Es noticia
¿Economía o confinamiento? Trump se inclina por los empleos: "EEUU no es China"
  1. Mundo
"Este país no está hecho para cerrarse"

¿Economía o confinamiento? Trump se inclina por los empleos: "EEUU no es China"

¿Cuánto cuesta una vida humana? Es la sórdida pregunta que se hacen ahora mismo los gobiernos. Varios han decretado el confinamiento de sus poblaciones

Foto: Un trabajador de la construcción en Nueva York. (Reuters)
Un trabajador de la construcción en Nueva York. (Reuters)

¿Cuánto cuesta una vida humana? Es la sórdida pregunta que se hacen ahora mismo los gobiernos. Varios han decretado el confinamiento de sus poblaciones para mitigar la pandemia de coronavirus, aliviar a los hospitales y, en definitiva, salvar vidas, a riesgo de pagar un precio económico incalculable. Sin embargo, el presidente de Estados Unidos, el país que, desde el jueves, tiene el mayor número de casos conocidos de Covid-19 del mundo, baraja abiertamente otro método: minimizar ya las restricciones. Que la vida y la pandemia sigan su curso natural, hasta que el "enemigo invisible" se disuelva entre nosotros como hicieron otros virus.

"Este país no está hecho para cerrarse. No quiero que la cura sea peor que el problema en sí mismo", ha declarado el presidente de EEUU, Donald Trump. “Cada año perdemos miles y miles de personas por la gripe. Perdemos a mucha más gente en accidentes de coche. No les pedimos a las automovilísticas que dejen de fabricar coches”. Trump acarició la idea de volver a la normalidad el 12 de abril, y esbozó, pensando quizás en los votos evangélicos, la imagen de las misas llenas en Pascua.

Foto: Donald Trump. (Reuters)

La visión del mandatario contradice las estimaciones de los epidemiólogos y expertos de su propia administración. "Tú no marcas la línea temporal, es el virus el que la marca", ha afirmado el doctor Anthony Fauci, director del gubernamental Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Contagiosas. Entre el 1 y el 26 de marzo, el número de casos conocidos en Estados Unidos ha pasado de 75 a más de 82.000, batiendo todas las estimaciones. Según Fauci, el pico podría llegar a principios de mayo.

Si bien las sensibilidades del presidente parecen estar desconectadas de la opinión científica, sí que están en sincronía con la manera de ver el mundo de millones de norteamericanos. Una perspectiva que, cada día, captan, interpretan y modelan los sumos sacerdotes del conservadurismo: los presentadores del canal Fox News.

¿Pensáis que solo el coronavirus mata gente? Un cierre económico total matará gente

"¿Pensáis que solo el coronavirus mata gente? Un cierre económico total matará gente", declaró el pasado domingo Steve Hilton, presentador de Fox, alertando sobre las medidas de confinamiento aplicadas en 21 estados. "No conviertan una crisis de salud pública en la peor catástrofe de Estados Unidos".

La opinión de Hilton quizás no sea alarmista, a tenor de los datos. Solo la semana pasada 3,3 millones de norteamericanos pidieron el subsidio de paro. Una cifra alejada incluso de los peores días de 2009. El presidente de la Reserva Federal de San Luis, James Bullard, estima que el paro puede llegar al 30%, el triple de lo alcanzado en la recesión. El PIB, según Bullard, podría caer a la mitad este año.

Las palabras de Hilton no cayeron en saco roto. Poco después de su monólogo, un tuit emergía de la cuenta del presidente Donald Trump (todo en mayúsculas): "No podemos dejar que la cura sea peor que el problema en sí mismo", y añadió que tomaría una decisión respecto a las recomendaciones de distanciamiento social.

El comentario del presidente fue, en muchos sentidos, una sorpresa. Donald Trump había comenzado la gestión de la pandemia quitándole importancia. Cuando el país sumaba apenas 15 casos conocidos, declaró públicamente que estaban contenidos y que dentro de poco bajarían a cero. Luego la realidad se abrió paso y su gabinete empezó a tomar medidas: distanciamiento social, más pruebas, importación de equipos, y un paquete de ayudas a los afectados por el virus. El presidente estaba en línea con los expertos de su gabinete. Hasta el tuit del domingo.

La relación entre el monólogo de Steve Hilton y el cambio de parecer del presidente no ha sido probada, pero se sospecha dada la cantidad de veces que Donald Trump ha expresado opiniones que una o dos horas antes se habían declarado en Fox. A veces, el presidente recomienda a sus 75 millones de seguidores los programas del canal. El año pasado tuiteó 657 veces acerca de sus programas favoritos: casi dos veces diarias. El 10% de sus tuits de 2019 fueron dedicados a la cadena.

"Misisipi no es China"

Algunos líderes republicanos tomaron este cambio como una señal y dieron un paso al frente. El vicegobernador de Texas, Dan Patrick, de 69 años, dijo estar dispuesto a sacrificarse por el bien del país: por su normalidad, por su buena marcha económica. "Nadie me llamó para preguntarme, como ciudadano de la tercera edad, ¿estás dispuesto a poner en juego tu supervivencia a cambio de mantener la América que amamos para nuestros hijos y nietos? Si ese es el canje, yo lo acepto".

El gobernador de Misisipi, Tate Reeves, fue más lejos y relajó los decretos de confinamiento que ya habían aplicado, a nivel local, varios municipios del estado. Reeves clasificó muchas empresas como "servicios esenciales", por ejemplo las tiendas de armas o algunos restaurantes. "Misisipi no es China", aclaró.

placeholder Donald Trump en una rueda de prensa. (Reuters)
Donald Trump en una rueda de prensa. (Reuters)

Esta postura, en contra del confinamiento, también está siendo defendida por el influyente 'lobby' conservador del industrial Charles Koch, Americans for Prosperity (AFP). "En lugar de cierres completos, el Gobierno debe de permitir a las empresas que sigan adaptándose e innovando para producir los bienes y servicios que los americanos necesitan, mientras continúan haciendo lo posible para proteger la salud pública", declaró, en un comunicado, Emily Seidel, jefa ejecutiva de AFP.

Las medidas de confinamiento son potestad de los estados, y cada uno de los 21 que las ha aplicado lo ha hecho a su manera: con restricciones y horquillas de tiempo algo distintas. La Casa Blanca ha adelantado que, esta semana, publicará una clasificación de condados en función de las infecciones, con tres niveles de riesgo: alto, medio y bajo. La información, sostenida en un aumento de las pruebas de Covid-19, ayudarán a los gobernadores a tomar las decisiones pertinentes.

A pesar de que, al final, el presidente deje hacer a los gobernadores, sus palabras pueden tener también un ángulo electoralista. La pandemia de coronavirus afecta sobre todo a las ciudades costeras, todas ellas bastiones demócratas. Y dentro de cada estado son las ciudades las que más lo padecen. En 2016, todas las poblaciones de más de 1 millón de habitantes fueron territorio Hillary Clinton.

Aquello que en Los Ángeles o en Nueva York, donde los contagios se duplican cada tres días y muchos hospitales ya no dan abasto, puede sonar como un peligroso despropósito, en las zonas rurales de Nebraska o Wyoming puede tener otra lectura. La lejanía de los aeropuertos internacionales, la mayor distancia entre las casas y la posibilidad de hacer actividades en la naturaleza han podido ser las razones por las que el virus no se ha propagado tanto en el interior. Lo cual no significa que no pueda terminar en el pueblecito más recóndito de los Grandes Lagos o los Montes Apalaches. Cada vez más epidemiólogos exigen un confinamiento nacional.

"Relajar las restricciones no tiene absolutamente ningún sentido si lo ves desde el punto de vista de la salud", declaró la doctora Tina Tan, de la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de América, y recordó el caso de Italia, que se ha visto obligada a endurecer las restricciones para sobrevivir a la creciente pandemia. "Realmente creo que la gente vale más que intentar salvar la economía".

¿Cuánto cuesta una vida humana? Es la sórdida pregunta que se hacen ahora mismo los gobiernos. Varios han decretado el confinamiento de sus poblaciones para mitigar la pandemia de coronavirus, aliviar a los hospitales y, en definitiva, salvar vidas, a riesgo de pagar un precio económico incalculable. Sin embargo, el presidente de Estados Unidos, el país que, desde el jueves, tiene el mayor número de casos conocidos de Covid-19 del mundo, baraja abiertamente otro método: minimizar ya las restricciones. Que la vida y la pandemia sigan su curso natural, hasta que el "enemigo invisible" se disuelva entre nosotros como hicieron otros virus.

El redactor recomienda