Es noticia
Ni el país que lleva décadas sin inflación se libra de sus efectos
  1. Mundo
La economía japonesa... ¿en riesgo?

Ni el país que lleva décadas sin inflación se libra de sus efectos

Aunque Japón sea uno de los países de Asia más potentes económicamente, la nación nipona no atraviesa un buen momento para su mercado ni su moneda

Foto: Archivo: peatones pasan junto a una entrada en Kabukicho, Shinjuku en Tokio. (EFE / Kimimasa Mayama)
Archivo: peatones pasan junto a una entrada en Kabukicho, Shinjuku en Tokio. (EFE / Kimimasa Mayama)

Después de más de tres décadas de deflación o aumentos de precios insignificantes, la inflación en Japón se consolida muy por encima del 2% previsto por el Banco de Japón a causa de la guerra de Ucrania, los precios de la energía y el tipo de cambio de un yen en récords históricos a la baja.

La inflación de Japón volvió a acelerarse este mes de noviembre al 2,5%, según los datos publicados por el Ministerio del Interior y Comunicaciones del país nipón, permaneciendo por encima del objetivo del 2% del banco central por vigésimo mes consecutivo y consolidando una situación de aumentos de precio interanuales que no se veían en el país desde 1991, excluyendo las cifras de 2014, cuando los precios se vieron afectados por un aumento del impuesto sobre las ventas. A pesar de estas cifras, son ya muy inferiores a las que se ha registrado este verano y otoño, con un pico de inflación que ha superado el 4%.

El aumento del IPC viene marcado principalmente por el encarecimiento de la alimentación del 7,3% interanual, donde destaca la subida de precios del 14,2% entre los alimentos de primera necesidad como los huevos, con respecto al año anterior. La tasa de inflación subyacente, aquella que además de los alimentos frescos también excluye a la energía, continúa moderándose después de batir récords el mes de mayo, cuando alcanzó su máximo histórico desde 1981. La ropa y el calzado aumentaron en noviembre un 2,8 %, el de las actividades vinculadas a la cultura y el ocio subió un 7,5 %, y el de las comunicaciones bajó respecto a meses anteriores, pero aun en un destacado 5 %.

Foto: Casas en el distrito de Sennari, en Sakura. (Reuters/Kim Kyung-Hoon)

Intereses ultrabajos

Los consumidores japoneses han visto un hecho inédito en las últimas décadas: como a lo largo de este año, un total de más de 35.000 alimentos, bebidas y artículos de consumo incrementaban de precio. El pico de este aumento se situó el pasado mes de octubre, cuando los minoristas trasladaron al cliente final los incrementos de costos para poder conservar sus beneficios. Según estos datos, la carga adicional sobre los hogares ha reducido el poder adquisitivo de los japoneses, por lo que es cada vez más improbable que las empresas continúen aumentando los precios a un ritmo tan rápido, ya que reducirá aún más la demanda.

El Banco Central de Japón ha mantenido su posición de resistencia a elevar los tipos de interés, destacando la importancia de la inflación subyacente como indicador clave de la verdadera presión inflacionaria que enfrenta la tercera economía mundial. Especial atención se ha puesto en la debilidad persistente de la demanda. En sus más recientes previsiones económicas, publicadas en octubre, el banco central japonés tomó la decisión de elevar su estimación de inflación para el actual ejercicio fiscal, situándola en un 2,8%.

Aunque el Banco de Japón se mantuvo firme por el momento, analistas se preparan para un cambio de política monetaria a corto plazo ante los signos de una mayor presión inflacionista en la tercera mayor economía del mundo. La autoridad económica nipona mantuvo en julio sus pronósticos de precios para 2024 y 2025, prácticamente intactos, a pesar de que los riesgos se sitúan al alza, según este mismo informe del banco central.

El gobernador del Banco de Japón, Kazuo Ueda, intervino el lunes de Navidad en la reunión de la Federación Empresarial Japonesa, donde afirmó que la posibilidad de alcanzar el objetivo de inflación del banco central estaba aumentando gradualmente, y que consideraría la posibilidad de ajustar la política si las perspectivas de alcanzar de forma sostenible el objetivo del 2% aumentaban lo suficiente. Respecto a un posible cambio de orientación, Ueda aseguró que "no podemos fijar de antemano el momento de un futuro cambio de política, pero nos gustaría tomar una decisión apropiada mientras examinamos la evolución económica y el comportamiento de las empresas en materia de salarios y fijación de precios".

¿Fin de la dinámica deflacionaria?

Durante las últimas décadas, el país del sol naciente ha gestionado una economía lenta y altamente endeudada —con una ratio de deuda pública superior al 200% del PBI—, escéptica a ciertos aspectos de la globalización, combinada con una cierta impermeabilización a la influencia exterior y una resistencia social y política al cambio. Todo ello, acompañado del todopoderoso y eterno Partido Democrático Liberal, integrado por las élites económicas y políticas de toda la vida del país, que ha gobernado los últimos setenta años.

Foto: Moa Tsukino, miembro del grupo de ídolos japonés Kamen Joshi (Masked Girls), camina para asistir a un ensayo de baile en el distrito Akihabara de Tokio. (Reuters / Toru Hanai)

A lo largo de esos años, la inflación no fue un problema grave en comparación con otros países de la región. Sin embargo, la crisis financiera de principios de la década de los 90 marcó un punto de inflexión: se instauró una dinámica deflacionaria sostenida por salarios estancados, un yen fuerte y empresas que seguían rigurosamente las directrices económicas del partido gobernante. Japón carecía de monopolios que pudieran fijar precios o impulsar el crecimiento, y tampoco implementaba políticas de gasto público o expansión monetaria que estimularan el consumo.

En la actualidad, algunos analistas descartan de inicio el fin de la deflación en Japón. Muchos expertos sostienen que gran parte de la inflación actual no refleja una verdadera reactivación económica, como afirma el regulador bancario nipón, sino que se debe más bien a una crisis externa considerable. Principalmente, esta crisis se deriva del aumento en los precios de la energía y los alimentos importados debido a la guerra de Ucrania, así como la devaluación del yen a causa de las perspectivas de tipos de interés más altos en EEUU y la eurozona.

Respaldo del FMI

Según las proyecciones recientes del Fondo Monetario Internacional (FMI), se estima que la economía japonesa experimentará un crecimiento del 1,4% para fines de 2023. Esta cifra es significativa y positiva, especialmente teniendo en cuenta la notable reducción de la población del país en los últimos 14 años. Además, las estimaciones de crecimiento del PIB para este año se han revisado al alza, llegando al 2,7%.

Se estima que la economía japonesa experimentará un crecimiento del 1,4% para fines de 2023

Por otro lado, los expertos esperan que el índice Nikkei 225 mantenga sus niveles elevados en 2024, continuando con el impulso generado durante el presente año. El índice no alcanzaba una cuota tan alta desde principios de la década de 1990, cuando la economía de Japón aún experimentaba su particular milagro. A lo largo del año, se ha observado un aumento de casi el 30%, atribuido en gran medida al fuerte interés de los inversores internacionales en las acciones de empresas japonesas. De hecho, en marzo de 2023, se presentó un plan de reformas para incentivar a las empresas a pagar mayores dividendos a sus accionistas o recomprar acciones de su propia compañía.

Después de más de tres décadas de deflación o aumentos de precios insignificantes, la inflación en Japón se consolida muy por encima del 2% previsto por el Banco de Japón a causa de la guerra de Ucrania, los precios de la energía y el tipo de cambio de un yen en récords históricos a la baja.

Japón
El redactor recomienda