuyas instrucciones a menudo son engañosas en nuestras carreteras".
La gota que colmó el vaso fue el reciente incidente de un Porsche que quedó inmovilizado en un peligroso camino en la cordillera de Supramonte —frencuentada por escaladores expertos debido a sus paredes verticales— cuando sus conductores seguían un desvío del GPS en busca de una cala. Una brigada de bomberos italianos tuvo que acudir en su ayuda. Servicios de emergencia como este son financiados por la comunidad local y los turistas no tienen que pagar ni un céntimo por el proceso.
El alcalde aboga por alternativas como "seguir las señales de tráfico" o tirar de "mapas físicos fiables" hasta que Google busque una solución
Este hecho ha motivado que se levanten carteles pidiendo "no seguir las instrucciones de Google Maps" y que el Ayuntamiento contacte con la empresa estadounidense, que ha prometido investigar los hechos. "Estamos esperando, tenemos fe en que lo harán, pero aún no hemos visto nada concreto, así que seguimos adelante con los letreros, colocándolos en la entrada de las carreteras más utilizadas, desde [las playas] Cala Luna hasta Cala Goloritzé", aclara Corrias.
A este respecto, aboga por alternativas tradicionales como "seguir las señales de tráfico" o tirar de "mapas físicos fiables". "Aún mejor, consulte a nuestros guías locales expertos; ninguno de ellos pondría a los visitantes en peligro", anima el regidor.
Confianza ciega en la tecnología
Aunque Google Maps ha facilitado la vida de millones de personas en todo el mundo y ha ayudado a conectar distintos rincones del planeta, no es la primera vez que da lugar a grandes pifias. El pasado mes de junio, más de un centenar de conductores de Denver terminaron apilados en un barrizal sin salida al seguir las instrucciones de sus respectivos teléfonos móviles. Quienes conducían por Peña Boulevard, la carretera que une la ciudad con el aeropuerto, recibieron la instrucción de tomar un atajo hacia su destino, pero se encontraron con un camino sin asfaltar que las lluvias habían hecho imposible de atravesar.
Google explicó entonces lo sucedido por medio de un comunicado: “Tenemos en cuenta muchos factores al determinar las rutas, incluido el tamaño de la carretera y que la ruta sea lo más recta posible. Aunque siempre trabajamos para proporcionar las mejores direcciones, pueden surgir problemas debido a circunstancias imprevistas como el clima. Alentamos a todos los conductores a que sigan las leyes locales, permanezcan atentos y utilicen su mejor criterio mientras conducen".
En un pueblo italiano al pie de la montaña viven nuestro amigo Marco y unos 4.000 habitantes hartos de sufragar con sus impuestos los rescates de cientos de turistas. Después de atender 144 llamadas de emergencias en los últimos dos años, las autoridades de Baunei, en la provincia de Ogliastra (Cerdeña), se han visto obligadas a advertir a los visitantes de que ignoren las indicaciones de Google Maps, pues la 'app' lleva a caminos intransitables cuando los excursionistas preguntan por los fotogénicos acantilados y playas de arenas blancas que caracterizan a la localidad.