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Un millonario, una 'woke', una radical: ¿quién será el nuevo inquilino de Downing Street?
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A un paso de la gran final 'tory'

Un millonario, una 'woke', una radical: ¿quién será el nuevo inquilino de Downing Street?

Son el exministro de Finanzas Sunak, favorito entre las filas 'tories'; la exsecretaria de Comercio Mordaunt, la más popular entre las bases, y la titular de Exteriores, Truss, que tiene el apoyo del núcleo duro

Foto: De esta foto, solo quedan Rishi Sunak, Liz Truss y Penny Mordaunt en la carrera. (EFE/Jonathan Hordle)
De esta foto, solo quedan Rishi Sunak, Liz Truss y Penny Mordaunt en la carrera. (EFE/Jonathan Hordle)

Es sorprendente la capacidad de olvido que tiene el ser humano. Hace tan solo doce días que Boris Johnson presentó su dimisión y parece que ha pasado toda una era. El Partido Conservador no tiene tiempo de mirar atrás. A rey muerto, rey puesto. Para el próximo 5 de septiembre, Downing Street debe alojar ya otro inquilino.

Tras la penúltima criba de este martes en las primarias más sucias que se recuerdan, los candidatos que quedan en la carrera por el liderazgo son los siguientes: Rishi Sunak, adinerado exministro del Tesoro cuya multimillonaria esposa india no es residente fiscal en Reino Unido; Penny Mordaunt, la desconocida secretaria de Comercio a la que sus críticos acusan de ser demasiado 'woke'; y Liz Truss, titular de Exteriores que, aunque en su día votó por la permanencia en la UE, ahora se ha reconvertido en la 'brexiteer' más radical a fin de tener el apoyo del núcleo duro de los 'tories'.

Foto: Boris Johnson, desde Downing Street. (Reuters/Henry Nicholls)

El debate televisado previsto para el martes por la noche se ha tenido que suspender a fin de no dañar —aún más— la imagen de la formación, con los continuos ataques personales que se están lanzando los aspirantes.

Será el miércoles por la tarde cuando queden los dos finalistas que se presenten a las bases y nadie se atreve a dar nada por hecho. Tras liderar todas las votaciones eliminatorias realizadas entre las filas 'tories', el ex 'Chancellor' Rishi Sunak —que este martes conseguía 118 votos— tiene prácticamente garantizado su pase a la final. Pero eso no le asegura las llaves del Número 10, ya que es Mordaunt —que consiguió 92 votos— la más popular entre los 200.000 afiliados que tendrán la última palabra en la votación de septiembre.

El problema es que la que fuera reservista de la Royal Navy podría quedar eliminada en el último momento. La responsable de la diplomacia británica, Liz Truss —que se llevó 86 votos— ha ido recortando distancia en los últimos días y, teniendo en cuenta que en esta fase entran en juego todo tipo de estrategias, podría conseguir quedar como segunda y pasar a la ronda definitiva.

El núcleo duro apuesta por Truss, hija de unos laboristas convencidos que se quedaron desorientados cuando su pequeña les dijo que quería ser la nueva Margaret Thatcher. Los 'brexiteers' consideran que Mordaunt —que sí votó por el Brexit— es demasiado moderada y no le perdonan que en el debate parlamentario de la nueva legislación sobre bajas de maternidad hablara de “personas” en lugar de utilizar el término “madre” o “mujer”. Esto le ha valido la etiqueta de 'woke' por sus adversarios, que la ven demasiado progresista para los estándares conservadores británicos.

Guerras culturales

Con una diferencia en la última criba de apenas seis votos entre Mordaunt y Truss, todo va a depender de cómo se distribuyan los 59 votos recibidos este martes por Kemi Badenoch. La secretaria de Estado de Igualdad ha sido la última eliminada, pero no son pocos los que la ven ya como la nueva ministra de Interior en el próximo gobierno británico.

placeholder  Kemi Badenoch, excandidata para liderar a los 'tories'. (EFE/Jonathan Hordle)
Kemi Badenoch, excandidata para liderar a los 'tories'. (EFE/Jonathan Hordle)

De origen nigeriano, Badenoch se unió al Partido Conservador a la edad de 25 años y consiguió su escaño en 2017. Durante sus intervenciones enfureció a muchos en la izquierda y ganó admiradores en la derecha cuando cuestionó la idea de que existe un racismo institucional generalizado en el Reino Unido. A menudo catalogada como una 'culture warrior' —guerrera cultural, una etiqueta que ella disputa—, su campaña pegó letreros escritos a mano que decían “hombres” y “mujeres” en las puertas de los baños de género neutro.

Cabría también la posibilidad —sin precedentes, pero no imposible— de que este miércoles todos los candidatos empataran con 119 votos cada uno. Y nadie sabe a ciencia cierta cómo se resolvería la situación.

Foto: Boris Johnson visita el instituto Francis Crick en Londres. (Reuters)

Pero hablemos de Mordaunt, que gane o no, se está convirtiendo en la verdadera protagonista de estas primarias. Es la única candidata cuya experiencia política formativa fue la guerra. Supo que era conservadora en el contexto de la guerra de las Malvinas en 1982, tan pronto como vio a las tropas mandadas por Thatcher zarpar del puerto de su Portsmouth natal.

Los barcos, los uniformes, las banderas. Mordaunt vio la pompa y las armas y sus pensamientos se dirigieron a Westminster. El patriotismo es la clave de su campaña, donde también hay un liberalismo social que recuerda al de David Cameron, con un discurso pro-inmigración y pro-LGBT. Su objetivo es que el Partido Conservador vuelva a lo básico y encarne una nueva y tierna síntesis de 'One Nation'.

El problema es que sus colegas aseguran que no tienen idea de lo que cree o piensa. Y solo el 11% del público y el 16% de los votantes conservadores aciertan a decir su nombre cuando se les muestra una foto. Pero las bases 'tories' —a pesar de que su mayoría son mayores de 65 años, están en contra de la inmigración y están desconcertados por el cambio social— parecen encantados con esta candidata joven, favorable a la inmigración y que da la bienvenida al cambio social. Así es la política.

En caso de que llegue a la final, tiene muchas papeletas para convertirse en la próxima (y más desconocida) primera ministra. Porque aparte del apoyo de las bases, la camarilla de Boris Johnson hará todo lo posible para que no gane Rishi Sunak. Le tienen animadversión a nivel personal, ya que consideran que fue realmente su dimisión la que acabó forzando la renuncia de la ambición rubia.

Es sorprendente la capacidad de olvido que tiene el ser humano. Hace tan solo doce días que Boris Johnson presentó su dimisión y parece que ha pasado toda una era. El Partido Conservador no tiene tiempo de mirar atrás. A rey muerto, rey puesto. Para el próximo 5 de septiembre, Downing Street debe alojar ya otro inquilino.

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