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¿Los medios prorrusos son de izquierdas? Mira otra vez: la deriva ultraderechista de RT en Español
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¿Los medios prorrusos son de izquierdas? Mira otra vez: la deriva ultraderechista de RT en Español

Tratan de conseguir que las sociedades occidentales rechacen la ayuda que sus gobiernos están prestando a Ucrania para su defensa contra la invasión rusa

Foto: Un partidario del presidente ruso, Vladímir Putin, distribuye periódicos a su favor en Moscú. (Reuters/Shamil Zhumatov)
Un partidario del presidente ruso, Vladímir Putin, distribuye periódicos a su favor en Moscú. (Reuters/Shamil Zhumatov)
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La guerra de Ucrania ha transformado muchas cosas, pero si hay un ámbito donde Rusia se ha esforzado por mantener el statu quo frente a las adversidades, ese es el de la propaganda y la desinformación. Aunque, como en la novela El Gatopardo, eso haya supuesto cambiarlo todo para que nada cambie. Los bloqueos impuestos por la Unión Europea a los medios públicos rusos, las sanciones occidentales a sus principales figuras y plataformas y la denuncia pública de muchos de sus argumentos han obligado al ecosistema propagandístico del Kremlin a adaptarse para poder seguir haciendo llegar sus mensajes a las audiencias de todo el mundo. Y hay pocos idiomas en los que esta evolución sea tan clara como en castellano.

Antes del bloqueo de la UE, incluso un observador casual de la cadena RT en Español podía percibir una orientación ideológica hacia una audiencia marcadamente de izquierdas: no en vano, los principales consumidores de los contenidos del canal estaban —y continúan— en Venezuela, Bolivia y México, donde desde el año 2020 la línea editorial se ha alineado estrechamente con las políticas del presidente Andrés Manuel López Obrador. Sin embargo, al mismo tiempo se ha ido produciendo un cambio, muy sutil al principio pero ya evidente desde principios de este año, hacia posiciones cada vez más de derechas, con mensajes antiderechos LGTBI, antiinmigración, antiecologistas y contrarios al movimiento woke.

Foto: Protestas ante la propaganda rusa. (EFE/Sergey Dolzhenko)

Por ejemplo, el programa estrella El Zoom emitió a principios de este verano varias entregas con títulos como Migración: ¿un arma política? o Energías renovables: ¿imposición rentable? Desde enero, además, la cadena tiene un programa titulado Impacto Directo, dedicado en gran medida a las guerras culturales en Estados Unidos y presentado por Rick Sánchez, un estadounidense de origen latino que, tras ser despedido en 2010 de CNN por hacer comentarios antisemitas, pasó por Fox News y posteriormente por la ya desaparecida RT América.

Todo esto no es casual: se trata de un intento bastante transparente de apelar a las audiencias hispanas conservadoras en EEUU de cara a las futuras elecciones de 2024, donde Rusia no oculta su desdén por el presidente Joe Biden y su preferencia por los candidatos republicanos, o incluso por el heterodoxo (y prorruso) Robert Fitzgerald Kennedy Jr. Mediante la repetición constante de noticias y contenidos denigrando a Biden, a su hijo Hunter o a otros miembros del Partido Demócrata —en muchos casos, limitándose a copiar o dar espacio a mensajes creados por el ecosistema de medios republicanos— a modo de cebo, las versiones en español tanto de RT como de Sputnik logran la atención de estos grupos de población, que a menudo pasan a convertirse ellos mismos en difusores, compartiendo en redes los enlaces y vídeos producidos por medios rusos.

Los rusos hace mucho que tienen a los hispanos de EEUU como objetivo, tienen claro que la previsión es que esta comunidad siga creciendo

Y además de tratar de influir en su voto, esta estrategia posee la ventaja adicional de que acompañando a estas narrativas contra los demócratas vienen otros mensajes clave para Rusia, como la demonización de Ucrania, Zelenski o la OTAN, que terminan por tener un impacto en la percepción de estas comunidades acerca de todos estos temas. La iniciativa, además, está resultando exitosa: los datos sobre el número de visitas a las páginas de RT en Español muestran un crecimiento de varios puntos porcentuales mes a mes durante casi todo el último año.

"Los rusos hace mucho que tienen a los hispanos de EEUU como objetivo, porque además ellos piensan en términos demográficos, y tienen claro que la previsión es que esta comunidad siga creciendo y acabe convirtiéndose en la segunda e incluso la primera por población", indica Nicolás de Pedro, investigador experto en desinformación rusa. "Ahí quizá lo único que puede suponer un revés es que esas comunidades conservadoras hispanas se den cuenta de todo el apoyo que Rusia presta a países como Venezuela o Cuba, pero de otro modo tienen mucho ganado", dice a El Confidencial.

Páginas espejo y cambios de dominio

Otro de los pilares de esta evolución es el esfuerzo sistemático para esquivar lo que Rusia describe como "censura occidental". Ante los bloqueos de las webs de los medios públicos rusos tanto por la UE y otros gobiernos como por redes sociales como YouTube o X (antigua Twitter), estos se están desplazando a otras plataformas menos dispuestas a imponer restricciones, como el canal de videos Odysee (cuyos propietarios se definen como "maximalistas de la libertad de expresión", y que por ello se ha convertido en un importante repositorio de contenido racista y de corte extremista) o VK, la versión rusa de Facebook.

Además, estos medios están creando páginas espejo que reproducen de forma exacta el contenido de las webs originales pero modificando la URL, lo que les permite esquivar las limitaciones. Por ejemplo, la web de RT en Español original, actualidad.rt.com, fue volcada tras el bloqueo de la web en la dirección actualidad-rt.com. Ahora, esta nueva página ha sido también sancionada, pero en la UE está disponible sin restricciones en el dominio esrt.press.

Esto obedece a una razón de peso: la importancia de RT para el Kremlin nunca ha radicado tanto en las audiencias directas de su canal de televisión como en la capacidad de generar contenidos que después son difundidos online por su ejército de troles, influencers y seguidores. En ese sentido, la existencia de estas páginas espejo permite seguir difundiendo artículos y vídeos en redes sociales en la Unión Europea sin ningún tipo de limitación.

Foto: Logo de RT, antigua Russia Today. (Reuters)

Lo mismo cabe decir de otros medios: Sputnik en español pasó en 2022 a denominarse Sputniknews.lat, una referencia clara a Latinoamérica, del mismo modo que Sputnik France se transformó en Sputnik Afrique. En algunas plataformas, RT en Español se convirtió en Sepa Más, el eslogan de la cadena, lo que le permitió esquivar las restricciones durante una temporada. Pero quizás el cambio de URL más espectacular sea el sufrido por medios como News Front —operado directamente por el FSB, el servicio de inteligencia interior de Rusia—, que ha pasado a utilizar el dominio .su. Estas iniciales no hacen referencia a ningún país existente hoy, sino que, como revela una simple búsqueda en Google, se corresponden nada menos que con las utilizadas brevemente, en 1990 y 1991, por la Unión Soviética.

Desde hace meses, muchos de los programas de RT en Español contienen mensajes cortados por el mismo patrón: "Sígannos en redes sociales, porque es muy difícil vivir bajo la censura occidental". Y a priori podría parecer otra capa más en la maraña de tácticas descrita más arriba para evitar las restricciones, pero al rascar la superficie hay mucho más. De lo que se trata es, ante todo, de crear toda una nueva galaxia de cuentas y canales en la plataforma que, hoy por hoy, se ha convertido en la favorita de la desinformación rusa: Telegram.

Cortejar a la ultraderecha en Telegram

Desde que a principios de esta década su creador, Pavel Durov, llegase a un acuerdo con las autoridades rusas para evitar su clausura bajo acusaciones de alojar "contenidos extremistas", el Kremlin ha dado un giro de 180 grados, convirtiéndose en uno de los principales promotores de su uso. A modo de ejemplo, muchos de los programas de RT en Español tienen sus propios canales de Telegram. Pero cuando nos convertimos en sus seguidores es cuando empiezan las verdaderas sorpresas: estos canales, como el de El Zoom, a su vez repostean contenidos de otros directamente vinculados al Estado ruso, como InfoDefenseEspañol, Ucraniando o Alena Rusa. Y a diferencia de lo que puede encontrarse en los medios rusos más convencionales, estos nuevos canales se cortan mucho menos en lo que difunden.

Y en ese sentido, su orientación ideológica está clara: no solo narrativas antiucranianas que a menudo bordean —cuando no abrazan directamente— la retórica genocida, sino también visiones conspiranoicas, ideas racistas y mensajes abiertamente homófobos. También recurren a tácticas más extremas, como fotomontajes o falsificaciones. El mes pasado, por ejemplo, el canal InfoDefenseEspañol difundió la fotografía de una carta supuestamente enviada por el Ministerio de Justicia de Irlanda a los ciudadanos ucranianos del país, avisándoles de una próxima deportación a solicitud del Gobierno de Kiev para que se uniesen a los esfuerzos de guerra de una Ucrania que, según la propaganda rusa, estaría tremendamente debilitada y obligada a recurrir a este tipo de medidas. Verificadores locales y periodistas del diario The Irish Times comprobaron que ninguna institución irlandesa ha enviado o siquiera concebido una carta semejante.

Este cortejo a la ultraderecha no es ninguna sorpresa. Uno de los mensajes clave de la propaganda del Kremlin es la defensa de Rusia como una Tercera Roma que defiende lo que define como "los verdaderos valores cristianos" frente a la supuesta decadencia de Occidente. Estas narrativas ayudan a explicar la popularidad de Putin entre gran parte de la extrema derecha europea y estadounidense. Lo llamativo en este caso es que, hasta ahora, la estrategia en el mundo hispanoparlante había sido promocionar a Rusia casi como lo opuesto, la heredera de la URSS en la lucha contra el imperialismo, una idea muy popular en Latinoamérica.

"El régimen de Putin es —por su propia naturaleza— un régimen de extrema derecha. Yo no estoy de acuerdo con algunos comentaristas en que la Rusia de Putin sea fascista, pero aun así es definitivamente de extrema derecha, ya que es ultranacionalista, imperialista, homofóbica, religiosamente intolerante, etc. Así que, hasta cierto punto, es mucho más natural que Rusia difunda mensajes de extrema derecha a audiencias internacionales. Incluso cuando los propagandistas rusos difunden narrativas supuestamente de izquierda o extrema izquierda, esos son simplemente elementos que la extrema derecha y la extrema izquierda comparten, como el antiamericanismo, el rechazo a la globalización y la retórica antisistema", explica el politólogo ucraniano Anton Shekhovtsov, que empezó a estudiar la relación entre Rusia y los movimientos ultraderechistas occidentales mucho antes de que este asunto fuese de conocimiento general.

"La mayoría de actores rusos que producen narrativas ideológicas se inclinan hacia la extrema derecha"

"Creo que es realmente importante destacar este fenómeno: el uso de elementos de izquierda por parte de la extrema derecha. Debido a que es esencialmente incorrecto interpretar cualquier narrativa del Kremlin como de izquierda, porque por ejemplo nunca respaldará las preocupaciones ambientales o los derechos LGBT o la teoría crítica que ahora son cruciales para los movimientos de izquierda. El Kremlin solo empleará aquellas ideas de izquierda que son compartidas por la extrema derecha", apunta Shekhovtsov en una entrevista con este diario. "Por supuesto, hay que tener en cuenta que el Kremlin también es muy a menudo oportunista, lo que significa que utilizará cualquier instrumento ideológico que crea que puede ser beneficioso para sus objetivos o causas en un momento determinado: polarizar sociedades, sembrar desconfianza hacia las élites liberales democráticas, socavar la alianza transatlántica, contribuir al aislacionismo de las naciones occidentales y debilitar el apoyo occidental a Ucrania. Dicho esto, sin embargo, la abrumadora mayoría de los actores rusos que producen narrativas ideológicas y tratan de adaptarlas a audiencias particulares se inclinan hacia la extrema derecha, por lo que les resulta más fácil hablar con electores [potencialmente] de derecha que con los de izquierda", comenta.

En suma, se trata de conseguir que las sociedades occidentales rechacen la ayuda que sus gobiernos están prestando a Ucrania para su defensa contra la invasión rusa, que no garantiza una victoria de Kiev pero sin la cual la derrota ucraniana es casi segura. De momento, los datos muestran que este respaldo sigue siendo relativamente estable, pero Rusia confía en que la repetición, como la gota de agua incesante sobre la roca, acabe por quebrar esa solidez. Y ahí, los propagandistas rusos han constatado que, incluso en el mundo hispanoparlante, apuntar hacia el lado derecho aporta más réditos que hacerlo en dirección contraria.

La guerra de Ucrania ha transformado muchas cosas, pero si hay un ámbito donde Rusia se ha esforzado por mantener el statu quo frente a las adversidades, ese es el de la propaganda y la desinformación. Aunque, como en la novela El Gatopardo, eso haya supuesto cambiarlo todo para que nada cambie. Los bloqueos impuestos por la Unión Europea a los medios públicos rusos, las sanciones occidentales a sus principales figuras y plataformas y la denuncia pública de muchos de sus argumentos han obligado al ecosistema propagandístico del Kremlin a adaptarse para poder seguir haciendo llegar sus mensajes a las audiencias de todo el mundo. Y hay pocos idiomas en los que esta evolución sea tan clara como en castellano.

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