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El Eurogrupo entierra hasta otoño el hacha con Italia por el exceso de deuda
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"no es el fin de la historia"

El Eurogrupo entierra hasta otoño el hacha con Italia por el exceso de deuda

El acuerdo Bruselas-Roma gracias a los ajustes prometidos por el Gobierno italiano ha permitido al Eurogrupo dar carpetazo al asunto, pero continúan las preocupaciones por 2020

Foto: La bandera de la Unión Europea (UE), durante la primera sesión del recién compuesto Parlamento Europeo. (EFE)
La bandera de la Unión Europea (UE), durante la primera sesión del recién compuesto Parlamento Europeo. (EFE)

Tras una auténtica tormenta política vivida la semana pasada en la capital comunitaria, con tres días consecutivos de cumbre para elegir el nuevo liderazgo de la UE, la Comisión Europea anunció una decisión que pasó casi desapercibida: tras semanas de conversaciones y negociaciones, el procedimiento de déficit excesivo contra Italia ya no era necesario.

La decisión del Ejecutivo comunitario llegó tras alcanzar un acuerdo con el Gobierno populista italiano, que se comprometió a un ajuste de 7.600 millones de euros sobre las cuentas de 2019. Con ese importante tijeretazo, Roma logra reducir su perspectiva de déficit en un 0,42% del PIB, dejándolo en el 2,04%. Más que suficiente para Bruselas, que a principios de junio había iniciado un procedimiento para multar a Italia por no tomar medidas contra su elevado nivel de deuda. La factura que podría haber tenido que llegar a pagar el Ejecutivo transalpino podía alcanzar los 3.500 millones de euros.

Una buena parte del recorte vendrá por nuevos ingresos prometidos por parte italiana, con el objetivo de recaudar unos 6.200 millones de euros más. El Gobierno ha intentado así no tocar algunos de sus planes estrella que formaron parte importante de la campaña electoral de 2018.

Foto: El primer ministro de Italia, Giuseppe Conte (Efe)

El acuerdo se alcanzó gracias a intensas semanas de diálogo entre Roma y Bruselas, especialmente con Giuseppe Conte, primer ministro italiano, que dedica la mayoría de su tiempo y esfuerzo en poner paz entre las dos facciones del Gobierno, el partido 'antiestablishment' Movimento 5 Stelle y la xenófoba Lega. También fue clave el papel de Giovanni Tria, ministro de Finanzas. Ambos cargos son considerados independientes dentro del Ejecutivo italiano.

El acuerdo fue posible también porque ninguna de las dos partes quería un choque frontal. El Ejecutivo comunitario no tenía apetito por generar un nuevo frente que alimente el mensaje euroescéptico de la coalición gobernante en Italia, y Tria y Conte no querían exponer a Roma al daño que podía provocar una sanción. El primer ministro llegó a amenazar con dimitir para que los líderes de Lega y M5S le dieran algo de margen para negociar con Bruselas.

El Eurogrupo de este lunes pone el sello a la decisión de la Comisión Europea y significa que la UE entierra el hacha con Roma. Al menos por el momento. Porque en el Ejecutivo comunitario creen que habrá que desenterrarla de nuevo dentro de poco: los planes presupuestarios para 2020 no han sido enmendados y estos son precisamente los que generan más inquietud en la capital comunitaria.

Los planes presupuestarios para 2020 no han sido enmendados y estos son precisamente los que generan más inquietud en la capital comunitaria

Bruselas tendrá que volver a mantener un pulso con Roma en octubre, cuando Tria envíe el plan presupuestario para el próximo ejercicio. El borrador estará, con toda seguridad, influenciado por las fuertes presiones que el ministro recibe tanto de Lega como de M5S, con planes contrarios que disparan la deuda pública y hacen que la Comisión Europea tenga siempre un ojo sobre la capital italiana.

Además, Bruselas ya tiene cierta experiencia en lo que se refiere a los acuerdos con el Gobierno italiano. El anunciado el pasado miércoles se parece mucho a un pacto cerrado en diciembre de 2018: ya entonces Roma prometió que dejaría el déficit en el 2,04% frente al 2,4% que tenía proyectado en su plan presupuestario.

Algunos Estados miembros están en contra de la mano blanda utilizada por la Comisión Europea, pero cuando se reunió el Comité Económico y Financiero, un grupo de técnicos de los miembros de la eurozona, el mensaje fue claro para Bruselas: había que lograr que Italia cumpliera pero tratando de no llegar a una sanción. Francia y España defendían esa posición. “Mi mensaje para Italia es que acepte la mano que se le ha tendido”, explicó a su llegada al Eurogrupo el pasado 13 de junio Bruno Le Maire, ministro de Finanzas francés.

Mi mensaje para Italia es que acepte la mano que se le ha tendido

En cambio, Países Bajos cree que el Ejecutivo comunitario se equivoca al aplicar una versión demasiado flexible del Pacto de Estabilidad y Crecimiento y pide a Bruselas mano dura. La Haya se quejó ya en marzo de que la Comisión Europea hubiera sido blanda con Roma en el acuerdo de diciembre de 2018: “Hay un apoyo limitado para la aplicación estricta del pacto entre los Estados miembros. Eso significa que el compromiso holandés con el pacto no siempre se puede cumplir”, explicó entonces a su Parlamento nacional Wopke Hoekstra, ministro holandés de Finanzas.

A su llegada al Eurogrupo, Tria ha señalado que el “grueso” del ajuste se ha realizado para las cuentas de 2019, pero ha enviado un mensaje tranquilizador para Bruselas: “Obviamente, queremos continuar en esta dirección”.

Foto: La ministra de Economía, Nadia Calviño, a su llegada a la reunión de ministros de Economía y Finanzas de la eurozona. (EFE)

Pierre Moscovici, comisario de Asuntos Económicos y Financieros, ha explicado este lunes que “este no es el final de la historia”, señalando que Bruselas examinará “muy atentamente” los planes presupuestarios para 2020. El francés, sin embargo, ha insistido en que el Eurogrupo ha aplaudido el procedimiento por el que se ha logrado el acuerdo: “No estoy diciendo que todo vaya a estar bien en el futuro, tenemos que asegurarnos de que siguen las reglas”.

Además, Tria se ha mostrado abierto a aumentar los impuestos indirectos. “Creo que se deben reequilibrar los impuestos mediante la reducción de los impuestos directos a favor de los indirectos”, ha señalado el italiano, asegurando que eso favorecería el crecimiento de la economía, un comentario que puede molestar en Roma, donde ninguna de las dos formaciones que gobiernan quiere abordar una posible subida de impuestos.

Tras una auténtica tormenta política vivida la semana pasada en la capital comunitaria, con tres días consecutivos de cumbre para elegir el nuevo liderazgo de la UE, la Comisión Europea anunció una decisión que pasó casi desapercibida: tras semanas de conversaciones y negociaciones, el procedimiento de déficit excesivo contra Italia ya no era necesario.

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