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"No es mi rey": ¿hay posibilidades de que Reino Unido se convierta en una República?
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"No es mi rey": ¿hay posibilidades de que Reino Unido se convierta en una República?

La muerte de Isabel II brinda la oportunidad para evaluar una institución a la que sus críticos tachan de antidemocrática. Los republicanos, cuyo líder ha sido detenido justo antes de la ceremonia, son minoría, pero su apoyo crece

Foto: Graham Smith, megáfono en mano, y autor del libro 'Abolish the Monarchy'. (Reuters/May James)
Graham Smith, megáfono en mano, y autor del libro 'Abolish the Monarchy'. (Reuters/May James)
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Ver en plena acción a Graham Smith con micrófono en mano gritando "no es mi rey" en cada uno de los actos que protagoniza Carlos III recuerda en cierta manera a las puestas de escena que en su día representó el euroescéptico Nigel Farage. Liderar una campaña para que el Reino Unido se convierta en república podría parecer una locura, una absurda pérdida de tiempo. Pero el sueño de Farage también sonaba imposible y en el histórico referéndum de 2016 se acabó luego votando por salir de la UE. El Brexit dejó claro que los británicos no son necesariamente contrarios a los grandes cambios constitucionales. Por lo tanto, plantear ahora la posibilidad de que en un futuro se pueda abolir la Monarquía quizá no resulte tan descabellado.

El respeto de la nación por Isabel II, toda una figura de continuidad en los 70 años que estuvo al frente de la Corona, fue suficiente para mantener el movimiento republicano relegado a un oscuro rincón. Pero el comienzo de un nuevo reinado brinda ahora la oportunidad para evaluar una institución a la que sus críticos tachan de "arcaica" y "antidemocrática".

Foto: La reina Letizia, junto al entonces príncipe Carlos en una visita cultural sobre Zurbarán en Inglaterra. (EFE/Anna Gowthorpe)

Los republicanos representan ahora una minoría (apenas un 26% respecto al 58% que aboga por mantener la Monarquía, según la última encuesta de YouGov). Pero es una minoría que está creciendo constantemente. Por lo tanto, si la Familia Real —que no está exenta de escándalos— no puede persuadir a los menores de 24 años (casi el 40% prefiere un jefe de Estado electo), las cosas podrían cambiar. De hecho ya lo están haciendo. Los huevos que se arrojaron a Carlos III en un acto el pasado mes de noviembre dejaron una escena impensable en la era Isabelina.

En cualquier caso, el apoyo a la institución no se ha desmoronado. La transición a la era Carolina ha sido más que tranquila. Pero Graham Smith, responsable de Republic, asegura que Carlos "no ha heredado esa deferencia que la gente tenía por la difunta monarca". "Tiene una mochila cargada de escándalos. Es una figura que crea división. Y por mucho que algunos estén interesados en mostrar a su hijo Guillermo como imagen idílica, tampoco despierta esa admiración y respeto que logró Isabel II", asegura.

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"La monarquía es una institución debilitada. Es un barco cada vez más agujereado. Si seguimos presionando, se hundirá. La gente no creía que esa fuera una posibilidad hace 10 años, pero ahora sí. No somos un país de monárquicos como tampoco somos un país de republicanos. Solo entre el 9 y 15% de la población está entusiasmada con la realeza. Somos un país que es en gran medida indiferente a la Monarquía, pero que se está volviendo cada vez más crítico. Por lo que las posibilidades de que el príncipe Jorge [segundo en línea de sucesión] se convierta en rey son cada vez más escasas", matiza.

De cara a la coronación de Carlos III este 6 de mayo, Republic ha convocado una protesta pacífica en la céntrica plaza de Trafalgar, a la que se espera que acudan alrededor de 1.800 personas vestidas de amarillo y negro, entre ellas, representantes de otros movimientos republicanos europeos. "Simplemente, queremos mostrar al mundo que existe otra realidad", señala.

La capital británica no será el único punto de manifestación. Hay convocadas también protestas en otras ciudades como Cardiff, Nottingham y Oxford. En Escocia, donde se registran los niveles más altos de oposición a la Monarquía, se llevarán a cabo protestas en Edimburgo y Glasgow mientras tiene lugar la ceremonia en la Abadía de Westminster. Para lograr una "plena democracia", Smith aboga por una república parlamentaria como la que tienen Irlanda, Islandia, Finlandia, Alemania o Austria. "Son países en los que si el gobierno hace algo que es inconstitucional, el jefe de Estado elegido en las urnas puede anularlo. Lo que estamos proponiendo no es particularmente radical.

Es simplemente un modelo democrático. Evitar, en definitiva, episodios como el que se vivieron con el Ejecutivo de Boris Johnson", matiza en referencia la histórica sentencia dictada en septiembre de 2019 cuando los once jueces del Tribunal Supremo declararon "ilegal" la suspensión del Parlamento llevada a cabo por el excéntrico político para poder seguir adelante con su estrategia del Brexit.

Foto: Un hombre disfrazado de Boris Johnson. (EFE)

En los últimos años, según Smith, el republicanismo se ha visto impulsado por las disputas familiares protagonizadas por el príncipe Enrique y el escándalo sobre los supuestos abusos sexuales del príncipe Andrés. Asimismo, el hecho de que la coronación de Carlos III vaya a suponer alrededor de 100 millones de libras al erario público —según estimaciones de la prensa— en un momento en el que coste de vida es el mayor de las últimas cuatro décadas, lo que dificulta a muchas familias llegar a fin de mes, también se ha convertido en motivo de controversia.

Algunas organizaciones aseguran que el coste que supone la Monarquía se ve superado, por lo que la institución aporta cada año a la economía, como impulsora del turismo. Según la consultora Brand Finance, 1.766 mil millones de libras en 2017. Pero Smith asegura que han desacreditado todos los hechos y cifras que existen. "Los grandes eventos reales tienden a causar precisamente una caída en el número de visitantes extranjeros. Simplemente, no hay evidencia de que los turistas vengan aquí porque tenemos una Monarquía. La Torre de Londres tiene más visitas anuales que el Palacio de Buckingham, y Windsor Legoland es mucho más popular que el castillo de Windsor", recalca.

Fundada en 1983, Republic asegura contar ahora con alrededor de 80.000 miembros. Según Smith, los ingresos casi se han triplicado en los últimos dos años, de 106.000 libras en 2020 a 286.000 libras en 2022, gran parte de los cuales (alrededor de 70.000 libras) se registraron en septiembre, el mes en el que falleció Isabel II.

Foto: Carlos III en su discurso a la nación tras la muerte de su madre.

"Para lograr un cambio, la presión tiene que venir del pueblo. Solo si los ciudadanos piden un cambio podremos conseguir un referéndum. El Gobierno que esté en ese momento no tiene por qué estar a favor de la república. Cuando David Cameron fue primer ministro convocó tres referéndums [cambio del sistema electoral, independencia escocesa, salida de la UE] y no estaba a favor de ninguno de los cambios que se proponían", matiza Smith.

Cuando se le plantea a Smith, de 49 años, si será capaz de ver un Reino Unido convertido en república a lo largo de su vida se muestra optimista. "Lo importante aquí es que tiene que suceder en la vida de alguien, entonces ¿por qué no en la mía? Cosas que parecían imposibles han acabado ocurriendo. Si en 1992 planteabas a los americanos cuándo tendrían un presidente negro, respondían en 50 años y luego Obama ganó en 2009. Hace 15 años, la gran mayoría de los británicos no apoyaban los matrimonios homosexuales y ahora es lo más normal", apunta.

Exparlamentarios, como el liberal demócrata Norman Baker, insisten en que un número significativo de diputados laboristas y liberales demócratas están en contra de la Monarquía, pero no quieren hablar públicamente de ello.

El líder de la oposición laborista, Keir Starmer —con muchas papeletas de convertirse en el próximo primer ministro, según las encuestas— recalcada cada vez que tiene ocasión su respeto por la Familia Real, mientras busca enfatizar el patriotismo como una forma de distanciar al partido de los años de polémico Jeremy Corbyn (que era claramente republicano aunque guardó las formas durante el tiempo que estuvo como líder).

Aun así, Ken Ritchie, de la agrupación interna Labour for a Republic, insiste en que hay apetito entre los miembros de la formación por un cambio y apunta que la asistencia a las reuniones se ha incrementado en los últimos años.

Foto: Foto oficial de los reyes Carlos y Camila. (Hugo Burnand)

Donde el movimiento republicano va a una velocidad superior es en la Commonwealth, una de las asociaciones transnacionales más antiguas del mundo, con Canadá, Australia y Nueva Zelanda como países más importantes. Fundada en 1949 y dirigida por el rey Jorge VI, la unión está compuesta por 56 estados miembros que, con la excepción de Mozambique y Ruanda, comparten lazos históricos con el Reino Unido.

Cuando Isabel II accedió al trono en 1952, era jefa de Estado en 32 de esas naciones. Pero en el momento de su muerte, solo lo era de 14, sin contar con el propio Reino Unido. En junio de 2022, Australia nombró un Ministro Asistente para la República, con la intención de que el país avance hacia un nuevo modelo constitucional después de las próximas elecciones, previstas para 2025. Belice también ha formado una Comisión Constitucional del Pueblo para revisar esta cuestión. Barbados se ha convertido en 2021 en la república más joven del mundo y Antigua y Barbuda, así como Jamaica, podrían ser los próximos en celebrar un referéndum.

Foto: La cabeza de San Juan Bautista hallada en España y que forma parte de la exposición 'Tesoros medievales'. (Museo Victoria and Albert)

"No hay razón, en principio, por la que tal reevaluación no deba tener lugar en el Reino Unido", explica Craig Prescott, profesor de derecho en la Universidad de Bangor. Según el experto, para que ser más allá de un movimiento simbólico, cualquier cambio hacia una república necesita "coincidir con un cambio subyacente en la cultura política", ya que, de lo contrario, "no resulta inmediatamente obvio cómo la abolición de la Monarquía podría mejorar la igualdad de manera más eficaz". "En principio, cuestiones específicas como reforma de impuestos, inversión en talento o la mejora de infraestructura se pueden lograr bajo una Monarquía. Por lo tanto, el desafío para el argumento republicano es conectar estos puntos", matiza.

Aunque el experto también recalca que la mayor "debilidad" de la Monarquía puede ser "la propia Familia Real". Los royals soportan la intrusión constante de la prensa y no pueden beneficiarse de muchas de las libertades que el resto de ciudadanos dan por sentadas. Estas incluyen la libertad de expresión, libre elección de carrera, libertad para viajar, libertad de credo o libertad para poder casarse con quien quieran (los seis primeros en la línea de sucesión tienen que pedir permiso).

"Es comprensible que algunos miembros de la Familia Real, no en línea directa de sucesión, como el príncipe Enrique, haya optado por no participar y seguir una vida privada. Pero ¿qué ocurriría si el príncipe Jorge [ahora segundo en línea de sucesión] piensa que su tío tenía razón, que la pérdida de la libertad es un precio demasiado alto, y que a él también le gustaría huir de la jaula dorada?", plantea. En definitiva, muchas preguntas para una institución con un futuro cada vez más incierto.

Detenido

El responsable del principal movimiento antimonárquico británico ha sido detenido este sábado junto a varios voluntarios al comienzo en la plaza de Trafalgar de Londres, de una protesta contra la inminente coronación de Carlos III. Graham Smith, y otros cinco voluntarios han pasado a disposición policial durante los preparativos de la protesta convocada, entre otros, por la Alianza de Movimientos Europeos Republicanos, cuyos simpatizantes han comenzado a llegar a la plaza con banderas y camisetas amarillas para protestar contra la celebración y la monarquía británica.

"Estaban recogiendo las pancartas y llevándolas cuando la Policía los detuvo", ha hecho saber a The Guardian el director de Republic, Harry Stratton. "Hemos preguntado por qué han sido detenidos pero no nos han dado respuesta. Estamos sorprendidos porque habíamos mantenido varias reuniones con la Policía al respecto".

Ver en plena acción a Graham Smith con micrófono en mano gritando "no es mi rey" en cada uno de los actos que protagoniza Carlos III recuerda en cierta manera a las puestas de escena que en su día representó el euroescéptico Nigel Farage. Liderar una campaña para que el Reino Unido se convierta en república podría parecer una locura, una absurda pérdida de tiempo. Pero el sueño de Farage también sonaba imposible y en el histórico referéndum de 2016 se acabó luego votando por salir de la UE. El Brexit dejó claro que los británicos no son necesariamente contrarios a los grandes cambios constitucionales. Por lo tanto, plantear ahora la posibilidad de que en un futuro se pueda abolir la Monarquía quizá no resulte tan descabellado.

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