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Finlandia no tiene profesores para sus guarderías y está buscándolos en España
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A la desesperada

Finlandia no tiene profesores para sus guarderías y está buscándolos en España

La falta de maestros formados obliga al Ayuntamiento de Helsinki a buscar profesores españoles para trabajar en el país nórdico

Foto: Un profesor guía a los niños de una escuela de Helsinki. (EFE/Kimmo Brandt)
Un profesor guía a los niños de una escuela de Helsinki. (EFE/Kimmo Brandt)

A pesar del leve declive en los resultados del último informe PISA, Finlandia es recurrentemente clasificada como uno de los países con un mejor sistema educativo en el mundo, que se pone como ejemplo por su calidad y por facilitar la igualdad de oportunidades entre los alumnos. No hay duda de que el sistema educativo es una de las piedras angulares del estado de bienestar en el país nórdico, sin embargo, las escuelas de educación infantil (de cero a seis años) llevan años arrastrando un problema: la falta de maestros cualificados para ejercer el trabajo.

Tras varias reformas educativas e impulsar planes para encontrar a más maestros de educación infantil, el mayor sindicato de maestros en el país (OAJ) calcula que las universidades en Finlandia tendrían que formar cada año a 1.400 maestros de educación infantil hasta 2030 para conseguir suplir la demanda actual de maestros. Esto choca con el hecho de que en los últimos años la media de maestros graduados en las universidades no llega a los 500 y, en cambio, se prevé que en los próximos 10 años uno de cada tres maestros tome la jubilación y deje el trabajo.

La escasez de maestros en las escuelas donde los niños inician la educación es aún más grave en la región capital de Helsinki. Dentro de seis años está previsto que entre en vigor una ley en todo el país que obligará a las escuelas a tener dos terceras partes del profesorado con formación superior universitaria específica, por lo que se calcula que se necesitarán 1.700 maestros más en la ciudad. En este contexto, Finlandia mira hacia fuera de sus fronteras, por lo que hace unos días la cadena pública YLE se preguntaba en un reportaje: "¿Son los maestros españoles la solución al problema de la educación infantil en Finlandia?".

Plan piloto en España

Hace unas semanas, un grupo de 12 maestros de educación infantil españoles ha empezado un curso intensivo de seis meses para aprender el sueco (la segunda lengua oficial en el país y la lengua vehicular en algunas escuelas). El plan forma parte de una iniciativa puesta en marcha desde el Departamento de Educación del Ayuntamiento de Helsinki para reclutar a maestros españoles que quieran ir a trabajar en las escuelas de la capital del país nórdico.

Foto: Colegio de Helsinki (Finlandia). (EFE/EPA/Kimmo Brandt)

El proceso está llevado por la empresa BBI Communications, y representa la primera vez que desde el Ayuntamiento de Helsinki se intenta atraer a maestros extranjeros. "Buscamos a profesores españoles con un título superior en educación infantil para que vengan a trabajar en nuestras escuelas, pero también queremos que tengan suficientes conocimientos de inglés", explica la responsable de Recursos Humanos del Ayuntamiento de Helsinki, Kati Mhone.

Al anuncio han respondido más de 1.500 candidatos, de los cuales 120 reunían los requisitos para el puesto. Tras pasar varias entrevistas de trabajo, se ha seleccionado a los 12 candidatos que forman parte de esta prueba piloto y que estarán listos para empezar a trabajar en el próximo curso. Uno de los motivos por los que Finlandia ha puesto el foco en España es por la similitud en la formación académica de los maestros en los dos países, explica Mhone. Además, en España hay más maestros graduados que plazas de trabajo en oferta, "por lo que la situación es un win-win para todos, queremos que el proceso sea ético y no buscar trabajadores en países donde también falten maestros" añade.

Diferencias en el sistema

Sin formar parte del plan piloto del Ayuntamiento de Helsinki, hace cinco meses que Adriana Barrionuevo tomó la iniciativa con su pareja y dejó su trabajo en Madrid para trabajar de maestra de educación infantil en Sulkava, un pueblo de 2.300 habitantes en el este de Finlandia. De momento, Adriana no tiene un puesto fijo en la escuela, "pero no me costó encontrar trabajo, me dijeron que yo hacía mucha falta", cuenta.

Al llegar, Adriana admite que tenía unas expectativas muy altas sobre lo que era el sistema educativo finlandés: "Pensaba que era completamente diferente, me sorprendió que había muy poca planificación de las actividades en el día a día, y mucho tiempo libre para los niños, aquí los alumnos no se sientan en una mesa y una silla hasta los siete u ocho años", explica. Respecto a esto, Kati Mhone comenta que "es verdad que en Finlandia ponemos mucho hincapié en el papel del juego, en el aprendizaje, y en la pedagogía, por esto preparamos a los maestros españoles para que se acostumbren a estas diferencias".

Julián del Peso, licenciado en psicología y diplomado en educación infantil, también dejó España en el año 2021 para ir a trabajar de maestro infantil en Helsinki. Para él, la mayor diferencia que encuentra con España en su día a día de trabajo es la ratio entre alumnos y maestros, además de los recursos de los que dispone en la escuela infantil: "De cero a los tres años, yo he tenido a 12 niños y cuatro maestros, y entre los tres y cinco años, hay 18 alumnos y cinco maestros, esto te permite profundizar mucho más con los niños".

Buenas condiciones, si consigues adaptarte

Tanto Julián como Adriana admiten que la falta de maestros en la educación infantil es un problema evidente en Finlandia, pero a pesar de la falta de personal, consideran que las condiciones de trabajo y el sueldo son mejores que lo que tenían en España. Además, los dos maestros reconocen que aprender el finlandés o el sueco no les ha supuesto una barrera, ya que sin tener un nivel fluido, han podido encontrar trabajo utilizando el inglés mientras aprenden la lengua del país.

Para animar a más maestros españoles, la responsable de RRHH Kati Mhone subraya como beneficios "la estabilidad laboral asegurada, una buena conciliación entre el trabajo y la vida privada, y tiempo en la escuela para atender realmente a los alumnos en su crecimiento y aprendizaje". La maestra Andrea Bernárdez, subdirectora de un centro de educación infantil privado en las afueras de Helsinki, coincide en identificar estos beneficios de trabajar en Finlandia, "pero más allá de eso, el proceso de adaptación no todo el mundo lo consigue, o está dispuesto a hacerlo", explica.

Foto: Heller-Sahlgren ganó en 2014 el Premio Charles Douglas Home Memorial por su trabajo sobre Finlandia.

Andrea señala que "realmente aquí se toman muy en serio que la gente esté feliz y contenta en el trabajo, pero tienes que venir con una mentalidad abierta". Los tres maestros españoles apuntan que el clima en invierno, las diferencias culturales y, a veces, la soledad pueden suponer una barrera muy grande que provoca que al cabo de un tiempo algunos maestros españoles dejen el país nórdico.

Para remediarlo, desde el Departamento de Educación del Ayuntamiento de Helsinki ponen mucho énfasis en que en los cursos de preparación para maestros "se explica y se da una imagen de cómo es la vida real en Finlandia y qué pueden esperar los españoles cuando lleguen", dice Kati Mhone. Para la responsable de Recursos Humanos, ayudar en la adaptación de los maestros recién llegados es un punto clave para el éxito del proyecto, ya que se espera que en un futuro las universidades finlandesas no puedan remediar la falta de maestros infantiles formados, y se tenga que recurrir a más personal extranjero para educar a los alumnos finlandeses.

A pesar del leve declive en los resultados del último informe PISA, Finlandia es recurrentemente clasificada como uno de los países con un mejor sistema educativo en el mundo, que se pone como ejemplo por su calidad y por facilitar la igualdad de oportunidades entre los alumnos. No hay duda de que el sistema educativo es una de las piedras angulares del estado de bienestar en el país nórdico, sin embargo, las escuelas de educación infantil (de cero a seis años) llevan años arrastrando un problema: la falta de maestros cualificados para ejercer el trabajo.

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