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En el nombre del Papa: Polonia rescata a Juan Pablo II para ganar la última batalla ideológica
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Objetivo: ganar las elecciones

En el nombre del Papa: Polonia rescata a Juan Pablo II para ganar la última batalla ideológica

Este otoño, se celebran los comicios en Varsovia. El Ejecutivo sabe que el apoyo a Ucrania no será determinante y que, con la inflación por los aires, la defensa de Wojtyla será crucial en el recuento

Foto: Vista general de la Catedral de San Juan Bautista durante la celebración de la misa crismal. (EFE/Pawel Supernak)
Vista general de la Catedral de San Juan Bautista durante la celebración de la misa crismal. (EFE/Pawel Supernak)
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El papa Juan Pablo II es una de esas figuras que sigue siendo mayoritariamente respetada entre la sociedad polaca marcadamente católica. Pero hay una clara diferencia en la forma en la que se ve a través de las diferentes generaciones. Los que crecieron en Polonia bajo gobiernos comunistas, no dudan en seguir enalteciendo su legado, vieron en él ese líder ansiado en una época donde la religión quedaba relegada a un segundo plano. Las nuevas generaciones hace tiempo que han dejado de idolatrarlo a ese nivel. Su escepticismo hacia Karol Wojtyla (Juan Pablo II) ha crecido a raíz de algunos asuntos que han salpicado su legado con más sombras que luces.

Dos trabajos periodísticos publicados este mes de abril —un libro y un documental— revelan que, cuando Wojtyla era arzobispo en su ciudad natal de Cracovia, encubrió casos de pederastia por parte de sacerdotes y que, además, les permitió seguir ejerciendo en la iglesia. Ambas investigaciones apuntan a que todo ocurrió unos años antes de llegar al Vaticano como soberano.

Foto: Carros de combate Leopard 2PL. (Warszawska Brygada Pancerna)

El asunto ha incendiado y monopolizado la agenda política polaca, tanto que en los propios medios polacos no se ha hablado de otro tema en las últimas semanas. Pero, quien ha querido tomar las riendas de esta polémica ha sido el actual Gobierno ultraconservador del PiS (Ley y Justicia). De sobra es sabida su estrecha relación con la Iglesia, institución con un enorme poder e influencia en la toma de decisiones de este equipo de gobierno.

Las acusaciones que se han vertido contra el Papa las han transformado en una defensa a ultranza del legado del que fue el primer jefe del vaticano polaco. En el parlamento (Sejm), presentaron una resolución con el objetivo de "defender el buen nombre de Juan Pablo" tras lo que han calificado de "campaña de desprestigio", con relación al documental que emitió la cadena privada más grande de Polonia TVN.

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Pero la cosa no ha quedado ahí. El Ejecutivo polaco también ha proyectado imágenes suyas en algunos de los edificios públicos más importantes de Varsovia, como el palacio presidencial. A la gigantesca fotografía del Papa le acompañaba una frase: "No tengáis miedo, abrid las puertas a Cristo".

El debate además ha coincidido con el mes en el que se conmemora el aniversario de su muertefalleció el 2 de abril de 2005—. Estas marchas, que se organizan habitualmente en recuerdo de su memoria, este año estuvieron todavía más politizadas. En la de Varsovia se dejaron ver figuras importantes del Gobierno como algunos ministros.

El Papa, a capa y espada

Si algo ha querido dejar claro el PiS es que el Papa, presentado como héroe nacional contra el comunismo, no se toca. Los valores católicos y conservadores son la base de este partido y con las próximas elecciones llamando a la puerta —se celebran este otoño—, sabe que esta es una carta electoral que tiene que jugar. Así lo ve Marta Lempart, abogada y fundadora del movimiento Strajku Kobiet (Huelga de Mujeres), el más importante en defensa de los derechos de la mujer del país. Conoce bien las estrategias del Gobierno, pues lleva años desafiándolo en la calle y en los tribunales por sus denuncias al derecho al aborto, entre otros. "Claro, quieren usar esto para ganar las elecciones. Lo que hacen con este enorme despliegue dedicado al Papa es movilizar al núcleo más duro de su electorado. Para mí, te diría que es un poco arriesgado, no sé si le funcionará tanto esta vez. Hay mucha gente desconectada de la religión", explica.

Incluso hay voces discordantes dentro de la Iglesia polaca que no aprueban el uso que hace el PiS de la figura del Papa. Uno de ellos es Isak Kowicz, uno de los sacerdotes de Polonia más conocidos por su lucha contra la pedofilia en la Iglesia. "Los políticos, sin importar de qué grupo sean, no deben usar la persona de Juan Pablo II y su herencia para la lucha política", tuiteaba días después de que el Gobierno polaco pusiera los mensajes. Lo cierto es que esta táctica no sorprende a la mayoría de los polacos, así lo demostró una reciente encuesta del periódico polaco Wiadomosci Gazeta en el que la mayoría de los participantes reconocieron que la figura del Papa se usa mayoritariamente con fines electorales.

Foto: Soldados ucranianos pasan junto a un monumento de un MiG en ruta hacia Bajmut. (Reuters/Jorge Silva)

El PiS ha logrado, como explicaba Ewa Marciniak —profesora de Ciencia Política en la Universidad de Varsovia— en una entrevista en The New York Times, "desviar la atención de otros problemas como la inflación", que sí puede perjudicarle de cara a su sondeo electoral.

La frágil influencia de la invasión rusa

Lempart vaticina una "campaña electoral brutal" y ahora mismo no ve un claro vencedor. "Diría que la situación es de un 50-50, aunque las encuestas cambian todos los meses. Si los partidos más a la izquierda no son capaces de unirse, entonces será más fácil para el PiS revalidar su victoria". De lo que no hay duda es que la invasión rusa estará presente en estos comicios, aunque no será un elemento determinante en los resultados.

Pese a que la guerra en Ucrania ha provocado que Polonia adquiera voz propia dentro del escenario internacional, en este país apenas ha habido debate en torno a los grandes debates del conflicto como el apoyo militar o la acogida de refugiados ucranianos, tanto Gobierno como oposición han mostrado una posición favorable. Aun así, será previsible que el Gobierno busque sacar pecho de sus políticas y encuentros con políticos de la talla de Biden o Zelenski para marcarse ese tanto.

El papa Juan Pablo II es una de esas figuras que sigue siendo mayoritariamente respetada entre la sociedad polaca marcadamente católica. Pero hay una clara diferencia en la forma en la que se ve a través de las diferentes generaciones. Los que crecieron en Polonia bajo gobiernos comunistas, no dudan en seguir enalteciendo su legado, vieron en él ese líder ansiado en una época donde la religión quedaba relegada a un segundo plano. Las nuevas generaciones hace tiempo que han dejado de idolatrarlo a ese nivel. Su escepticismo hacia Karol Wojtyla (Juan Pablo II) ha crecido a raíz de algunos asuntos que han salpicado su legado con más sombras que luces.

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