Es noticia
Cómo debe prepararse Occidente para las elecciones presidenciales de Turquía
  1. Mundo
EUROPEAN COUNCIL ON FOREIGN RELATIONS

Cómo debe prepararse Occidente para las elecciones presidenciales de Turquía

EEUU y la UE deben abstenerse de intervenir durante el periodo electoral turco, pero es posible que tengan que reaccionar con rapidez en función de los resultados de la votación

Foto: Una mujer camina delante de las fotos del presidente turco Recep Tayyip Erdogan en Estambul. (EFE / Sedat Suna)
Una mujer camina delante de las fotos del presidente turco Recep Tayyip Erdogan en Estambul. (EFE / Sedat Suna)

El 14 de mayo, los ciudadanos turcos decidirán cuál será su próximo presidente. Si las encuestas no fallan, los votantes podrían poner fin a los más de 20 años de reinado de Recep Tayyip Erdogan y su partido conservador-nacionalista AK. Pero, al igual que en otras contiendas, en sociedades igualmente polarizadas, como Israel, Brasil y Estados Unidos, los resultados también podrían sorprender a todos desafiando a las encuestas y dando a Erdogan otro mandato.

En cualquier caso, el 14 de mayo es un día importante en el calendario. Las elecciones presidenciales y parlamentarias turcas se perfilan como una 'coyuntura crítica' en un país que se ha convertido en el centro de la evolución geopolítica de Europa y Oriente Próximo. Turquía se ha transformado en una prueba de resistencia de la democracia frente al autoritarismo electo.

Las circunstancias de las elecciones significan que las acciones y declaraciones que los responsables políticos estadounidenses y europeos realicen en el periodo previo e inmediatamente posterior a las elecciones pueden definir su relación con Turquía durante la próxima década. En algunas circunstancias, puede que necesiten actuar con rapidez, con relativamente poca información; en otras, es necesaria la cautela para preservar los intereses a largo plazo.

Occidente se ha convertido en el centro de las elecciones turcas tras años de antiamericanismo sin oposición que ha impregnado el discurso público. El gobierno ya acusa a la oposición de ser un instrumento de Occidente para debilitar a Turquía, dividirla si pueden y, como mínimo, difundir el matrimonio homosexual para debilitar los valores familiares turcos. Con tanto en juego, algunos gobiernos occidentales podrían querer meterse en la política turca de diversas formas sutiles. Sería un error. Estados Unidos y la mayoría de los Estados miembros de la UE tienen perfiles profundamente problemáticos en Turquía, un país que desconfía de los forasteros y es peligrosamente susceptible a las teorías conspirativas. Cualquier intervención, por sutil o hábil que sea, corre el riesgo de provocar una reacción violenta.

Foto: Pie de foto: Cazas MIG-29 del ejército polaco. (Getty/Omar Marques)

Insistir constantemente antes, durante y después de las elecciones en la necesidad de un proceso libre y justo. El imperativo de no influir en las elecciones no impide pronunciarse desde los gobiernos estadounidense y europeo que los aliados de Turquía esperan ver una votación libre y justa. Estas proclamaciones deberían mantenerse siempre en el plano de los principios, hacer referencia a la propia constitución de Turquía y a décadas de éxito con elecciones multipartidistas, y evitar opinar sobre cuestiones controvertidas específicas que se debaten en Turquía. En caso de que se impugnen las elecciones en los días posteriores al 14 de mayo, Estados Unidos y la Unión Europea deberían reiterar simple y sistemáticamente la necesidad de un proceso ordenado y deplorar cualquier violencia, pero no intervenir.

Si gana la oposición, actúa con rapidez para reconocerlo en cuanto el Consejo Supremo Electoral turco declare los resultados. El Consejo Electoral Supremo de Turquía anunciará los "resultados provisionales" a medianoche del 14 de mayo y los definitivos el 19 de mayo. Si la oposición gana con una cómoda ventaja, no hay mucho riesgo de impugnación. Pero si los resultados son estrechos, existe el riesgo de que el gobierno de Erdogan repita lo que intentó en las elecciones locales de 2019 y tome medidas para anular los resultados o pedir un recuento. Por tanto, si los resultados muestran una ventaja para la oposición, Estados Unidos y la UE deberían actuar con rapidez para reconocer la victoria de la oposición y emprender una diplomacia de nivel presidencial.

* Si no ves correctamente este formulario, haz click aquí

Guardar silencio si hay una segunda vuelta. Con toda probabilidad, ninguno de los candidatos obtendrá el 51% necesario para ser elegido presidente en la primera vuelta, por lo que será necesaria una segunda vuelta dos semanas después. Los candidatos se lanzarán cualquier cosa que encuentren y este periodo tiene el potencial de ser volátil, como ocurrió en el verano de 2015, cuando Erdogan perdió la mayoría para formar gobierno. Es especialmente importante que Europa y Estados Unidos se abstengan de intervenir a alto nivel, sigan expresando su apoyo al proceso democrático y eviten cualquier posible provocación en Irak o Siria que pudiera utilizarse para alimentar la versión de que el bloque de la oposición cuenta con el apoyo de potencias externas para dividir a Turquía.

Empujar a los europeos a repensar Turquía. Un gobierno formado por la actual oposición tendrá múltiples retos diplomáticos y económicos, y tanto la coalición de la oposición (la llamada "Mesa de los 6" partidos de la oposición que se han unido para estas elecciones) como los socios occidentales de Turquía parecen no estar preparados para un mundo post-Erdogan. La restauración de los lazos rotos de Turquía con sus socios occidentales tendría que empezar en Europa, en forma de resucitar las moribundas conversaciones de adhesión de la nación con la UE. Tanto Estados Unidos como los Estados miembros de la UE deberían animar a los nuevos líderes de Turquía a ir a Bruselas rápidamente para poner en marcha el proceso de la UE. Bruselas debería preparar un paquete sustancial para los nuevos dirigentes de Ankara, que debería incluir la apertura de al menos uno de los capítulos congelados en el proceso de adhesión, el inicio de la tan necesaria modernización del acuerdo de libre comercio Turquía-UE y la reanudación de las conversaciones para la exención de visados para los ciudadanos turcos en el espacio Schengen. Lo importante es el proceso, no el resultado. A cambio, los nuevos dirigentes turcos podrían asegurar a sus homólogos europeos que están dispuestos a cumplir el acuerdo turco-UE de 2016 sobre migración y que no tienen planes de devolver por la fuerza a Siria a los refugiados en Turquía.

Foto: Mujeres caminan con bolsas de la compra frente a edificios derrumbados en Turquía. (EFE/Erdem Sahin)

Enviar señales positivas sobre las relaciones entre Estados Unidos y Turquía. En caso de que gane la oposición, el gobierno estadounidense debería señalar públicamente su voluntad de debatir y resolver algunas de las cuestiones pendientes que tiene con Turquía, como la venta y modernización de los F-16 a Turquía, la divergencia turco-estadounidense respecto a los kurdos en Siria, la posesión turca de un sistema antiaéreo ruso S-400 y la posibilidad de que Estados Unidos y la UE apoyen económicamente el sistema financiero turco.

Una victoria de la oposición provocaría un repunte de los mercados y atraería a los inversores internacionales, pero con el tiempo Turquía se enfrentará a vientos en contra económicos. El apoyo de Washington desde el principio indicaría al público turco y a los inversores internacionales que Occidente respalda los resultados y que el nuevo gobierno tendrá una nueva capacidad para abordar los problemas de Turquía. También facilitaría las negociaciones con el próximo gobierno turco sobre las cuestiones más difíciles, como las ventas de defensa y Siria.

Foto: Un hombre se encuentra en medio de una calle junto a un edificio derrumbado tras un fuerte terremoto, en la ciudad de Hatay, Turquía. (EFE / Martin Divisek)

Llevar a cabo una normalización gradual si el Consejo Supremo Electoral declara ganador al AKP. Las elecciones se celebran bajo un sistema de control multipartidista en Turquía y los resultados normalmente han tenido legitimidad a los ojos de los votantes. Si el AKP se impone en la primera o segunda vuelta de las elecciones presidenciales, Washington debería poner en marcha un plan de normalización gradual con el gobierno de Erdogan, con el que las relaciones han sido turbulentas durante demasiado tiempo. En caso de que se impugnen las elecciones y los votantes de la oposición consideren que ha habido fraude, Estados Unidos y los Estados de la UE deberían ir más despacio en el reconocimiento y esperar a que finalicen los resultados. Pero, en última instancia, tendrían que empezar a colaborar con el gobierno de Erdogan para abordar algunas de las cuestiones más espinosas de las relaciones bilaterales. Deberían pensar en formas de comprometerse con la solicitud de adhesión a la OTAN de Suecia y considerar la posibilidad de aceptar la oferta de Turquía de comprar equipos de modernización para su flota de F-16.

En general, aunque hemos insistido en la importancia de la humildad y de una inactividad ocasionalmente magistral, el papel de Estados Unidos y la UE es importante en las elecciones turcas. Si juegan bien sus cartas, Occidente puede servir de apoyo a la estabilidad turca y, en caso de que gane la oposición, puede ayudar a garantizar un traspaso de poder ordenado. Pero para ello será necesario reconocer los límites y las trampas del poder occidental y saber cuándo hablar y cuándo callar.

*Análisis publicado originalmente en inglés en el European Council on Foreign Relations por Aslı Aydıntaşbaş y Jeremy Shapiro, titulado 'How the West should prepare for the Turkish elections'

El 14 de mayo, los ciudadanos turcos decidirán cuál será su próximo presidente. Si las encuestas no fallan, los votantes podrían poner fin a los más de 20 años de reinado de Recep Tayyip Erdogan y su partido conservador-nacionalista AK. Pero, al igual que en otras contiendas, en sociedades igualmente polarizadas, como Israel, Brasil y Estados Unidos, los resultados también podrían sorprender a todos desafiando a las encuestas y dando a Erdogan otro mandato.

Estambul Estados Unidos (EEUU) Unión Europea
El redactor recomienda