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El plan de Johnson fracasa: no habrá urnas el 15-O y asoma nueva prórroga del Brexit
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TENDRÁ QUE PEDIR PRÓRROGA A LA UE

El plan de Johnson fracasa: no habrá urnas el 15-O y asoma nueva prórroga del Brexit

Tras la aprobación en la Cámara de los Comunes de la ley que bloquea la salida sin acuerdo el 31 de octubre, Boris Johnson ha perdido también la moción para convocar elecciones anticipadas

Foto: Ilustración: Raúl Arias.
Ilustración: Raúl Arias.

Estaba claro. Cambiar al inquilino de Downing Street no modificaba la aritmética de la Cámara de los Comunes. La mudanza de Boris Johnson al Número 10 este verano llegó a plantear algún tipo de avance del psicodrama Brexit. Para bien o para mal, su promesa de sacar al Reino Unido del bloque —con o sin acuerdo— para el 31 de octubre suponía, al fin, un desenlace. Pero todo fue un espejismo. Tan solo han bastado 48 horas de actividad en Westminster para volver al punto de partida: todo sigue siendo un caos.

La oposición bloquea las elecciones anticipadas que reclama Johnson

Después de que el martes perdiera el control de la agenda parlamentaria tras la rebelión de hasta 21 'tories', el primer ministro ha cosechado una nueva humillación. La Cámara Baja aprobó este miércoles por la noche —por 327 votos a favor, frente a 299 en contra— el proyecto de ley presentado por el laborista Hilary Benn para forzar al Gobierno a pedir una nueva prórroga a Bruselas hasta el 31 de enero de 2020. La jornada fue maratoniana.

Foto: Boris Johnson, en el Parlamento.

La normativa necesita ahora el visto bueno de la Cámara de los Lores. Los 'brexiters' han preparado alrededor de 100 enmiendas para retrasar el proceso, pero todo indica que la normativa podría estar lista por la vía rápida tan pronto como este viernes.

Al fin y al cabo, los parlamentarios pro UE no tienen tiempo que perder, porque Westminster cerrará de nuevo las puertas del 10 de septiembre al 14 de octubre. La derogación de la actividad parlamentaria fue el as en la manga que Johnson sacó a finales de agosto, precisamente para evitar que los diputados se interpusieran en su camino. Sin embargo, las cosas se le están torciendo.

Bajo ningún concepto el líder 'tory' quiere solicitar una nueva prórroga a Bruselas y, acorralado por las circunstancias, el miércoles por la noche presentó una moción para convocar elecciones anticipadas para el próximo 15 de octubre. Pero en su primer intento ha fracasado. Solo consiguió 298 votos de los 434 necesarios (dos tercios de la Cámara).

El dilema de la oposición

De momento, laboristas, liberaldemócratas y los independentistas del SNP coinciden en su estrategia: no habrá elecciones anticipadas hasta que la ley para solicitar una nueva prórroga sea aprobada. Pero el consenso que reina ahora en la oposición podría acabar cuando dicha normativa esté lista, previsiblemente a finales de esta semana.

La Cámara de los Comunes aprueba la ley para bloquear un Brexit sin acuerdo

Los laboristas no se fían de Johnson y no están dispuestos a convocar las urnas hasta que el Gobierno no haya pedido oficialmente una nueva extensión del Brexit a Bruselas. Al fin y al cabo, si hay elecciones anticipadas antes del 31 de octubre y el líder 'tory' resulta victorioso, podría derogar la normativa y llevar a cabo su plan del divorcio caótico. En definitiva, las filas de Jeremy Corbyn prefieren esperar a noviembre para convocar nuevos comicios adelantados.

Sin embargo, los independentistas escoceses del SNP quieren adelantar los trámites. La líder nacionalista Nicola Sturgeon señaló en Twitter que, si la ley para solicitar una nueva prórroga está lista esta semana, se deberían forzar elecciones antes del 10 de septiembre, cuando la actividad en Westminster se vuelve a suspender.

Divide y vencerás

Por lo tanto, Johnson podría jugar la táctica de 'divide y vencerás', porque con el apoyo del SNP, al 'premier' sí le saldrían los números para convocar las urnas a mediados de octubre.

La pregunta es: ¿por qué le han entrado ahora las prisas a Sturgeon con todo lo que está en juego? Tras la dimisión de la carismática Ruth Davidson, líder de los 'tories' escoceses, y el declive de los laboristas, el SNP aspira a recuperar su 'momentum' para volver a plantear un referéndum independentista. En definitiva, caos tras caos.

Foto: Una pegatina contra el Brexit en la frontera de Irlanda del Norte. (EFE)

La única buena noticia para el primer ministro es que el miércoles logró ganar su primera batalla legal, después de que la Justicia escocesa dictaminara que actuó legalmente al decidir suspender temporalmente el Parlamento.

El Tribunal de Sesiones de Edimburgo consideró que la acción de clausurar la Cámara de los Comunes "no contraviene la ley", porque es un poder reservado al Ejecutivo, y precisó que sus implicaciones se constriñen únicamente al ámbito político y no al judicial. "Este es un territorio político y la toma de decisiones no puede medirse con estándares legales, sino solo con valoraciones políticas. La rendición de cuentas [por parte del Gobierno] corresponde al Parlamento y, en última instancia, al electorado, no a los tribunales", sostuvo el juez Lord Raymond Doherty.

Los firmantes de la demanda —entre los que se encuentran la líder de los Liberales Demócratas, Jo Swinson, y varios parlamentarios laboristas e independientes— recurrirán la decisión ante el Tribunal Supremo. Con todo, la acción no prosperará previsiblemente hasta el 17 de septiembre, con lo que Johnson logra así cierto oxígeno en un momento político muy delicado.

Estaba claro. Cambiar al inquilino de Downing Street no modificaba la aritmética de la Cámara de los Comunes. La mudanza de Boris Johnson al Número 10 este verano llegó a plantear algún tipo de avance del psicodrama Brexit. Para bien o para mal, su promesa de sacar al Reino Unido del bloque —con o sin acuerdo— para el 31 de octubre suponía, al fin, un desenlace. Pero todo fue un espejismo. Tan solo han bastado 48 horas de actividad en Westminster para volver al punto de partida: todo sigue siendo un caos.

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