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Última carta desde Gaza: "Nos pedimos perdón entre nosotros"
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Última carta desde Gaza: "Nos pedimos perdón entre nosotros"

"Esto no es justo. Los palestinos hemos soñado siempre con la paz. No es justo morir rodeados de tanto odio, y no es justo morir sintiendo que el mundo piensa que lo merecemos"

Foto: Gazatíes abandonan el norte de la Franja tras el ultimátum de Israel. (EFE/Mohammed Saber)
Gazatíes abandonan el norte de la Franja tras el ultimátum de Israel. (EFE/Mohammed Saber)

La información que llega desde Gaza —donde los periodistas no pueden acceder, salvo que ya estuvieran dentro— es cada vez más escasa. La comunicación apenas dura unos minutos cuando la persona con la que tratamos de hablar logra conectarse internet. Los dos millones de habitantes del área con más densidad de población del planeta, están casi aislados (apenas tienen electricidad, agua, ni suministros) y se espera que la situación empeore en las próximas horas. Hemos pedido a Rami A., profesor en Beit Lahia, una localidad en el norte de la Franja, que nos explique cómo se vive el momento en primera persona.

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Lamento responder tarde, solo encendemos el teléfono para informar a nuestros familiares fuera de Gaza de que aún estamos vivos.

La situación actual en Gaza es inimaginable y parece el Día del Juicio Final. La situación es grave. La única salida, a través de Egipto, está cortada y cerrada de manera efectiva. Cuando los bombardeos cesan se pueden ver funerales cada cinco minutos, directamente del hospital al cementerio, sin dar la oportunidad de dar el pésame por los muertos o incluso de rezar el funeral en la mezquita.

No hay ambulancias disponibles para transportar los cuerpos. Hoy he visto un carro tirado por un burro llevando cuatro cuerpos. Hace dos días unos misiles impactaron en el edificio de al lado, todas las ventanas de la casa se rompieron y mi madre y mi hermana resultaron heridas. Mi amigo Noufal, que vivía en ese edificio, perdió a su hija Nabila, que tenía tan solo 7 días de vida. No sé cómo los niños palestinos superarán la cantidad de la muerte y violencia de la que están siendo testigos estos días.

Hoy [el viernes] nos pidieron que evacuemos el norte de Gaza, que dejemos nuestros hogares y nos vayamos al sur si queremos salvar la vida. Algunos se han ido, otros no saben a dónde ir, así que prefieren quedarse y morir en sus hogares. Hay quien sospecha que están pidiendo que vayamos al sur para matarnos más fácilmente.

Foto: Vista general de la central que genera electricidad en el centro de la Franja de Gaza. (EFE / Mohammed Saber)

La sensación general es la de estar viviendo el fin del mundo. La gente se pide perdón los unos a los otros. La situación en el sur de Gaza no es más segura. Durante el primer día en el que sucedieron los ataques, perdimos a diez hombres de la parte de mi familia que vive en Az-Zawayda en Deir al-Balah. Ayer, el primo de mi padre perdió a sus tres hijos después de que su edificio fuera bombardeado sin previo aviso.

Israel ha anunciado que cortarán los servicios de internet a medianoche, por lo tanto, a partir del 14 de octubre se espera que no haya internet. De hecho, ya han cortado la electricidad, el agua y el combustible desde principios de esta semana, y han amenazado con bombardear cualquier camión proveniente de Egipto con ayuda para Gaza.

Foto: Soldados israelíes en el área de los ataques. (EFE/Martin Divisek)

La pregunta es: ¿cómo pueden esperar que medio millón de personas vayan al sur sin que haya un lugar para ellos ahí? ¿Dónde van a quedarse? No hay refugios, y todas las escuelas y hospitales ya están llenos. Los hospitales aquí están llenos de miles de heridos. ¿Cómo van a trasladarlos?

Mi mensaje para aquellos que nos ven desde Occidente es que nosotros también somos humanos, como vosotros. Eso es todo lo que queremos: ser tratados como seres humanos, ni más ni menos. Hasta ahora, más de 1.500 personas han muerto y miles han resultado heridas, dos tercios de ellas mujeres y niños. Esto no es justo. Los palestinos hemos soñado siempre con la paz. No es justo morir rodeados de tanto odio, y no es justo morir sintiendo que el mundo piensa que lo merecemos. Esto no es justo.

La información que llega desde Gaza —donde los periodistas no pueden acceder, salvo que ya estuvieran dentro— es cada vez más escasa. La comunicación apenas dura unos minutos cuando la persona con la que tratamos de hablar logra conectarse internet. Los dos millones de habitantes del área con más densidad de población del planeta, están casi aislados (apenas tienen electricidad, agua, ni suministros) y se espera que la situación empeore en las próximas horas. Hemos pedido a Rami A., profesor en Beit Lahia, una localidad en el norte de la Franja, que nos explique cómo se vive el momento en primera persona.

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