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No más engaños: cómo el acuerdo nuclear es visto desde Teherán
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No más engaños: cómo el acuerdo nuclear es visto desde Teherán

Si bien todavía existe la posibilidad de que se reviva el acuerdo nuclear, cada vez es más evidente para Teherán que el proceso será una maratón, y no un sprint

Foto: Una mujer camina frente a un mural de la bandera nacional iraní en Teherán, la capital del país. (Foto: EFE)
Una mujer camina frente a un mural de la bandera nacional iraní en Teherán, la capital del país. (Foto: EFE)

En Teherán, las esperanzas iniciales sobre lo que la administración Biden podría ofrecer a Irán —especialmente en términos de revivir la economía del país— se están desvaneciendo. Los líderes iraníes reconocen que, aunque el nuevo presidente de la Casa Blanca dice que quiere reincorporarse al acuerdo nuclear de 2015, se han producido pocos cambios tangibles respecto a la campaña de máxima presión de la era Trump contra Irán. Si bien todavía existe la posibilidad de que se reviva el acuerdo, cada vez es más evidente para Teherán que el proceso será una maratón, y no un sprint.

A menudo es difícil encontrar un consenso entre los líderes iraníes sobre los posibles beneficios de la diplomacia con Occidente, pero hay un punto en el que están de acuerdo: Teherán debe poner fin a su “paciencia estratégica” en la implementación del acuerdo nuclear. La retórica de puertas hacia adentro varía entre los diferentes actores en la cúpula de poder iraní, que difieren en el alcance y el método de respuesta. Sin embargo, las élites políticas ahora están de acuerdo en que Irán no debe permitir que Estados Unidos vuelva a "engañarlo", y que Teherán no debe dar ni un paso atrás en la aceleración su programa nuclear hasta que Washington se comprometa a aliviar las sanciones a cambio.

El estado de ánimo en Teherán

Desde las elecciones presidenciales estadounidenses de noviembre de 2020, Teherán ha dejado la puerta abierta a la posibilidad de que Estados Unidos regrese a sus compromisos bajo el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA). Y ha ofrecido varias vías para lograrlo. El ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Javad Zarif, sugirió que la Unión Europea, como coordinadora de la Comisión Conjunta en virtud del acuerdo, podría organizar un regreso a la normalidad. Esto indica un alejamiento de la postura original de Teherán de que Washington debía levantar todas las sanciones antes de que Irán revirtiera cualquier elemento de su programa nuclear. Por ahora, la respuesta del lado estadounidense parece menos flexible, ya que los funcionarios de la administración Biden continúan insistiendo en que Irán debe volver a cumplir plenamente con el acuerdo antes de recibir cualquier tipo de alivio económico.

Foto: Foto: EC.

La semana pasada, las autoridades iraníes anunciaron que, a partir del 23 de febrero, aplicarían una ley que exigiría al Gobierno reducir aún más el cumplimiento del JCPOA. Esto implicaría, principalmente, la suspensión de la implementación voluntaria de algunas inspecciones internacionales. Después de este anuncio, Estados Unidos realizó una serie de gestos simbólicos para suavizar su actitud hacia Teherán. Por ejemplo, el presidente Joe Biden declaró que Estados Unidos está "preparado para volver a entablar negociaciones" con las partes del JCPOA. El Kayhan Daily, un periódico afiliado al gobierno y cercano a su ala más dura, atribuyeron los gestos estadounidenses al ultimátum de Irán.

En lugar de preocuparse por sus rivales nacionales, la cúpula de toma de decisiones iraní está actualmente más preocupada por cómo las divisiones dentro del equipo de Biden están ralentizando el posible retorno al JCPOA por parte de EE. UU. Incluso la administración del presidente Hasán Rohaní se ha vuelto más cautelosa respecto a la voluntad de Biden de volver al acuerdo nuclear original, por temor a que la reciente oferta de diálogo por parte de Washington esté diseñada para obligar a Irán a aceptar un conjunto de condiciones más amplio. Es cierto que la última decisión de Irán de reducir las inspecciones de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) fue impulsada por un Parlamento controlado por los llamados "Principlistas", un grupo políico que incluye aproximadamente el mismo número de halcones y de radicales. Pero, incluso si el Legislativo no tuviera tal composición, el Gobierno de Rohaní también habría sentido que no tenía más remedio que enviar una fuerte señal contra la indecisión de Estados Unidos sobre cómo y cuándo regresar al JCPOA.

Hasta ahora, Irán ha estado esperando movimientos de la administración Biden que indiquen que se toma en serio volver a unirse al acuerdo. Las medidas que Estados Unidos ha tomado en los últimos días, como aliviar las restricciones de viaje a los diplomáticos iraníes en Nueva York y rescindir el intento fallido de la administración Trump de revocar las sanciones de la ONU, son consideradas como más simbólicas que sustantivas por Teherán. En los últimos días, según los informes, la república islámica ha avanzado en sus conversaciones con países asiáticos para obtener acceso a sus cuentas congeladas en el extranjero. Si estas negociaciones salen adelante, eso podría sugerir que la administración Biden está mostrando cierta flexibilidad, e Irán podría a su vez considerar esta flexibilidad como un motivo razonable para iniciar un diálogo técnico sobre cómo volver a implementar el acuerdo nuclear.

Foto: El presidente de Irán, Hasan Rohaní. (EFE)

Diplomacia y política interior

Incluso si Irán establece fechas límite para su cumplimiento del JCPOA, existe una cuenta atrás en su política interna, con una elección presidencial programada para junio.

Los Principlistas esperan una victoria fácil en la contienda, ya que cuentan con la misma participación electoral relativamente baja que se observó en las elecciones parlamentarias de 2020. Desilusionados con la inutilidad de elegir la mejor opción mala, el iraní promedio necesita un fuerte incentivo para presentarse ente el colegio electoral. Pero el optimismo de los halcones puede ser prematuro. En 2013 estaban tan seguros de que ganarían como lo están ahora, sin embargo, menos de dos meses antes de esas elecciones, la marea cambió.

Los iraníes a menudo no deciden por quién votar hasta el último momento. En una encuesta nacional no revelada realizada por ISPA en diciembre de 2020, más del 38 por ciento de los encuestados dijeron que podrían plantearse acudir a las urnas "si las condiciones económicas mejoran". Como tal, existe cierta preocupación entre los halcones de que un rápido regreso de Estados Unidos al JCPOA y el alivio de las sanciones mejoren las posibilidades de los candidatos moderados afiliados a Rohaní. Esta es la razón por la que algunos comentaristas especulan que los Principlistas sienten que es necesario obstruir los esfuerzos del presidente por conseguir que EEUU alivie las sanciones antes de las elecciones.

En teoría, este es un planteamiento maquiavélico sólido. Sin embargo, no se corresponde necesariamente con la dinámica actual de Irán. La mayoría de las élites iraníes de todo el espectro político quieren reducir la presión sobre la economía y reconocen que las sanciones estadounidenses juegan un importante papel en ello. En su opinión, es mejor que suceda hoy que mañana, como se destaca en una serie de entrevistas recientes publicadas en el sitio web del líder supremo, Ali Jamenei.

Existe un consenso general en Irán de que el país debería estabilizar el pacto nuclear con la administración Biden.

Los medios de comunicación afiliados al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC) no están animando a Yavad Zarif y su equipo, pero tampoco lo están criticando. El editor en jefe de Javan, el diario insignia del IRGC, incluso ha llegado a calificar el reciente acuerdo técnico de Rohaní con el OIEA como una medida "inteligente". El Kayhan Daily también ha apoyado con cautela el acuerdo. Actualmente, tan solo una minoría radical en el sistema político iraní está en contra de la reactivación del JCPOA. Saeed Jalili, el ex jefe negociador nuclear iraní (y un posible contendiente en las próximas elecciones), representa a esta minoría.

En términos generales, los rivales de Rohaní prefieren no apostar demasiado contra el JCPOA. Por un lado, no quieren que la culpa de los problemas económicos de Irán recaiga sobre ellos. Por otro lado, creen que la desaprobación pública del presidente y de sus aliados es tan intensa que incluso el resurgimiento del JCPOA no la revertirá y, como tal, puede que tenga poco sentido hacer campaña contra el acuerdo. Finalmente, tienen otras herramientas a su disposición para debilitar a la coalición pro-Rohaní, que es extremadamente frágil, antes de las elecciones. Una de ellas es la manipulación parlamentaria del proyecto de ley presupuestaria del Gobierno para el próximo año, que, de implementarse, aumentaría el tipo de cambio del dólar y, en consecuencia, el precio de los productos básicos en los meses previos a las elecciones. Esto podría hacer que los votantes se resientan aún más con el bando presidencial.

Foto: Mural anti-EEUU en Teherán, Irán. (EFE)

El ciclo electoral de Irán podría tener cierta influencia en las relaciones entre Teherán y el resto de firmantes del acuerdo, pero es poco probable que sea el factor más significativo para el éxito o el fracaso de la diplomacia en el JCPOA. Ahora existe un consenso general en Irán de que el país debería estabilizar el pacto nuclear con la administración Biden, reiniciando así la economía a través de los beneficios otorgados en virtud del acuerdo. Un tema más urgente para los líderes de Irán es si Estados Unidos está dispuesto a volver al acuerdo sin buscar cambiar sus términos.

Es muy poco probable que Estados Unidos y Europa puedan llegar a un acuerdo más amplio con Irán a menos que Washington vuelva al JCPOA. Cuanto más tiempo se demore EEUU en unirse al pacto, mayor será el apoyo en Teherán para acelerar el programa nuclear iraní. En las próximas semanas, los esfuerzos europeos y estadounidenses deberían centrarse en un rápido regreso al JCPOA en lugar de esperar la improbable perspectiva de una nueva fórmula para lidiar el programa nuclear de Irán.

*Análisis publicado en el European Council on Foreign Relations por Ali Reza Eshraghi y titulado 'Fool me once: How Tehran views the Iran nuclear deal'

En Teherán, las esperanzas iniciales sobre lo que la administración Biden podría ofrecer a Irán —especialmente en términos de revivir la economía del país— se están desvaneciendo. Los líderes iraníes reconocen que, aunque el nuevo presidente de la Casa Blanca dice que quiere reincorporarse al acuerdo nuclear de 2015, se han producido pocos cambios tangibles respecto a la campaña de máxima presión de la era Trump contra Irán. Si bien todavía existe la posibilidad de que se reviva el acuerdo, cada vez es más evidente para Teherán que el proceso será una maratón, y no un sprint.

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