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¿Un acuerdo con Rusia a la desesperada? Así ha cambiado la idea de victoria para Occidente
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El peligro de pactar con Putin

¿Un acuerdo con Rusia a la desesperada? Así ha cambiado la idea de victoria para Occidente

En uno de los momentos más duros de la guerra de Ucrania, algunos funcionarios occidentales están redefiniendo lo que se interpretaría como una victoria ucraniana

Foto: Entrenamiento militar en Kiev, el 17 de febrero de 2024. (EFE/Sergey Dolzhenko)
Entrenamiento militar en Kiev, el 17 de febrero de 2024. (EFE/Sergey Dolzhenko)
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Cuando Anastasia se imagina el futuro, se imagina siempre una Ucrania en paz. Imagina poder volver a su pueblo natal, ocupado por los rusos en 2022. Imagina no tener que escuchar las alarmas antiaéreas en Zaporiyia, su ciudad de acogida. Y, ante todo, se imagina un país sin invasores. "A veces pienso que podemos estar años en guerra, pero lo haremos si eso significa volver a ser libres", afirma la ucraniana.

Para una mayoría de ucranianos, el final de la guerra estará marcado por la retirada total de las tropas rusas. Volodímir Zelenski no tiene dudas al respecto y ha afirmado en varias ocasiones que el único acuerdo de paz posible tiene que incluir esta condición. Esta es su idea de la victoria. Tanto los países europeos como Estados Unidos comparten esta visión pero, dos años después del inicio de la invasión a gran escala, ha emergido el debate sobre lo que se consideraría una victoria en Occidente.

Desde febrero de 2022, tanto Estados Unidos como los países europeos han repetido estos mensajes como un mantra. "Os apoyaremos el tiempo que sea necesario". "Nunca los abandonaremos". Zelenski no dudaba que podrían ganar la guerra gracias a este apoyo. "Juntos venceremos", dijo en septiembre de ese año. Sin embargo, los últimos meses han estado marcados por malas noticias. En Estados Unidos, una parte de la ayuda para Ucrania está bloqueada por el Congreso, mientras que la Unión Europea está encontrando cada vez más escollos para continuar con los envíos de asistencia militar. En un momento marcado por un aumento de la sensación de cansancio con respecto a la guerra, algunas fuentes apuntan a que está creciendo el interés en Occidente sobre la posibilidad de un acuerdo de alto al fuego en Ucrania.

El escepticismo a que Kiev pueda recuperar el 17% del territorio que está ocupado por las fuerzas rusas es cada vez mayor y se ha recrudecido por los lentos avances de la contraofensiva y, recientemente, la retirada de los soldados ucranianos de la ciudad de Avdiivka. Después de 10 años de resistencia, Rusia consiguió su victoria militar más importante desde la toma de Bajmut en mayo del año pasado. En uno de los momentos más críticos de la guerra en Ucrania, la imagen de un éxito militar ha empezado a cambiar en Occidente. Aunque no es la primera vez. "Al principio de la guerra, la victoria se basaba en la supervivencia y que Ucrania no pereciera. Cuando los ucranianos empezaron a tener éxitos militares, cambió esa percepción y se centró en recuperar todos los territorios, incluso Crimea. Pero ahora es distinto. Los ucranianos han asumido que el objetivo es mucho más difícil, y esa es una manera de ver el futuro que también ha empezado a compartir Occidente", explica Max Bergman, director del Programa de Rusia y Europa del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), a El Confidencial.

Foto: Soldados ucranianos, en el frente de Bajmut. (Reuters/Viacheslav Ratynskyi)

Un grupo de diplomáticos describieron recientemente cómo sería para ellos un resultado favorable para Ucrania de cara a 2015. Por primera vez, hablaron de la "estabilización" del conflicto para abrir la puerta a las negociaciones entre Rusia y Ucrania a cambio de "garantías de seguridad" occidentales, así como un camino hacia la adhesión a la UE. En la Conferencia de Seguridad de Múnich, celebrada del 16 al 18 de febrero, varios líderes dieron señales a favor de este plan de futuro para Ucrania. El primer ministro en funciones de Holanda, Mark Rutte, dijo en su discurso que solamente Kiev podía iniciar las negociaciones con Moscú, pero añadió que, cuando eso suceda, "también tendremos que sentarnos con Estados Unidos, dentro de la OTAN, y con los rusos para hablar sobre futuros acuerdos de seguridad". Para algunos expertos, esta medida no es una buena solución porque puede dar tiempo a Putin para que se prepare para una futura ofensiva. No será la mejor opción, pero se está convirtiendo en la mejor para algunos funcionarios europeos, frente a la alternativa de aumentar las ayudas militares durante este año para poder hacer frente a las tropas del Kremlin.

En otra comparecencia durante la Conferencia de Seguridad en Múnich, esta vez la de Olaf Scholz, canciller de Alemania, se interpretaron sus palabras como la redefinición de los objetivos bélicos de Occidente en Ucrania. En lugar de repetir otros discursos anteriores, en los que afirmaba que Kiev ganaría la guerra y que las tropas rusas deben abandonar el país, Scholz se limitó a decir que los términos de paz no deberían estar dictados por Putin. "No habrá una paz dictada. Ucrania no aceptará esto, y nosotros tampoco", señaló. Estas palabras, mucho más moderadas, fueron interpretadas por analistas como Jan Techau, director del grupo de expertos Eurasia Group en Alemania, como una manera de decir que Ucrania no puede perder. "Y esencialmente significa consolidar el status quo", dijo a POLITICO.

Un acuerdo entre un vencedor y un vencido

Esta puede ser la puerta a un alto al fuego, pero al problema básico de estos acuerdos es que siempre hay uno de los bandos que tiene que recapitular. Hay un vencedor y un vencido. "Si eso pasa, la balanza de pone del lado de los ganadores y el otro tiene que acceder a sus términos", afirma Bergman en entrevista con este periódico. La otra opción coincide con las afirmaciones de los diplomáticos europeos. "Se llega a un estancamiento, en el que ninguno de los dos bandos puede ganar. Están agotados y entonces empiezan a negociar", añade.

Para eso, sin embargo, es necesario que continúen las ayudas internacionales. Si Ucrania consigue estabilizar la situación en el frente y continúa obteniendo el soporte militar de Occidente, puede lanzar el mensaje de que las tropas están listas para una nueva contraofensiva en 2025. Y los rusos, en algún momento, pueden estar mucho más cansados por la guerra y estar dispuestos a sentarse en una mesa con los ucranianos, continúa Max Bergman. "El problema que tiene esta solución es que puede provocar un nuevo conflicto en el futuro porque no se ha resuelto. Se acaba de manera temporal, puede estar 'dormido' durante unos años, pero puede volver de alguna manera en un largo plazo. Eso es peligroso".

Pero todavía no estamos en este momento de la guerra. Más allá de las intenciones de Occidente con respecto a un acuerdo de paz, los analistas aseguran que el Kremlin no está dispuesto a pactar con Ucrania. Rusia celebrará este 17 de marzo unas elecciones presidenciales marcadas por la falta de oposición y en las que Vladímir Putin se posiciona como la única opción. La guerra se ha convertido en una de las principales bazas electorales del presidente, que ha sacado partido de victorias como la de Avdiivka.

Foto: Foto de archivo de uno de los edificios más reconocibles de Avdiivka, en noviembre de 2023. (Radio Free Europe Radio/Serhii Nuzhnenko)

En un momento complicado para Ucrania, el Kremlin no plantea ningún acuerdo con Kiev. "El Gobierno ha dejado claro que no tiene ningún interés en negociaciones que no conduzcan a la rendición de Ucrania, incluida la pérdida permanente de los cuatro territorios anexionados ilegalmente por Rusia en 2022. El objetivo ruso declarado sigue siendo la llamada 'desnazificación' y ningún líder ucraniano aceptaría jamás esos términos", sostiene la historiadora Angela Stent, a Foreign Policy.

"Putin está a la espera del resultado de las elecciones estadounidenses de este año y espera que el próximo presidente estadounidense deje de apoyar a Ucrania y vuelva a hacer negocios como de costumbre con Rusia. En ese caso, la capacidad de Ucrania para sobrevivir como Estado independiente y soberano estaría en duda, con todos los efectos en cadena sobre la seguridad de Europa y más allá", añadió.

Para Stent, el mayor problema de los acuerdos de paz que plantean los líderes occidentales es que presuponen que Rusia aceptará alguna vez una Ucrania independiente. "Mientras Putin o un sucesor que comparta su visión del mundo esté en el poder, es poco probable que eso suceda", concluye la historiadora.

Un enfoque 'realista'

La posibilidad de un acuerdo con Rusia no es solamente una idea que planea sobre las cabezas de funcionarios occidentales. Una encuesta reciente del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR) apuntó que solo un 10% de la población europea cree que Ucrania puede derrotar a Rusia. En este contexto, sostienen que es necesario un enfoque más "realista" que se centre en encontrar un camino para una paz "negociada" y sostenible en el tiempo. "Para defender el apoyo europeo a Ucrania, los líderes de la UE tendrán que cambiar la forma en que hablan de la guerra", dijo Mark Leonard, investigador de ECFR y uno de los autores de la encuesta.

Sin embargo, ni siquiera la presión de la sociedad, o la voluntad de llegar a un alto al fuego provocaría que Occidente presionara a Zelenski para que tomara esta decisión. A finales del año pasado surgieron rumores de que la UE habría tenido una conversación incómoda con el presidente ucraniano para conseguir avanzar hacia un acuerdo de paz, pero tanto Zelenski como Ursula von der Leyen, la presidenta de la Comisión Europea, lo negaron. "El lenguaje que utilizan los líderes sobre este tema es muy limitado. Porque imagínate que, por ejemplo, Joe Biden presiona a Zelenski para que hable con Rusia y el presidente ucraniano no quiere hacerlo", plantea Max Bergman. "Zelenski podría decir que Estados Unidos ha aceptado una derrota y las reacciones públicas serían muy negativas. Como mucho le podrá recomendar que tome una decisión, pero nunca intentará convencerle de manera pública", sostiene.

Mientras el hastío y el cansancio tras dos años de guerra reina en una parte de la sociedad y política occidental, desde Ucrania intentan impedir que la guerra caiga en el olvido. La victoria no es para los ucranianos un objetivo inalcanzable, aunque los lentos avances en el frente han minado la moral de muchos soldados. La mayoría de ellos continúan, al menos de puertas afuera, afirmando que pueden vencer a Rusia. Esta ha sido la postura de Volodímir Zelenski desde que empezó la invasión a gran escala: evitar a toda costa dar la sensación de que Ucrania puede ser vencida. "Es posible que no lo hayamos hecho tan bien como el mundo quería que lo hiciéramos. Puede que no suceda tan rápido como algunos imaginaban. Pero la idea de que Putin está ganando no es más que un sentimiento", afirmó.

Cuando Anastasia se imagina el futuro, se imagina siempre una Ucrania en paz. Imagina poder volver a su pueblo natal, ocupado por los rusos en 2022. Imagina no tener que escuchar las alarmas antiaéreas en Zaporiyia, su ciudad de acogida. Y, ante todo, se imagina un país sin invasores. "A veces pienso que podemos estar años en guerra, pero lo haremos si eso significa volver a ser libres", afirma la ucraniana.

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