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El consentimiento por fin llega a Japón: "La nueva ley es más bien un 'no es no"
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4,64 millones de mujeres forzadas

El consentimiento por fin llega a Japón: "La nueva ley es más bien un 'no es no"

El país del sol naciente adopta una reforma con la que por primera vez el Código Penal toma en consideración el consentimiento como clave para definir el delito de agresión sexual

Foto: Moa Tsukino, miembro del grupo de ídolos japonés Kamen Joshi (Masked Girls), camina para asistir a un ensayo de baile en el distrito Akihabara de Tokio. (Reuters / Toru Hanai)
Moa Tsukino, miembro del grupo de ídolos japonés Kamen Joshi (Masked Girls), camina para asistir a un ensayo de baile en el distrito Akihabara de Tokio. (Reuters / Toru Hanai)
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Japón se ha actualizado y puesto negro sobre blanco la criminalidad de las acciones sexuales cuando no son consensuadas. Con la reforma del código penal promulgada este verano, cambia la consideración del crimen actual de "relación sexual forzada" a "relación sexual no consensuada". La reforma, que viene a complementar y endurecer la que se hizo en 2017, incluye ocho nuevos supuestos por los que un ataque de esa índole puede ser considerado una violación. Entre ellos —aparte de la violencia— se incluyen la intimidación, aprovecharse del estatus social, amenazas a la víctima, el uso de alcohol o drogas y no dar tiempo suficiente para negarse o resistirse. Los casos en los que una víctima tiene un trastorno mental o físico también serán considerados como no consentidos.

Según datos oficiales, una de cada catorce japonesas y uno de cada cien japoneses han experimentado relaciones sexuales forzadas en sus vidas, lo que equivale alrededor de 4,64 millones de mujeres y 610.000 hombres. Sin embargo, solo 1.405 casos de relaciones sexuales forzadas en Japón fueron reconocidos en 2019, y solo 470 de estos casos, equivalentes al 33,6%, fueron procesados. Muchas mujeres japonesas han hecho público que sus denuncias de agresión o abuso sexual fueron ignoradas porque "no cumplían con los criterios" de una víctima. Según datos del gobierno, alrededor del 95% de los sobrevivientes nunca denuncian su agresión a la policía y casi el 60% nunca se lo cuentan a nadie.

Foto: Un hombre alimenta a un par de gatos en Tōjinbō, Japón. (Getty/Carl Court)

Los intentos previos de modificar y ampliar la reforma del 2017 fueron bloqueados sistemáticamente por la mayoría conservadora gubernamental, arguyendo que los cambios eran innecesarios. Pero todo comenzó a cambiar en 2019 después de que la opinión pública japonesa reaccionara a varias absoluciones de violación de alto perfil, dictadas en el lapso de unas pocas semanas. El caso más controvertido fue el de la absolución de un padre que violó a su hija de 19 años, a pesar de que el tribunal reconoció que el sexo no fue consentido, que el padre había usado la fuerza y que había abusado física y sexualmente de su hija, los jueces argumentaron que ella podría haberse resistido. Después de la sentencia, una ola de indignación sin precedentes sacudió el país y el padre fue condenado finalmente en segunda instancia por el tribunal supremo del país.

"No es no"

Organizaciones no gubernamentales feministas contactadas por El Confidencial se mostraban moderadamente satisfechas con los cambios legales acaecidos, pero subrayan que aún hay mucho trabajo por realizar. Elena Sano, portavoz de la organización no gubernamental Voice Up Japan, explica que a pesar de los avances que representa esta nueva legislación, Japón todavía está muy por detrás de otros países en la concepción del sexo y el consentimiento. "La inclusión del consentimiento en la reforma ha sido un gran avance, eso sin ninguna duda y el hecho de que además se le haya dado pie a la noticia ha ayudado a reforzar que cualquier relación sexual forzada es —y ahora legalmente puede ser considerada— una violación. Este sentimiento creo que es común a todas las asociaciones que habíamos abogado por el cambio", explica la activista.

Sano señalan países como Suecia o Dinamarca como países que se tomaron como ejemplo de leyes que reflejan la nueva ley japonesa, en que las parejas sexuales deben disponer de un consentimiento afirmativo claro, en lugar de asumir el consentimiento a menos que se les indique lo contrario. "Europa es un referente que se toma en cuenta respecto a cualquier legislación que aboga por los derechos civiles y el proyecto de ley empezó mucho antes de que la ley del solo sí es sí de España se hiciese eco en Japón", aclara Sano.

La activista de Voice Up Japan señala que Japón va aún unos cuantos pasos por detrás de otros países. "La nueva ley de Japón es más bien un no es no: a Japón le queda muchísimo legal y socialmente para aceptar que solo sí es sí", asegura Sano. "Uno de los puntos a mejorar es que debido al sistema judicial Japonés, cuyas leyes quedan muchas veces abiertas a la interpretación del juez o del jurado, el no poder dar consentimiento es muy ambiguo y ya sabemos que la mayoría de los jueces no son muy feministas así que en muchos casos, los prejuicios y las interpretaciones personales pueden influir", señala la activista afincada en Tokio.

Foto: La Fiscalía pide que Rubiales no pueda acercarse a Jenni Hermoso ni comunicarse con ella.

Toneladas de Rubiales

A pesar de la polémica generada y las consecuencias que han supuesto en el mundo del fútbol en España y en toda Europa, el caso Rubiales ha tenido muy poca repercusión en Japón y prácticamente no se ha hablado en ningún gran medio de comunicación del país. El motivo, según Sano, es que los Rubiales en Japón son la norma: "¿Rubiales en Japón? Los hay a toneladas", asegura la activista. "A la mente me vienen dos casos relativamente recientes del partido político Ishin o el de los actores de kabuki Kagawa o Ichikawa, que ambos tienen unos cuantos casos de acoso sexual en los últimos 6 meses", explica.

"¿Rubiales en Japón? Los hay a toneladas. A la mente me vienen el caso del partido político Ishin y el del actor de kabuki Kagawa"

"En ninguno de estos casos ha trascendido más allá de una noticia y algo de ruido en las redes sociales, pese a que Ichikawa ha intentado suicidarse y ha asistido a morir a su padre, supuestamente debido a este escándalo", cuenta la representante. Para Sano, Rubiales los hay como en cualquier sitio, aunque subraya que la diferencia entre Japón y España es que "parece que en nuestro país parte de la población se ha movilizado para mostrar su rechazo, pero en Japón está siendo muy difícil que estos casos trasciendan".

Edad de consentimiento y voyeurismo

Otro de los cambios importantes de esta reforma legal es aumentar la edad de consentimiento de 13 a 16 años, excepto cuando ambas partes son menores o hay una diferencia de edad de cinco años. Entre los países desarrollados, Japón hasta ahora era el que ostentaba el menor límite para el consentimiento sexual de menores, que estaba en vigor desde 1907. Con esta reforma, el país del sol naciente se alinea al promedio de los principales países occidentales.

Foto: Protestas en Hong Kong tras el anuncio del Gobierno japonés de que iba a verter las aguas radioactivas de Fukushima al océano. (Reuters/Tyrone Siu)

A pesar de ello, Sano cree que requiere aún de mejora en este punto: "Una persona de 17 años puede seguir teniendo relaciones con otra de 13 y, a menos que se demuestre que se forzó, es difícil proteger a la víctima. Teniendo en cuenta lo atrasada que está la educación sexual en Japón y que una persona de 17 puede tener mucha influencia sobre una de 13, creemos que requiere de modificación", explica la portavoz. Sano asegura que muchas organizaciones piden que al menos se baje la diferencia a 2 años para evitar precisamente estos abusos o malas influencias. "Si lo piensas es una persona de bachillerato teniendo relaciones con una persona recién salida de la primaria", constata Sano.

Las enmiendas de esta ley también amplían la protección de menores tipificando por primera vez como delito el grooming y facilita el enjuiciamiento de personas acusadas de tomar o distribuir fotos de naturaleza sexual sin conocimiento, un tema candente en Japón, donde el upskirting y las cámaras ocultas que toman fotos explícitas de mujeres ha sido durante mucho tiempo un problema, incluso en la propia cámara baja del parlamento japonés. Según la emisora pública NHK, casi el 9% de encuestados asegura haber sido víctima de este tipo de voyeurismo.

Con todo, el gobierno nipón planea revisar y actualizar estos cambios del Código Penal en cinco años, ya que desea asegurarse de que estos reflejen las circunstancias actuales, tal como se describe en las propias enmiendas de la ley.

Japón se ha actualizado y puesto negro sobre blanco la criminalidad de las acciones sexuales cuando no son consensuadas. Con la reforma del código penal promulgada este verano, cambia la consideración del crimen actual de "relación sexual forzada" a "relación sexual no consensuada". La reforma, que viene a complementar y endurecer la que se hizo en 2017, incluye ocho nuevos supuestos por los que un ataque de esa índole puede ser considerado una violación. Entre ellos —aparte de la violencia— se incluyen la intimidación, aprovecharse del estatus social, amenazas a la víctima, el uso de alcohol o drogas y no dar tiempo suficiente para negarse o resistirse. Los casos en los que una víctima tiene un trastorno mental o físico también serán considerados como no consentidos.

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