Gibraltar y otras claves de la segunda fase del Brexit
Ahora hay un acuerdo sobre los principios básicos del divorcio, pero quedan por resolver muchos flecos sueltos. Solo hay quince meses para lograr algo nunca visto en la UE
El jueves, Theresa May fue despedida por sus colegas europeos con aplausos. Y el viernes, el homenajeado fue Michel Barnier, el negociador europeo para el Brexit. Los líderes de los Veintisiete celebran así que, tras meses de tira y afloja, se ha logrado un primer acuerdo en un tema tan delicado para su futuro como lo es la salida de Reino Unido de la UE. Llegó tarde, pero llegó. Algo es algo.
A partir de ahora se abre una nueva etapa. Y Angela Merkel, la veterana entre los líderes europeos, sabe perfectamente que será aún más "ardua" que la primera. No es para menos. El acuerdo comercial con Canadá llevó siete años y más de 1.600 páginas de detalles legales técnicos. En casi nueve meses, con Londres solo se han logrado quince páginas de un vago consenso político.
Quince meses para lograr lo nunca visto
Han sido necesarios dos ultimátums para lograr que Londres se metiera en harina. Ahora hay un acuerdo sobre los principios básicos del divorcio, pero quedan por resolver muchos flecos sueltos, para después articularlo todo en términos legales. Y, como dice la sabiduría popular, el diablo está en los detalles.
Otro de los misterios por resolver es qué pasará con Gibraltar. Ya en abril, España consiguió el poder de vetar la aplicación del acuerdo en el Peñón
Mientras terminan de resolver el divorcio, los europeos y los británicos comenzarán en paralelo a dibujar el mapa de sus nuevas relaciones. Barnier ha mostrado su esperanza de que se puedan iniciar las conversaciones en enero. Pero el tiempo aprieta: con o sin avances, el 29 de marzo de 2019 el Reino Unido abandonará la Unión Europea.
Dicho de otro modo, solo quedan quince meses —o más bien nueve, ya que se quiere dejar medio año a la Eurocámara para debatir el acuerdo— para hacer lo nunca antes visto: un traje a medida para un país que abandona el barco. Hace falta prever lo imprevisible. Y construir una "futura asociación especial", en palabras de May. Qué querrá decir esto, nadie lo sabe aún.
El periodo de transición
Visto lo visto, se da por hecho que será necesario pactar un periodo de transición para que los británicos abandonen paulatinamente la UE. Este periodo de gracia, sacado de la chistera a la que recurren los líderes europeos cuando necesitan un parche político para un problema legal comunitario, es aún un misterio. Londres habla de dos años, pero su duración y, sobre todo sus términos, están por definir.
Lo que sí está claro es que durante ese tiempo, Reino Unido no podrá tener ningún tipo de voz ni voto formal más allá del 29 de marzo de 2019. Y, en cambio, sí tendrá que acatar las decisiones que se tomen en la UE, en las que ya no participará. Una posición incómoda que tiene todos los visos de crear un verdadero quebradero de cabeza al gobierno británico.
Los líderes europeos se han propuesto encontrar un "equilibrio entre los derechos y las obligaciones" que tendrá Reino Unido durante ese periodo. Y así lo han dejado por escrito en las directrices pactadas en la cumbre de este viernes. La Comisión utilizará este documento como base para unas nuevas propuestas que formulará el miércoles, que servirán de punto de partida para las nuevas negociaciones.
Gibraltar
Otro de los misterios por resolver es qué va a suceder con Gibraltar. Ya en abril, España consiguió el poder de vetar la aplicación del acuerdo en el Peñón que firmen la Unión Europea y el Reino Unido tras su divorcio. Hasta ahora esto había quedado en un segundo plano, pero la cuestión vuelve a tomar relevancia durante la segunda fase de negociaciones.
Londres y Madrid tendrán que llegar a un acuerdo, bilateralmente, sobre el futuro de Gibraltar. La cuestión fue discutida por última vez en el encuentro que mantuvieron hace diez días Theresa May y Mariano Rajoy en Londres. Por el momento, el presidente del Gobierno español, sigue manteniendo un tono conciliador.
"Me gustaría que estas negociaciones avanzaran rápidamente, España quiere tener la mejor relación posible con el Reino Unido", ha dicho Rajoy al término de la cumbre europea en la que se ha dado el visto bueno a la apertura de las negociaciones del futuro acuerdo. No obstante, España quiere asegurarse de que también podrá decidir qué sucede con el Peñón durante el futuro periodo transitorio, tal y como ha confirmado Rajoy.
El jueves, Theresa May fue despedida por sus colegas europeos con aplausos. Y el viernes, el homenajeado fue Michel Barnier, el negociador europeo para el Brexit. Los líderes de los Veintisiete celebran así que, tras meses de tira y afloja, se ha logrado un primer acuerdo en un tema tan delicado para su futuro como lo es la salida de Reino Unido de la UE. Llegó tarde, pero llegó. Algo es algo.
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