España aspira a lograr avances con Gibraltar tras el Brexit

El Gobierno español está satisfecho con el acuerdo cerrado entre Bruselas y Londres sobre el Brexit. Considera que el 90% de las líneas que defendía han quedado reflejadas, tal cual, en los términos del divorcio entre ambas partes. Incluida la espinosa cuestión de Gibraltar, sobre la que el acuerdo actual compromete a España y el Reino Unido a cooperar en varias áreas, desde la fiscalidad a los derechos de los ciudadanos. Pero España quiere más. Y espera lograr avances tras la salida de Reino Unido de la Unión Europea.

A la espera de que el acuerdo reciba la luz verde del Parlamento Europeo y el británico, y si Theresa May sobrevive, se cierra la primera de las etapas de negociaciones bilaterales con Reino Unido que ha propiciado el Brexit. Pero no es un punto y final, sino un punto y aparte. Una vez que se comience a negociar la relación futura entre el país y la Unión Europea, comenzarán nuevas negociaciones sobre el futuro del Peñón.

En éstas, España confía en lograr más avances en sus aspiraciones sobre Gibraltar. El Gobierno espera en que entonces se podrá poner todo tipo de cuestiones sobre la mesa, también la de la soberanía compartida. Pero esta reivindicación histórica no será el eje central de las conversaciones, ni los negociadores españoles irán con la idea de aferrarse a ello.

Se trata de no entrar fuerte y provocar que los británicos se levanten de la mesa. “Con la reivindicación inmediata de la soberanía no se ha llegado a ningún sitio”, ha recalcado el secretario de Estado de la Unión Europea, Marco Aguiriaño. Pero esto tampoco quiere decir que España renuncie a sus aspiraciones. “Se van a pedir más que gestos”, afirman fuentes diplomáticas.

Control conjunto del aeropuerto

España confía en poder negociar en el futuro el control conjunto del aeropuerto de Gibraltar, situado sobre el ismo que une el territorio con el Campo de Gibraltar. Esta reivindicación ya fue puesta sobre la mesa bajo el anterior Ejecutivo, con Alfonso Dastis al frente de Exteriores, pero finalmente el Gobierno de Pedro Sánchez la dejó caer para facilitar el cierre de las negociaciones del divorcio.

La cuestión se volverá a retomar en las negociaciones, que empezarán una vez el Brexit sea una realidad, el 30 de marzo de 2019. Y no será la única. España también tiene la vista puesta en un control conjunto de las entradas y salidas en el Peñón, lo que supondría una gestión más coordinada de la frontera. Cuestiones, todas ellas, impensables antes del Brexit.

La baza de España

España defiende que lo acordado ahora podrá aplicarse a Gibraltar durante el periodo de transición pero que no se seguirá aplicando automáticamente si éste se prorroga, . La opción de la prórroga no solo es posible, sino casi inevitable, ya que es altamente improbable que se logre un acuerdo sobre cómo será la futura relación entre Reino Unido y la Unión Europea en tan solo 21 meses.

Esto supone que España tendría de facto un veto sobre Gibraltar, algo que en principio los británicos rechazan. La cuestión sigue abierta y será resuelta en los próximos meses, peso si España se sale con la suya -como ha logrado hasta ahora, gracias al apoyo del resto de países de la UE- tendría una importante baza para negociar sobre la situación del Peñón.