Las vacaciones de Mohamed VI impiden a Sánchez estrenarse con un viaje a Marruecos

El presidente Pedro Sánchez hubiese querido continuar la tradición, instaurada por Felipe González hace más de tres décadas, de viajar primero a Marruecos poco después de tomar posesión. El rey Mohamed VI no le ha dado esa opción. Nada más acabar el Ramadán (mes del ayuno musulmán) se ha vuelto a marchar de vacaciones a Francia.

Desde el Palacio de la Moncloa se había dejado caer, días atrás, que Sánchez iría a Marruecos, pero en la entrevista que concedió el lunes a TVE el jefe del Gobierno español reveló que finalmente su primer destino será París. Allí se reunirá el sábado con el presidente francés Emmanuel Macron.

Tras ser investido, Sánchez llamó primero al jefe del Gobierno marroquí, Saadeddine el Othmani, con la intención de anunciar esa visita. “(…) nos emplazamos a conocernos personalmente (…) acoplando sus agendas con las del Gobierno de España”, señaló. “Espero que podamos hacerlo en el segundo semestre del año”, concluyó tras constatar que ahora ha sido imposible.

No había disponibilidad, en la agenda del monarca, para atender a Sánchez. Una visita del presidente español a Marruecos carece de sentido si no es recibido en audiencia por Mohamed VI, que es quien ostenta el grueso del poder ejecutivo. Carente de peso, El Othmani no es un interlocutor válido.

Mohamed VI ha estado gran parte del año fuera de Marruecos: en Hong Kong, Gabón, Congo-Brazzaville y sobre todo en Francia, entre París y el castillo que posee en Betz, a 70 kilómetros al noreste de la capital francesa. En los cuatro primeros meses del año pasó menos de 20 días en su país. Regresó poco antes del inicio del Ramadán y durante ese mes de ayuno multiplicó las inauguraciones, presidió ocho conferencias religiosas en mezquitas y en palacio y se hizo varias fotos con los hermanos Abu Bakr y Otthman Azaitar, ambos boxeadores, que fueron divulgadas a través de las redes sociales. Invitó a los púgiles, el 20 de mayo, a un “iftar”, la cena con la que se rompe el ayuno.

Tras la fiesta del Eid el Fitr, y en plena crisis migratoria en el estrecho de Gibraltar, el soberano alauí puso rumbo de nuevo a París. Este lunes 18 empezaron a circular a través de las redes sociales las primeras fotos de su “estancia privada” parisina, como la describe la prensa marroquí, evitando emplear la palabra “vacaciones”.

Más de 1.500 inmigrantes irregulares llegaron entre el viernes y el lunes pasado a las costas andaluzas, una oleada sin precedentes desde agosto de 2014. Aunque todos zarparon de Marruecos y con frecuencia lo hicieron desde playas concurridas y a plena luz del sol, el Gobierno español no se ha quejado públicamente ante Rabat. Las autoridades marroquíes tampoco explicaron el porqué de la masiva salida de pateras.

Lo sucedido a Sánchez con Mohamed VI recuerda, en cierta medida, lo que ya les pasó a los Reyes de España en enero. Ese mes, del 9 al 12, don Felipe y doña Letizia tenían previsto hacer su primera visita de Estado a Marruecos, pero seis días antes el protocolo marroquí la canceló alegando “razones de agenda” del monarca, según indicaron entonces fuentes diplomáticas españolas. Señalaron que el viaje quedaba aplazado a marzo.

El 8 de enero por la noche, es decir horas antes de que empezara la visita real que finalmente fue cancelada, Mohamed VI fue fotografiado en un restaurante parisino con la actriz francesa de tele-realidad Mélanie Amar que también cenó allí.

El 12 de enero, es decir el día en que debía terminar la visita anulada de los Reyes de España, el monarca alauí fue grabado en un vídeo paseándose por los Campos Elíseos con su “brazo derecho”, el consejero real Fouad Ali el Himma, apodado a veces el “virrey” porque después del jefe del Estado es el hombre más poderoso de Marruecos.