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Jugando con fuego: ¿Busca Donald Trump que le hagan un 'impeachment'?
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LOS DEMÓCRATAS, DIVIDIDOS SOBRE LA ESTRATEGIA

Jugando con fuego: ¿Busca Donald Trump que le hagan un 'impeachment'?

La ofensiva de los demócratas por ver el Informe Mueller podría ser una oportunidad perfecta para reforzar su imagen de líder popular víctima de una "caza de brujas"

Foto: El presidente Donald Trump. (Reuters)
El presidente Donald Trump. (Reuters)

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está viviendo una de las épocas más dulces de su relampagueante carrera política. La economía sigue en plena forma, tiene a su partido amaestrado y goza del apoyo, según la agencia Gallup, de un 46% de los votantes: el máximo de su mandato. Pero estos elementos podrían no ser suficientes para lograr la reelección en 2020.

Tras casi dos años de pesquisas, la investigación especial de Robert Mueller sobre la presunta connivencia de la campaña de Donald Trump con Rusia y su posterior resistencia a dicha investigación está ahora en el centro del tablero político. Pese a que Mueller concluyó que no hubo colusión con Moscú, en el informe deja abierta la cuestión de si hubo obstrucción a la justicia, algo que debe dirimir el Congreso.

Ahora que Trump necesita avivar la hoguera de las emociones políticas, la ofensiva de los demócratas por ver el Informe Mueller completo podría ser el acicate perfecto. Una oportunidad para reforzar su imagen de líder popular asediado por el “estado profundo”, víctima de una “caza de brujas”. De momento el presidente y su gabinete están haciendo gala de su indiferencia, ignorando las exigencias del Congreso ante el desespero de sus rivales.

“Trump nos está provocando para que le hagamos un 'impeachment'”, declaró la presidenta de la Cámara de Representantes y líder oficiosa de los demócratas, Nancy Pelosi. “Sabe que sería muy divisivo para el país, pero a él realmente no le importa. Simplemente quiere solidificar su base”. Pelosi está tratando por todos los medios de contener los ímpetus de su partido, dividido entre quienes, como ella, proponen una calma estratégica, y los que exigen llegar hasta el final.

Foto: Donald Trump. (Reuters)

Crisis constitucional en ciernes

Pero los ánimos se están calentando en Washington. En los días previos a la publicación del informe, el fiscal general de Estados Unidos, William Barr, divulgó una versión resumida en la que no dudó en exonerar al presidente, tanto de obstrucción como de conspirar con los rusos durante la campaña.

Sin embargo, los demócratas no están convencidos y exigen la publicación completa del informe, no la versión censurada a la que han tenido acceso hasta el momento. Pero Barr se niega. Como también se ha negado a declarar ante el comité de Asuntos Judiciales de la Cámara de Representantes. Así que ha sido acusado de desacato al Congreso.

placeholder El fiscal general del Estado, William Barr. (Reuters)
El fiscal general del Estado, William Barr. (Reuters)

No sólo desobedece el fiscal Barr. El mismo comité judicial también exige al antiguo consejero legal del presidente Don McGahn que entregue una serie de documentos relativos al informe de Mueller. Pero McGahn se niega aportarlos. El rechazo del Gobierno a colaborar con el poder legislativo ha hecho que el líder del comité en cuestión, Jerry Nadler, y otros demócratas, hablen de una “crisis constitucional”.

Esta actitud deja pocas opciones a los demócratas. Si continúan presionando para ver el informe, el presidente ya ha advertido de que usará su poder ejecutivo para bloquear la publicación. El siguiente paso, por tanto, sería recurrir a los tribunales. Si estos deciden que, efectivamente, tantoel fiscal William Barr como Don McGahn tienen que obedecer al Congreso y presentar dichos documentos, Trump usaría su privilegio presidencial. Hasta qué punto puede Trump recurrir a esta medida es materia de debate. Lo que sí está más claro es que, si la lucha legal se prolonga y llega al Tribunal Supremo, allí la mayoría es favorable al presidente.

El hombre sin voz

Los demócratas también quiere escuchar las opiniones del mismísimo Robert Mueller, el sabueso de mandíbula cuadrada que lleva 22 meses en la sombra dirigiendo la investigación sin haber dicho una palabra a los medios. Su testimonio ante el Congreso continúa en proceso de negociación. El jefe del comité, Jerry Nadler, ha confirmado que Mueller no testificará esta semana.

Mientras, un Comité de Inteligencia del Senado ha exigido que vuelva a comparecer el hijo mayor del presidente, Donald Trump Jr., para aclarar algunos aspectos en una investigación paralela a la recogida en el Informe Mueller. El líder republicano en esta cámara, Mitch McConnell, ha asegurado que Trump Jr. “no tiene por qué preocuparse”.

placeholder Foto: Reuters.
Foto: Reuters.

Donald Trump y los suyos mantienen cara de póquer mientras suben las apuestas. Saben que algunos demócratas quieren lanzar cuanto antes el órdago del impeachment, una herramienta que jamás a tenido éxito en la historia de Estados Unidos y que -según expertos- tampoco lo tendría ahora. Si los demócratas, que controlan la Cámara de Representantes, quieren destituir Donald Trump, acabarían necesitando dos tercios de los votos del Senado, de mayoría republicana. Una maniobra, por tanto, muy improbable.

Impeachment, ¡ya!

El ala izquierda demócrata chisporrotea como un leño al rojo vivo y quiere agotar todas las vías; si no por una razón práctica, al menos por principios. “Esto no va de política. Esto va de la Constitución”, declaró la senadora y precandidata a las presidenciales de 2020, Elizabeth Warren. “No hicimos el juramento de proteger a Donald Trump, hicimos el juramente de proteger la Constitución. Y la manera de hacerlo es iniciar ahora el procedimiento de impeachment contra este presidente”.

Foto: Donald Trump. (Reuters)


Las voces más progresistas, como la representante de 29 años Alexandria Ocasio-Cortez y sus compañeras de fila Ilhan Omar y Rashida Tlaib, ya han pedido oficialmente que se inicie el proceso de destitución. De la veintena de precandidatos demócratas, cuatro están en la batalla, y las organizaciones de base han lanzado sus propias campañas de presión en las calles.

“Creo que el impeachment es la solución para la crisis constitucional”, declaró el representante Al Green, de Texas, durante una manifestación a las puertas del Capitolio. “Cuando tienes al presidente de Estados Unidos denegando al Congreso la opción de desempeñar sus deberes legales de vigilancia, y eso le incluye a él, entonces tienes una crisis”.

placeholder La congresista Alezandria Ocasio-Cortez. (Reuters)
La congresista Alezandria Ocasio-Cortez. (Reuters)

La representante Rashida Tlaib pidió responder “con mucha fuerza” a un presidente que se niega a respetar la Constitución. “La gente en sus casas lo pilla. Lo entiende. Esto, para ellos, no va de una estrategia política. Esto va sobre nuestro país y sobre nuestra propia democracia”, añadió la congresista. La organización MoveOne, presente en la protesta, aseguró haber reunido ya 10 millones de firmas por internet en su petición de iniciar el impeachment.

¿Jugar a la polarización?

La opinión pública se mostraría un poco más dispuesta a defender este proceso contra Donald Trump, pero los números no muestran un panorama unívoco. Según una encuesta de Reuters y la agencia Ipsos, el número de personas que apoyarían un impeachment ha pasado del 40 al 45% desde mediados de abril. Una proporción similar a la del número de gente que detesta con todas sus fuerzas al actual presidente. Un 42% estaría en contra del proceso.

Apoyar o no este curso de acción, de consecuencias impredecibles, se ha convertido en la prueba del algodón de los demócratas: o se lanzan a pecho descubierto contra el presidente, o evitan caer en el juego de la polarización. “Estoy de acuerdo en que tenemos al presidente más peligroso de la historia moderna de este país”, dijo el senador y aspirante presidencial Bernie Sanders. “Pero, si en el próximo año o año y medio, yendo hacia el corazón de las elecciones, todo lo que hace el Congreso es hablar de destituir a Trump, y Trump, Trump, Trump, y Mueller, Mueller, Mueller, y no estamos hablando de la sanidad, de subir el salario mínimo, de combatir el cambio climático (...) me preocupa que eso acabe siendo ventajoso para Trump”.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está viviendo una de las épocas más dulces de su relampagueante carrera política. La economía sigue en plena forma, tiene a su partido amaestrado y goza del apoyo, según la agencia Gallup, de un 46% de los votantes: el máximo de su mandato. Pero estos elementos podrían no ser suficientes para lograr la reelección en 2020.

Bernie Sanders
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