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Cómo encaja China (y sus ambiciones políticas) en el cambio climático
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Análisis de GZERO Media

Cómo encaja China (y sus ambiciones políticas) en el cambio climático

Xi ha prometido que China llegará a 'cero neto' para 2060

Foto: Una tormeta de arena, empeorada por la contaminación del aire, en Pekín. (EFE)
Una tormeta de arena, empeorada por la contaminación del aire, en Pekín. (EFE)

¿Queremos hacer frente al cambio climático? Hay entonces que hablar con China, que es actualmente responsable de más de una cuarta parte de las emisiones mundiales de dióxido de carbono. Sin duda, Pekín responderá: el clima es una gran prioridad para el presidente Xi Jinping.

Xi ha prometido que China llegará a 'cero neto', lo que significa que sus emisiones de carbono se compensarán con cantidades iguales de captura de carbono, ya sea natural o de manera tecnológica, para 2060. ¿Es conseguirlo una década más tarde que la mayoría de los 10 países más contaminantes suficientemente rápido para el resto del mundo? Lo es para los chinos, que quieren ayudar pero tienen sus propias ideas sobre cómo.

Foto: Conferencia del Cambio Climático de la ONU (COP25) en Madrid. (Reuters)

La 'chimenea' del mundo. La quema de combustibles fósiles como si no hubiera un mañana ha sido esencial para que la economía de China, ahora la segunda mayor del mundo, haya crecido cerca de un 10% anualmente durante la mayoría de los últimos 30 años. La otra cara de este crecimiento es una contaminación en cantidades masivas, que continúa hoy y es la principal razón por la que China no está camino de cumplir con sus objetivos de reducción de emisiones del Acuerdo Climátiico de París de 2015.

Cuando las emisiones de carbono de las plantas de carbón y fábricas se quedan atrapadas en la atmósfera contribuyen al calentamiento global que conducen a monzones más recios en Bangladés, sequías más largas en el África subsahariana y ciclones más frecuentes en el Golfo de México.

La propia China sufre el cambio climático

No es que a China le den igual los problemas que causa a otros países. Pero lo justo es, argumentan los chinos, que tengan la misma oportunidad de hacer crecer su economía gracias a los combustibles fósiles que tuvieron los países occidentales industrializados cuando comenzaron a contaminar el planeta mucho antes que China.

El clima es un gran problema dentro de China. Las tierras que alguna vez fueron arables en el interior ahora son estériles, Pekín ha experimentado durante mucho tiempo una mala calidad del aire y tormentas de arena cada vez más frecuentes, y el aumento del nivel del mar amenaza a las principales ciudades costeras como Hong Kong y Shanghai. No importa qué tan rápido los chinos quieran enriquecerse, ya no están dispuestos a hacerlo a expensas de su medio ambiente.

placeholder Una tormenta de arena en Pekín (EFE)
Una tormenta de arena en Pekín (EFE)

Entonces, ¿qué está haciendo China al respecto? En primer lugar, China está adoptando las energías renovables a una escala a la que los defensores del 'Green New Deal' en Estados Unidos se resistirían. En 2020, China representó más de la mitad de la capacidad eléctrica total del mundo de energías renovables. En segundo lugar, los chinos están apostando a que las plantas nucleares modernas se convertirán en una alternativa más segura y limpia (más o menos) en la combinación energética alternativa del país.

Sin embargo, paralelamente China no solo no ha abandonado el uso del carbón, sino que está multiplicando la construcción de nuevas plantas procesadoras de carbón. Pese a todo, Xi tiene un as en la manga: la tecnología de captura y almacenamiento de carbono, que atrapa las emisiones antes de que se liberen al aire y las mantiene almacenadas bajo tierra.

Foto: Imagen de archivo de una protesta contra el cambio climática en Washington. (Efe: Jim Lo Scalzo)

Si la industria pesada lo adopta ampliamente, se estima que la captura de carbono podría reducir las emisiones de China en al menos un 15% en 2060. Además, las emisiones podrían reducirse en un 20% adicional si el carbono almacenado se transforma en hidrógeno limpio, con el que Pekín espera poder alimentar nueve de cada diez vehículos, incluidos los aviones, y así cumplir su objetivo 'cero neto'.

Rédito económico

Pekín está también haciendo una apuesta global por la tecnología verde. La llamada "fábrica del mundo" se está reinventando para sacar provecho económico del clima. China, que busca respuesta a sus problemas cada vez más en soluciones tecnológicas, ya ha acaparado el mercado global de paneles solares, turbinas eólicas y vehículos eléctricos asequibles. El próximo paso es hacer que la captura de carbono y el hidrógeno limpio sean accesibles y baratos para el resto del mundo.

Dominar el mercado global de la tecnología verde es un 'win-win' para Pekín: las empresas chinas se beneficiarán tremendamente, y la propia China se atribuirá el mérito de hacer más de lo que le corresponde para salvar el planeta.

Pero los chinos no quieren hacerlo todo solos. Un importante punto de fricción en las actuales negociaciones climáticas entre Estados Unidos y China es que Pekín exige que Estados Unidos y sus aliados aporten más fondos para que los países en desarrollo se deshagan de los combustibles fósiles. Los chinos se quejan de que las naciones ricas que exigen objetivos 'netos cero' para todos acaparan la mayor parte del presupuesto disponible para ayudar a todos a ser ecológicos.

China quiere abrir las compuertas de la financiación climática para aumentar la demanda global de tecnología verde china. ¿Las empresas tecnológicas estadounidenses intensificarán su juego para competir con ellas? El planeta seguramente se beneficiará de eso.

¿Queremos hacer frente al cambio climático? Hay entonces que hablar con China, que es actualmente responsable de más de una cuarta parte de las emisiones mundiales de dióxido de carbono. Sin duda, Pekín responderá: el clima es una gran prioridad para el presidente Xi Jinping.

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