El 'Juego de tronos' de la UE: Michel dejará la presidencia del Consejo Europeo antes de tiempo

Charles Michel ha sorprendido a todos al anunciar en la prensa belga que concurrirá a las elecciones europeas de junio de 2024 por la lista de los liberales francófonos (MR), lo que significaría que, de obtener el escaño, algo que parece seguro, el belga deberá abandonar antes de tiempo la presidencia del Consejo Europeo, el foro de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea, un cargo que asumió en diciembre de 2019 y cuyo mandato corría hasta el 1 de diciembre de 2024.

El movimiento sacude todo el tablero político en Bruselas y obliga a poner en funcionamiento antes de tiempo la maquinaria para sustituir a la cúpula institucional de la Unión Europea, un proceso que normalmente comienza en primavera y finaliza a principios del verano.

Se trata de un auténtico juego de tronos en el que los interesados por los altos cargos de la Unión Europea deben moverse con cuidado y con velocidad, tejiendo alianzas y posicionándose de cara a junio de 2024. La decisión del presidente del Consejo Europeo pone todos los ojos sobre la otra gran protagonista, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, que todavía no ha anunciado si buscará un segundo mandato, una decisión de la que dependerá el resto del reparto de altos cargos de la Unión Europea.

La salida de Michel tiene, además, una consecuencia inesperada que fuerza a los líderes europeos a ponerse las pilas para buscar a un sustituto. El reglamento del Consejo Europeo indica que, si su presidente abandona el puesto antes de tiempo, en caso necesario asumirá las riendas del puesto el líder del país que ostente la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea, que a partir del 1 de julio será Hungría.

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Nacho Alarcón. Bruselas

Viktor Orbán, el autoritario primer ministro húngaro que lleva años de choques frontales con la Comisión Europea y con una parte importante de sus colegas en el Consejo Europeo, pero que, con la salida de Michel, se podría ver, hipotéticamente, en uno de los puestos centrales de la Unión hasta que se elija a un sucesor. Orbán es, de largo, el líder más problemático de la UE, provocando una deriva autoritaria en Hungría que ha obligado a la activación del artículo 7 de los Tratados y a la congelación de fondos europeos.

El presidente del Consejo Europeo no tiene demasiado poder real, pero sí bastante peso político y un impacto importante sobre el funcionamiento de las cumbres de los líderes, ya que establece la agenda y los ritmos del encuentro. Desde el Consejo Europeo explican que ese reglamento se puede sustituir por una mayoría simple, dando a entender que, en caso necesario, los líderes de la Unión podrían modificar ese punto de las normas internas para evitar que sea Orbán el que se haga cargo de las riendas del foro de líderes. En todo caso, en Bruselas se confía en que los Veintisiete van a tener tiempo suficiente para evitar que el primer ministro húngaro se encuentre al frente del Consejo Europeo.

Sin un claro favorito

Las elecciones europeas se celebrarán entre el 6 y el 9 de julio, pero Michel no tendrá que asumir su escaño hasta un mes más tarde. Eso daría a los jefes de Estado y de Gobierno unas semanas para elegir a su sustituto, aunque oficialmente este debía asumir el puesto en diciembre de 2024. En todo caso, incluso antes de que el belga decidiera hacer su anuncio, estaba ya previsto que los Veintisiete decidieran el futuro de la cúpula institucional de la UE entre junio y julio.

Esas discusiones son difíciles y las negociaciones son duras. Se designa a un presidente de la Comisión Europea, que después debe ser aprobado por la Eurocámara, se elige a un presidente del Consejo Europeo y también al alto representante de la Unión para Política Exterior y de Seguridad, además de repartirse el partido que debe ocupar la presidencia del Parlamento Europeo. En cuestión de pocos días se renueva toda la cúpula, buscando un equilibrio geográfico y entre familias políticas. En 2019, la cumbre de altos cargos de la UE se prolongó cuatro días e incluyó también el nombramiento de Christine Lagarde como presidenta del BCE.

La diferencia es que ahora los líderes tendrán que darse prisa y evitar que las negociaciones se retrasen si quieren esquivar el escenario de encontrar a Orbán a las riendas del Consejo Europeo. Y, además, el sucesor de Michel no será elegido en junio o julio y asumirá el cargo en diciembre, sino que, en el mejor de los casos, tendrá que ocupar la presidencia del Consejo Europeo de manera inmediata. No hay, además, un favorito obvio. El socialista António Costa, primer ministro portugués en funciones, era visto como el gran favorito antes de que estallara el caso de corrupción que ha tumbado su Gobierno, mientras que el liberal holandés Mark Rutte sería otra opción a tener en cuenta, aunque el primer ministro en funciones se ha posicionado para el cargo de secretario general de la Alianza Atlántica (OTAN).

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Lucía R. B (Ámsterdam)

"Seré presidente del Consejo Europeo hasta que preste juramento como miembro del Parlamento Europeo, lo que tendrá lugar el 16 de julio. Pero después de las elecciones europeas, a finales de junio o principios de julio, está previsto que el Consejo Europeo se reúna y tome decisiones, en particular para designar a mi sucesor. El Consejo Europeo tendrá que decidir cuándo asumirá el cargo mi sucesor. Podemos anticipar esta entrada en funciones, ya que se decidirá antes del 16 de julio. O el Consejo Europeo puede basarse en un reglamento, también modificable por mayoría simple, que confíe la presidencia del Consejo Europeo al actual presidente del Consejo de la UE, en ese momento Hungría. Hay varias opciones", ha explicado Michel en una entrevista con el periódico belga Le Soir.

Todo el mundo en Bruselas y fuera de la capital comunitaria cree que Michel no está dando un paso a un lado. Que se presenta a las elecciones europeas con el objetivo de ocupar un alto cargo dentro de la Eurocámara, una vicepresidencia o quizás, incluso, la presidencia de la institución. O quizás en otro puesto europeo, como el de comisario, o incluso presentándose como el único candidato posible entre la familia de los liberales europeos (Renew Europe) como presidente de la Comisión Europea. Pero su movimiento ha irritado prácticamente a todos.

Hay muchas personas descontentas con cómo Michel ha gestionado su etapa como presidente del Consejo Europeo y esta decisión final, dejando sobre la mesa la posibilidad de que Orbán se ponga al frente del foro, aunque parezca un escenario poco probable, ha terminado de sacar de quicio a muchos. Desde su equipo defienden que el belga está volviendo a la política nacional para someterse a "un control directo y un diálogo con los ciudadanos". "Es el ejercicio democrático más natural para los líderes europeos. Solo así podremos conseguir que los ciudadanos se sientan escuchados y comprendidos", explican desde el entorno de Michel.