Las protestas en EEUU multiplicarán el coronavirus: ¿Lo usará Trump como excusa?
Las protestas en todo el país por la muerte de Floyd y contra el racismo de la policía estadounidense podrían facilitar un rebrote del virus. Pero Trump no parece acordarse de la pandemia
El 28 de septiembre de 1918, dos días después del inicio de la ofensiva final de Meuse-Argonne que terminaría por decantar la Primera Guerra Mundial para los aliados, las autoridades de Filadelfia en Estados Unidos organizaron un gran desfile militar para recaudar fondos y aumentar la moral de la población. Las crónicas de la época recuerdan un día feliz y festivo que congregó a más de 200.000 personas. Sin embargo, la satisfacción patriótica pronto se convirtió en pesadilla sanitaria.
[El detonante de las protestas: los George Floyd del último lustro]
Dos días después, el director de salud pública de la ciudad reconocía que la epidemia de la Gripe Española "estaba presente en la población civil". A las 72 horas del desfile, todas las camas de los 31 hospitales de Filadelfia estaban completas. Un par de semanas más tarde habían muerto más de 4.500 personas, dando inicio a un confinamiento que se recordaría cien años después por la pandemia del coronavirus.
En un reciente artículo del 'New York Times', el médico e historiador experto en pandemias Howard Markel comparaba este desfile con las protestas que han surgido en EEUU en la última semana para explicar por qué podríamos estar ante un nuevo rebrote de coronavirus. En más de 75 ciudades del país han surgido manifestaciones en contra del racismo sistemático policial tras la muerte de George Floyd, un hombre negro que murió asfixiado hace una semana ante la presión con la rodilla de un agente de Minneapolis.
“Sí, las protestas son al aire libre, pero todo el mundo está muy cerca y en esos casos estar fuera no te protege tanto”, le dijo el doctor Markel al NYT. “Las aglomeraciones públicas son aglomeraciones públicas. No importa si estás manifestándote o celebrando algo. Esa es la razón por la cual no tenemos grandes partidos de beisbol y puede que no tengamos fútbol este otoño”. Por si fuera poco, estas protestas han coincidido con la reapertura de los estados después de varias semanas de confinamiento.
No grites y aléjate del gas lacrimógeno
La explicación de los expertos que asumen un rebrote a causa de las manifestaciones es sencilla: los cánticos y los gritos facilitan el contagio del covid, que tiene más posibilidades de expandirse en multitudes, pues unos pocos infectados pueden contagiar a cientos de personas a su alrededor. Además, el lanzamiento de gas lacrímogeno y de spray de pimienta por parte de la policía para dispersar a las multitudes podría, paradójicamente, infectar más rápido el virus: el picor de los ojos, las secreciones lacrimales, las toses y los estornudos facilitan el contagio. Por otro lado, las cargas policiales y el intento de trasladar a grandes grupos de personas puede llevar a la desorientación y al apelotonamiento de la gente.
“No creo que existan dudas de si va a haber un aumento de casos en 10 o 14 días”, dijo a 'The Atlantic' el investigador de Salud Pública de Harvard Mark Shrime: “Con tantas protestas a la vez, cada vez más grandes, no creo que sea una pregunta de si va a pasar o no, sino dónde y cuándo”.
Pese a todas las evidencias y los avisos de los gobernadores de los estados, Donald Trump, el presidente que ha tratado de deslegitimar y radicalizar las protestas por todos los flancos, no ha hecho mención al efecto letal del virus. Algunos, como Susan Hennessey, editora ejecutiva de Lawfare, creen que tarde o temprano lo usará la excusa para cruzarse de hombros y evadir la responsabilidad de liderar el país con mayores casos de todo el mundo. "Mientras los casos por coronavirus siguen aumentando, creo que está claro que Trump intentará ahora culpar a estas protestas de la expansión [del virus] en vez de por su respuesta incompetente e inadecuada", ha asegurado esta investigadora de Brookings en Twitter.
Sin embargo, viendo el historial de declaraciones de Trump con el coronavirus, no está muy claro cómo podría adoptar un tono más técnico y científico para culpar a los Demócratas y a los manifestantes de la posible subida de contagios. Si en febrero y marzo el magnate le restó importancia a la pandemia, en abril y mayo apresuró a gobernadores, oficiales y funcionarios a desconfinar lo antes posible por motivos políticos y económicos, aun a riesgo de acelerar la epidemia. Pero aunque el propio Trump ha quedado encerrado en su propia jaula, otros están alzando la voz para advertir del riesgo colateral de las protestas en un país en el que el virus ya ha acabado con la vida de más de 100.000 personas.
Alerta: segundo brote de coronavirus
“Estoy muy preocupado por este tipo de aglomeraciones súpercontagiadoras”, dijo Tim Walz, gobernador de Minnesota, estado donde se iniciaron las protestas y cuya ciudad más poblada, Mineapolis, albergó el homicidio contra George Floyd. “Vamos a ver un repunte del covid-19. Es inevitable”, aseguraba Walz. Incluso al inicio de las protestas, Minnesota ya se estaba enfrentando a un aumento de las hospitalizaciones provocado por el desconfinamiento.
Eric Garcetti, alcalde de Los Ángeles, ciudad donde las manifestaciones obligaron a cerrar los centros de testeo el pasado sábado, ha advertido que las protestas podrían convertirse en “eventos supercontagiadores”. Por su parte, el Governador Republicano de Maryland, Larry Hogan, reconoció estar preocupado por un rebrote del virus en su estado en dos semanas, mientras que la alcaldesa de Atlanta, Keisha Lance Bottoms, recomendó a los manifestantes “hacerse un test de covid esta misma semana”.
Para evitarlo, las autoridades estadounidenses están lanzando recomendaciones inusuales para salir a la calle a protestar: “¿Planeas manifestarte? Aquí hay algunos consejos para reducir el riesgo de contagio del covid-19", escribían desde el ayuntamiento de Nueva York. "Lleva mascarilla, protección de ojos para prevenir lesiones, mantente hidratado, usa gel de manos, no grites, usa carteles y altavoces en su lugar, agrúpate en círculos pequeños y mantén dos metros de distancia con otros grupos”.
Plan to protest? Here are tips to reduce the risk of spreading #COVID19:
— nychealthy (@nycHealthy) May 30, 2020
✔️Wear a face covering
✔️Wear eye protection to prevent injury
✔️Stay hydrated
✔️Use hand sanitizer
✔️Don't yell; use signs & noise makers instead
✔️Stick to a small group
✔️Keep 6 feet from other groups
El pasado domingo, Estados Unidos sumó 20.000 nuevos casos de coronavirus, según el conteo de la CNN con datos de la John’s Hopkins. De momento, no parece que el virus vaya a desaparecer en uno de los países más polarizados del mundo. “Desearía que todo el mundo se diera cuenta de que cuando la gente se reúne es inherentemente peligroso en el contexto de esta pandemia", decía el pasado sábado el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio. "Voy a seguir pidiendo a la gente que no lo hagan. Si lo hacen, que se centren en el distanciamiento social y usen mascarilla".
El 28 de septiembre de 1918, dos días después del inicio de la ofensiva final de Meuse-Argonne que terminaría por decantar la Primera Guerra Mundial para los aliados, las autoridades de Filadelfia en Estados Unidos organizaron un gran desfile militar para recaudar fondos y aumentar la moral de la población. Las crónicas de la época recuerdan un día feliz y festivo que congregó a más de 200.000 personas. Sin embargo, la satisfacción patriótica pronto se convirtió en pesadilla sanitaria.