¿Guerra comercial con EEUU? La UE, “preparada para responder” a Trump

Que a Donald Trump no le gusta la Unión Europea no es ningún secreto. Declaraciones y los desplantes al margen, su llegada a la Casa Blanca no ha dado más que quebraderos de cabeza a los europeos. Un año después de su nombramiento, la tensión entre ambos bloques no disminuye. Al contrario. El último capítulo de la serie amenaza con un conflicto comercial.

Primero fue la muerte clínica del TTIP. Luego, el misil a la línea de flotación que supuso la retirada de EEUU del Acuerdo de París. Y ahora, los aranceles preliminares introducidos por los norteamericanos sobre ciertas exportaciones europeas, como la aceituna negra de mesa española. Un paso que ha puesto en alerta a los europeos, que temen que Trump cuestione y penalice otros productos.

Las recientes declaraciones de Trump cargando contra la “injusta” política comercial de la Unión Europea han sido interpretadas como una clara amenaza. El malestar en Bruselas es palpable. Este lunes, el portavoz principal de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, ha marcado la línea roja comunitaria: si EEUU impone aranceles, la UE no se quedará de brazos cruzados.

“La Unión Europea está preparada para reaccionar rápida y apropiadamente en el caso de que nuestras exportaciones se vean afectadas por cualquier medida comercial restrictiva por parte de EEUU”, ha advertido Schinas. Desde el podio, el portavoz ha aprovechado la oportunidad para volver a defender un libre comercio “basado en reglas”.

Trump protesta porque, dice, los europeos inundan el mercado estadounidense con sus productos sin pagar tasas o gravámenes muy bajos. Mientras, asegura, a los estadounidenses les cuesta exportar a los Veintiocho. “Creo que esto va a ir en su detrimento”, amenaza.

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María Tejero Martín. Bruselas

Cuando la UE tuvo una confrontación directa con Estados Unidos a cuenta de la tasa verde impuesta por los europeos unilateralmente a los vuelos internacionales, Bruselas acabó por dar un paso atrás. Pero esta vez no parece ser el caso.

La circunstancia entonces era bien distinta: EEUU no estaba solo, sino que buena parte de la comunidad internacional estaba contra la UE y, además, se trataba de una política medioambiental, que cuenta con apoyos menos sólidos que la comercial dentro de la propia UE.

Con el Brexit de telón de fondo, la UE necesita reafirmarse. No puede permitir perder terreno, en un momento en el que además se observa con preocupación las políticas monetarias puestas en marcha desde el otro lado del Atlántico. Pero, además, es una cuestión de ideología. Si cede ante Trump, se arriesga a echar gasolina a sus populistas internos. Y eso sí puede ser más peligroso que un arancel.