Australia abate a la urraca asesina que les atacó durante tres largos años

La urraca no es un ave especialmente agresiva, sino más bien nerviosa. Sin embargo, una de ellas ha sido la excepción que confirma la regla y ha mantenido aterrorizada a la población de Bella Vista, una pequeña localidad australiana de apenas 8.000 habitantes, durante los últimos tres años. Ahora, por fin, han conseguido abatirla.

Lo han hecho justo antes de que comience la primavera australiana y porque había sido considerada un "riesgo significativo para la seguridad pública". Tal y como han explicado los responsables del Servicio de Parques Nacionales y Vida Silvestre (NPWS) australiano, "esta ave era muy agresiva e inusualmente territorial y atacaba a los rostros de las personas incluso por debajo de los cascos".

Peter Danieluk, uno de los residentes de la zona, asegura a ABC Australia que sufrió un infarto por culpa de la urraca: "Tuve mi primer ataque al corazón en 2014, lo que redujo mi función cardíaca... así que mientras intentaba defenderme de ella al atacarme, la descarga de adrenalina causó que mi corazón y mis pulmones se llenaran de sangre y causara otro ataque cardíaco".

El ataque del ‘monstruo’

Los ataques inesperados y despiadados de la urraca provocaron que los vecinos de Bella Vista llegaran a bautizarla como al ‘monstruo de Windsor Road’, la zona de la ciudad en la que atacaba. Los responsables del NPWS intentaron reubicarla en varias ocasiones, pero siempre regresaba al mismo lugar, por lo que, finalmente, decidieron permitir que fuera sacrificada.

Los animalistas están disgustados y preocupados por el futuro de la familia de la urraca sacrificada

El portavoz del condado de Hills Shire señaló que todo se hizo como última medida posible y bajo la supervisión tanto de la policía como del NSW: "El Consejo generalmente no toma medidas para eliminar o destruir a las urracas; el procedimiento habitual es señalar las áreas de riesgo conocidas, ya que las aves generalmente solo son agresivas durante cuatro a seis semanas por año".

Sin embargo, la decisión de abatir al animal ha provocado reacciones enfrentadas. Mientras los vecinos lo ven como un alivio, el partido Justicia Animal explica que están ‘disgustados’ porque se ha atacado una especie icónica en Australia. Heidi Vasilevskis, su portavoz, asegura que ahora se pone en riesgo la vida de toda la familia de urracas: "Estoy indignada y molesta. Realmente temo por el futuro de nuestra única y preciosa vida animal".