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Seducidas, endeudadas y prostituidas: el nuevo engaño que acecha a las jóvenes japonesas
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De 'ídolos' a explotadores

Seducidas, endeudadas y prostituidas: el nuevo engaño que acecha a las jóvenes japonesas

Un alarmante aumento de jóvenes japonesas entran en el mundo de la prostitución. Los clubes de 'acompañantes' cazan a jóvenes con deudas y las obligan a explotar su cuerpo para pagar sus facturas

Foto: Jóvenes japonesas pasean frente a un club de acompañantes en Tokio. (EFE/Kimimasa Mayama)
Jóvenes japonesas pasean frente a un club de acompañantes en Tokio. (EFE/Kimimasa Mayama)
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El aumento de las jóvenes que se ven forzadas a la prostitución se ha convertido en una creciente preocupación desde finales del año pasado en Japón. Ha llamado la atención, sobre todo, por la raíz del problema: los préstamos que reciben de los acompañantes masculinos que ellas mismas habían contratado en el pasado. Estos hombres, denominados a menudo como 'ídolos' masculinos, captan a mujeres jóvenes, las seducen y aumentan el coste de sus servicios de compañía, llegando a veces a sumas que alcanzan los millones de yenes. Cuando la clienta a menudo no puede pagar, estos acompañantes se ofrece para hacerse cargo de la deuda y más adelante, en connivencia con los propietarios de los clubes, manipulan y fuerzan a las chicas a prostituirse para pagar la deuda pendiente.

El distrito de Kabukicho, en el residencial barrio de Shinjuku de Tokio, se ha convertido en uno de los lugares paradigmáticos del país para estos clubes de acompañantes. En el interior, los precios son disparatados, llegando a cobrar 6.000 yenes (40 euros) por una botella de agua mineral con gas Perrier, que normalmente cuesta menos de 500 (unos 3 euros) en supermercados. Los 'ídolos' animan a las clientas a gastar cantidades excesivas de dinero en estas bebidas o en servicios de índole sexual, solo para tener que hacerse cargo de la deuda resultante y después obligarlas a devolver el dinero mediante el ejercicio de la prostitución. Lo habitual es que las víctimas encarguen sin saberlo champán francés y se les cobre hasta 3 millones de yenes, más de 18.000 euros, tan solo en alcohol.

Vergüenza, culpa y aislamiento

Gracias a una de las organizaciones que ayudan a este tipo de víctimas, El Confidencial ha tenido la ocasión de hablar brevemente con una joven superviviente de este tipo de prácticas y que ha accedido con la condición de guardar su anonimato. “Inicialmente, me atrajo mi curiosidad por los clubes: la promesa de atención, encanto y emoción era muy tentadora”, explica. La joven asegura que estos ‘ídolos’ “se aprovechan de la vulnerabilidad, explotando las necesidades emocionales y la inseguridad financiera, ofreciendo préstamos y obsequios como pretexto de generosidad, pero estos actos vienen con condiciones; y cuando no puedes pagar, aprovechan tu deuda para obligarte a ejercer la prostitución para saldarla”, relata, visiblemente afectada.

La joven asegura que “estaba dispuesta a hacer cualquier cosa por la persona a la que amaba, ya fuera prostituirme o trabajar en un establecimiento de sexo”. A pesar de ganar más de medio millón de yenes al mes (más de 3.000 euros), no tenía casa y dormía en internet cafés. “No tenía dinero para comida ni para ropa. Todo se lo llevaba él”, explica. Y cuando finalmente logró pagar lo que debía, la volvieron a engañar para beber y estar de nuevo con su ‘ídolo’, entrando de nuevo en un ciclo interminable de deudas.

Foto: Las finalistas del certamen Miss Japón. En el centro, Karolina Shiino. (Reuters/Miss Japan Association)

Al verse de nuevo endeudada, se sintió totalmente atrapada e impotente: “vivía cada día con el temor de las consecuencias si no cumplía con sus demandas y liberarme de ello parecía imposible mientras luchaba con sentimientos de vergüenza, culpa y aislamiento”. Por suerte, esta víctima de los clubes de acompañantes contactó casualmente con un hombre que tenía relación con asociaciones que apoyan a sobrevivientes de la trata de personas. “Me ofrecieron un salvavidas cuando me sentía más sola y desesperada”, asegura.

Según esta víctima, mucha gente desconoce los peligros que acechan en este tipo de clubes y las tácticas utilizadas por sus ‘ídolos’ para explotar a las personas vulnerables. “Debería haber una mayor conciencia pública, así como una capacitación integral para la policía y los trabajadores sociales para reconocer los signos de explotación y brindar el apoyo adecuado a las que ejercen de manera forzada”, denuncia finalmente la joven.

Libro de instrucciones

Organizaciones sin fines de lucro que ofrecen ayuda a estas jóvenes o a sus padres aseguran haber recibido centenares de consultas en todo el país. A través de las redes sociales y aplicaciones tipo Tinder, muy populares en Japón, estos acompañantes han podido ampliar su alcance a mujeres que nunca antes habían estado en sus clubes, muchas de ellas por su corta edad.

placeholder Publicidad de clubes de acompañantes en Tokio. (EFE)
Publicidad de clubes de acompañantes en Tokio. (EFE)

Según estas propias organizaciones, la suma total de la deuda de las víctimas podría variar dependiendo del lugar y de cada persona, aunque explicaron a El Confidencial que la cantidad reclamada más alta que han conocido ha sido de unos 90 millones de yenes (más de 550.000 euros). Además, lo más trágico, según ellos, es que más de la mitad de las consultas que recibían eran de chicas que apenas acababan de cumplir la mayoría de edad.

Por su parte, un antiguo trabajador acompañante de estos clubes explicó, también de forma anónima y a la cadena pública japonesa NHK, que desde sus puestos de trabajo se les animaba a utilizar aplicaciones de citas y contactos para captar a la clientela femenina, e incluso disponían de una especie de 'libro de instrucciones' para gestionar estas relaciones, así como establecer reglas de trato y estrategias. Este manual les disuadía de presentarse como lo que eran: “Nunca deberías presentarte como acompañante en su perfil de las aplicaciones de contactos… si lo haces, las mujeres sabrán que las querrás engañar”, señalaba el documento.

Este 'exídolo' explica que lo primero que hacen es decir a sus víctimas que les gustaba y que querían salir con ellas. Tras varios encuentros, el hombre debe confesar a la víctima que trabaja mucho en un club, pero que su objetivo es hacer sus sueños realidad, normalmente con una vinculación romántica con la víctima. Una vez ocurre esto, la mujer acepta ir al club y solicitarlo como acompañante. En ese momento, junto a los responsables del establecimiento, se determina cuánta deuda puede acumular la víctima y qué estimación de ganancias podría lograr como prostituta.

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Este testigo, que afirmaba ganar cerca de 65.000 euros mensualmente en este trabajo, decía que a partir de entonces era fácil poder engañarla y decirle que se prostituyera para poder continuar con su relación. También aseguraba que, con su experiencia, ya podía clasificar determinados patrones de mujeres. Su objetivo predilecto era el tipo de chica joven, ingenua y con signos de ser una persona que no gasta mucho dinero en sí misma.

Triple de detenciones

Además, asegura, una vez que la mujer accede a todas las exigencias de su ‘ídolo’, el 'ídolo' crea un entorno para aislar a estas mujeres, haciendo que sea fácil atraparlas en un espiral sin salida. Les hace borrar sus contactos e, incluso, sus perfiles en las redes. También obtiene una copia de las llaves de las casas de sus víctimas y, en casos más extremos, las hacen vivir en pisos que controla el propio club.

La policía metropolitana de Tokio comunicó, a finales del año pasado, que en 2023 había detenido a más de 140 mujeres por presunta prostitución en Kabukicho, casi el triple de la cifra de arrestos del año anterior. De estas, 106 tenían entre 20 y 29 años y tres aún eran adolescentes. Las autoridades sostienen que no todas las víctimas presentan una denuncia, lo que dificulta que las fuerzas de seguridad puedan determinar con precisión hasta qué punto está extendida la práctica de explotación por parte de estas redes. A finales del año pasado, la policía realizó una redada a 202 clubes de ídolos masculinos y establecimientos similares en el barrio de la capital, donde se comprobó que el 75% violaban la ley, mayoritariamente por no indicar claramente los precios de sus servicios.

El aumento de las jóvenes que se ven forzadas a la prostitución se ha convertido en una creciente preocupación desde finales del año pasado en Japón. Ha llamado la atención, sobre todo, por la raíz del problema: los préstamos que reciben de los acompañantes masculinos que ellas mismas habían contratado en el pasado. Estos hombres, denominados a menudo como 'ídolos' masculinos, captan a mujeres jóvenes, las seducen y aumentan el coste de sus servicios de compañía, llegando a veces a sumas que alcanzan los millones de yenes. Cuando la clienta a menudo no puede pagar, estos acompañantes se ofrece para hacerse cargo de la deuda y más adelante, en connivencia con los propietarios de los clubes, manipulan y fuerzan a las chicas a prostituirse para pagar la deuda pendiente.

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