Lo que la elección del líder de los socialistas europeos dice del futuro de... Von der Leyen

La elección del luxemburgués Nicolas Schmit como candidato común de los socialistas para las elecciones europeas de junio de 2024 dice mucho de cómo se plantea la partida de este año. Los socialdemócratas (PES) saben que no tiene ninguna opción de presidir la Comisión Europea si Ursula von der Leyen, actual presidenta, decide, como parece que va a hacer, presentarse de vuelta al cargo. Así que les toca mover fichas mirando más allá.

La elección de Schmit encaja con esa estrategia en la que la presidencia de la Comisión Europea se da por perdida, pero se busca maximizar su posición negociadora de cara a otros altos cargos de la UE, que se eligen como un bloque en verano, tras la celebración de las elecciones europeas.

Desde hace años, cada familia política europea elige a un cabeza de lista común, un spitzenkandidat, la palabra en alemán con la que se ha venido conociendo este sistema en la política comunitaria. La idea es "legitimar" la elección del presidente de la Comisión Europea, intentando que los ciudadanos voten en las elecciones europeas conociendo la cara visible con la que cada partido apuesta por obtener la presidencia del Ejecutivo comunitario.

Está previsto que el Partido Popular Europeo (PPE) elija en su congreso de Bucarest (Rumanía) a Von der Leyen como su spitzenkandidat. Los socialistas, por su parte, coronarán a Schmit en una reunión que el partido celebrará el próximo 2 de marzo en Roma (Italia).

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Schmit, nacido en 1953 en la pequeña localidad de Differdange, escaló poco a poco en la administración pública luxemburguesa con la vista siempre puesta en Bruselas. Empezó en asuntos económicos, pero en 1983 se convirtió en director político del ministerio de Asuntos Exteriores, antes de dedicar el resto de la década a ser jefe de gabinete del ministro. Del 1990 al 1992 estuvo en la Representación Permanente de Luxemburgo ante la UE y participó en los trabajos del diseño del Tratado de Maastricht. Después, entre 1998 y 2004, fue el embajador representante permanente de Luxemburgo ante la Unión Europea.

La larga experiencia de Schmit como diplomático en Bruselas ha hecho que a lo largo de los años conozca todas las dinámicas internas de la capital comunitaria y también a las personas indicadas. Tras unos años como ministro de Empleo de Luxemburgo, entre 2009 y 2018, fue elegido comisario luxemburgués en 2019, encargándose, de nuevo, de la cartera de Empleo.

En estos años ha mantenido un perfil bajo, con poco margen de maniobra y con la atención política centrada en la gestión de la pandemia y después en la guerra de Ucrania. "Como Comisario Europeo, Nicolas Schmit ha trabajado para construir una Europa más fuerte, más justa y más sostenible, poniendo a las personas en el centro. Ha luchado para mejorar la resiliencia, la cohesión y la convergencia social y económica ascendente en la UE mediante la implementación efectiva del Pilar Europeo de Derechos Sociales", ha defendido el PES en una nota de prensa.

La favorita

Todo el mundo en Bruselas sabe que Von der Leyen es la favorita absoluta. Tiene una amplísima coalición de líderes que le apoyan en el Consejo Europeo, entre los que se encuentran Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español, y Olaf Scholz, canciller alemán, las dos principales figuras de la familia socialdemócrata a nivel de jefes de Gobierno y los líderes de las dos principales delegaciones del PES en el próximo Parlamento Europeo. Scholz está interesado en que Von der Leyen continúe porque es alemana, y Sánchez porque ha tejido una alianza con ella.

La jugada es compleja, pero apoyándola abiertamente, ambos consiguen que ella parezca la opción más realista y aceptable para el PPE, por mucho que el núcleo duro de los democristianos consideren que está demasiado escorada a la izquierda. Poner a un candidato socialdemócrata muy fuerte podría identificarse como una ruptura de esa "coalición Von der Leyen". Podría dar a entender que el puesto de presidente de la Comisión Europea es disputable, y daría alas precisamente a los sectores del PPE, capitaneados por su presidente, el alemán Manfred Weber, que querrían una candidata más conservadora que Von der Leyen. Dando por hecho que ella es aceptable para los socialistas y poniendo a un candidato relativamente desconocido y débil, el PES está allanando el camino de la alemana a la reelección.

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Schmit es un candidato débil que tendría difícil ser nombrado presidente de la Comisión Europea, pero con este movimiento el PES reserva sus energías y su capital político para el puesto que realmente tienen en mente: el de la presidencia del Consejo Europeo, que ha estado siempre en manos del PPE y de los liberales.

Ahora los socialistas quieren dejar de conformarse con la mitad de la legislatura de presidencia del Parlamento Europeo y el puesto de Alto Representante de la Unión para Política Exterior y de Seguridad. Y quieren un puesto con más peso. Ese es el de presidente del Consejo Europeo. La elección de Schmit es un mensaje claro: la vía está libre para el PPE hacia la presidencia de la Comisión Europea, pero los socialistas quieren su parte del pastel.