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Un pueblo de Laponia, 2.000 habitantes y 150 delitos sexuales
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Un pueblo de Laponia, 2.000 habitantes y 150 delitos sexuales

Tysfjord, en el norte de Noruega y compartiendo frontera con Suecia, ha sido escenario de decenas de delitos sexuales en los últimos años

Foto: 151 denuncias por abusos sexuales en la localidad noruega de Tysfjord.
151 denuncias por abusos sexuales en la localidad noruega de Tysfjord.

Tysfjord es una municipalidad en el norte de Noruega que comparte frontera con Suecia, en la que viven poco más de 2.000 habitantes completamente bilingües. Los 2.050 habitantes del territorio, que ocupa algo más de 1.400 kilómetros cuadrados plagados de fiordos y montañas, hablan de forma perfecta tanto el noruego como el saami de Lule, lengua que se habla en esta zona de Laponia. La zona es especialmente conocida por la concentración de orcas que entran cada año en los fiordos de la zona, donde deciden pasar los largos inviernos de escasa luz y muchas auroras boreales.

Parece un escenario perfecto para la población de esta región noruega, gran parte de la cual pertenece o procede de la comunidad lapona o saami, integrada por algo menos de 100.000 personas. Sin embargo, un informe de la actividad delictiva de los últimos años publicado recientemente por la policía ha revelado una situación completamente alejada de lo idílico del lugar: la zona ha estado plagada de casos de abusos sexuales, en muchas ocasiones incluso contra menores de edad. En noviembre de 2017, salía a la luz un documento que evaluaba la situación en toda la población: de este texto se extraen un total de 151 casos de delitos sexuales.

"Veo que el trabajo de la policía hasta junio de 2016 no ha sido suficiente", lamenta en el documento el propio jefe de la policía de la región, Tone Vangen. "Sin embargo, al mismo tiempo quiero enfatizar que las autoridades trabajaban en condiciones completamente diferentes hace 20 o 30 años. Ahora tiene un significativo grado de comprensión y competencia, en lo que a casos de abusos sexuales se refiere", apunta Vangen. "Mi mayor deseo es que los habitantes de Tysfjord puedan confiar en su policía". Lo cierto es que es una empresa complicada, dado el pasado de la región.

El Código Penal noruego considera dentro de la categoría de abuso sexual cualquier comportamiento o acto con el que se trata de presionar o forzar a otra persona, desde el lenguaje hipersexualizado en comentarios ofensivos hasta las relaciones sexuales sin consentimiento y la violación. Los 151 casos registrados en Tysfjord son estos:

  • 43 casos de violación, incluidas algunas cometidas contra menores.
  • 40 casos de relaciones sexuales sin consentimiento con menores de 14 años.
  • 16 casos de relaciones sexuales sin consentimiento con niños de entre 14 y 16 años.
  • 19 casos de relaciones sexuales sin consentimiento con mayores de 16 años.
  • 15 casos de comportamiento sexual ofensivo.
  • Cinco casos de incesto.
  • 13 casos relacionados con otros delitos sexuales.

La policía ha interrogado a un total de 82 víctimas y 92 sospechosos, el 70% de los cuales forma parte de la comunidad saami. Pero no solo eso: según un portavoz policial, la mayor parte de las personas implicadas en estos casos son integrantes de una congregación religiosa lituana. Si bien se trata de una serie de casos registrados a lo largo del tiempo, el año con más casos de abusos sexuales fue 2016: de 1953 a 1970 se registraron un máximo de un caso anual, mientras que los peores años fueron, en este orden, 2016 (16 casos), 1996 (10 casos) y 2002 (nueve casos). El último no es tan lejano: en agosto de 2017, un año que registró un total de cinco. ¿Y las edades? Muchas de las víctimas son menores de edad, pero tampoco hay un patrón establecido: tienen de cuatro a 75 años.

Nina, Marion o Liv...

El caso Tysfjord cobró cierta importancia desde junio de 2016, cuando el diario noruego 'VG' comenzó a publicar diferentes entrevistas con algunas de las víctimas de abusos y sus familiares. Una de ellas es Marion Knutsen, una joven de 29 años cuya madre se suicidó en enero de 2015. Uno de los hermanos de Marion había muerto unos años atrás en un accidente de tráfico, y otro, de tan solo cuatro años, falleció en un incendio en su vivienda. Todos atribuían la muerte de la madre de Marion al estrés provocado por la pérdida de sus familiares, pero antes de morir contó la realidad que había tras su depresión: cuando solo era una adolescente había sido víctima de un asalto sexual. "Fueron los abusos sexuales los que arruinaron la vida de mi madre", decía Marion a 'VG'.

Foto: Tiroteo en Parkland, Florida | Reuters

Nina Iversen es otra de las voces de Tysfjord. Ahora tiene 49 años, pero cuando tenía 14 también fue una víctima, aunque ella nunca lo escondió. "Siempre he hablado de ello", relata a la cadena británica BBC. "Cuando era joven pensaba en escribir un libro sobre estos abusos, pero al final no pude", señala. Asegura que las llamaban "putas" y "mentirosas" a ella y al resto de chicas que denunciaron casos similares. En el caso de Iversen, los agresores fueron sus propios familiares. Iversen, a diferencia de muchas otras víctimas, aún vive en la región.

La historia de Liv va mucho más allá: cuando era solo una niña contó en la escuela su caso: la pequeña había sufrido abusos por parte de su padre. Meses después, el progenitor era condenado a más de cuatro años de cárcel por agresión sexual, contra ella y contra otras menores de edad. Sin embargo, muchos años después, cuenta a 'VG' que él no fue el único: nombra a otras 11 personas, de diferentes edades, que abusaron de ella desde que tenía nueve años hasta cumplir los 19. Desde actos sexuales a comportamientos ofensivos, pasando por la violación. Liv —que significa 'vida'—, ahora con 30 años, recuerda su infancia, cargada de alcohol, estrictos castigos y excesiva imposición de normas por parte del padre.

Para elaborar el informe hicieron falta más de 1.000 entrevistas, aunque solo consiguieron registrar 151 casos. No obstante, no más de una decena podrán ser juzgados: la mayor parte de los casos de abusos han prescrito. En Tysfjord todo el mundo conoce a alguien que, lamentablemente, ha formado parte de esta trama: o bien a una víctima, o a un superviviente, o a uno de los agresores.

Mikkel Eskil Mikkelsen, consejero del Parlamento saami, está decidido a no abandonar a las víctimas. "Esa gente valiente que se enfrentó a su pasado y lo sacó a la luz debe ahora poder seguir su vida. No los podemos abandonar", señala. En declaraciones recogidas en 'High North News', Mikkelsen subraya que "lo más importante ahora es que las víctimas del caso Tysfjord reciban la ayuda y la restitución que necesitan", pero no solo ellos, sino sus familias y su entorno. "Toda la comunidad necesita apoyo".

Tysfjord es una municipalidad en el norte de Noruega que comparte frontera con Suecia, en la que viven poco más de 2.000 habitantes completamente bilingües. Los 2.050 habitantes del territorio, que ocupa algo más de 1.400 kilómetros cuadrados plagados de fiordos y montañas, hablan de forma perfecta tanto el noruego como el saami de Lule, lengua que se habla en esta zona de Laponia. La zona es especialmente conocida por la concentración de orcas que entran cada año en los fiordos de la zona, donde deciden pasar los largos inviernos de escasa luz y muchas auroras boreales.

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