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Arranque sin concesiones de la negociación comercial: Bruselas no se apiada de May
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TRAS LA HUMILLANTE VICTORIA DE LA REVUELTA 'TORY'

Arranque sin concesiones de la negociación comercial: Bruselas no se apiada de May

Los líderes europeos tienen claro que no variarán su posición, truene o nieve en Londres. Pero el probable inicio de la segunda fase puede darle un respiro a la 'premier' británica

Foto: Theresa May a su llegada a la Cumbre de la UE en Bruselas, el 14 de diciembre de 2017. (Reuters)
Theresa May a su llegada a la Cumbre de la UE en Bruselas, el 14 de diciembre de 2017. (Reuters)

David Cameron acostumbraba a llegar a Bruselas pidiendo -o exigiendo, según estuvieran las cosas en casa- concesiones. Los euroescépticos apretaban fuerte, argumentaba Cameron, por lo que convenía que sus socios europeos le echaran un capote. Y todo, para tratar de dar la vuelta al referéndum sobre el Brexit que él mismo había puesto en marcha.

Cameron perdió. Dimitió y se marchó literalmente silbando. Pero el Brexit sigue en pie y el 29 de marzo de 2019 se hará efectivo. Ahora, paradójicamente, corresponde a una tibia defensora de la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea gestionar el divorcio. Se ha perdido mucho tiempo, pero el Brexit por fin se mueve. Este viernes se abre una etapa fundamental que Londres ansiaba: las negociaciones comerciales.

Theresa May llegó a Bruselas este jueves tras sufrir el enésimo revés desde que pasó a primera línea de la política británica. La rebelión, liderada por un miembro de su propio partido contrario al Brexit, logró aunar las fuerzas necesarias para dar aWestminster el poder de debatir y votar el acuerdo final al que se llegue con la UE, antes de que May lo firme.

Foto: Un manifestante contrario al Brexit se manifiesta frente al Parlamento en Londres durante la votación, el 13 de diciembre de 2017. (Reuters)

May reconocía a su llegada a la capital europea que estaba “decepcionada”. Pero lo que se ha vivido como una humillante derrota de la 'premier' en Westminster, no ha causado ni un pestañeo al otro lado del Canal de la Mancha. Tanto Bruselas como las capitales europeas tienen claro que no van a cambiar su posición, ya truene o nieve en Londres.

“No limitará” las negociaciones, ha asegurado el canciller austríaco, Christian Kern, a su llegada a la primera jornada de la cumbre europea. May ha compartido las últimas novedades -derrota parlamentaria inclusive- con sus colegas, que dejan enteramente en su mano encontrar los equilibrios políticos para seguir adelante en las negociaciones.

placeholder Los líderes de la UE al inicio de la Cumbre en Bruselas. (Reuters)
Los líderes de la UE al inicio de la Cumbre en Bruselas. (Reuters)

Un respiro para May: arranca la segunda fase

“Seguimos en el camino” del Brexit, dice May. Este viernes podrá respirar más tranquila, ya que por fin verá a sus socios europeos dar luz verde al arranque de las negociaciones para cerrar el futuro acuerdo que articulará las relaciones entre la UE y Reino Unido.

Esto no significa que no queden aún muchas cuestiones por aclarar de los términos del 'divorcio' entre ambas partes, pero se espera que tras los pasos dados por Londres la semana pasada, los líderes consideren que, ahora sí, se ha logrado “suficiente progreso” para empezar con la segunda fase. Pero no se trata de un cheque en blanco: "Esperamos que Reino Unido actúe de buena fe y que respete los términos, que tienen que ser traducidos a términos legalmente vinculantes tan pronto como sea posible", ha recalcado el presidente del Partido Popular Europeo, Joseph Paul.

De esta depende realmente cómo repercutirá a británicos y europeos el Brexit. Y, aunque por el momento es muy difícil de prever qué forma tomará, el veto que ha adquirido el Parlamento británico sobre el acuerdo ha reforzado la esperanza entre los partidarios de una versión “suave”. “Al final los británicos posiblemente se den cuenta que el Brexit no es la mejor solución para el país", ha dicho Kern. Sin embargo, el diablo está en los detalles y llevará mucho tiempo aclararlos. Tanto, que probablemente se negocie un periodo de transición, para evitar que Reino Unido salte al vacío el 29 de marzo de 2019.

Foto: Varias personas participan en una protesta proeuropea junto al Parlamento del Reino Unido en Londres. (EFE)

Pero no solo May tendrá que lograr mantener el orden en casa. Pese a sus diferencias en temas tan delicados como la migración o las políticas económicas, los Veintisiete países que seguirán en la UE tras el Brexit han mantenido por el momento un frente único, parapetados tras Michel Barnier, el negociador europeo.

Y todo pese a los cantos de sirena británicos, que en un inicio trataron de minar la unidad europea para debilitar la posición negociadora de Bruselas. El reto será mantener esa firmeza durante la negociación de un acuerdo que seguramente irá más allá de los aspectos comerciales y que pondrá a prueba los intereses cruzados de los europeos.

“No tengo ninguna duda de que el verdadero reto para nuestra unidad será la segunda fase de las negociaciones del Brexit”, ha afirmado Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo. El ex primer ministro polaco sabe bien de lo que habla, tras comprobar las tormentas que se pueden desatar al atravesar algunas de las miles de líneas rojas que se cruzan en Bruselas. Pero, como decía Moustache en 'Irma la Doulce', eso es ya otra historia.

David Cameron acostumbraba a llegar a Bruselas pidiendo -o exigiendo, según estuvieran las cosas en casa- concesiones. Los euroescépticos apretaban fuerte, argumentaba Cameron, por lo que convenía que sus socios europeos le echaran un capote. Y todo, para tratar de dar la vuelta al referéndum sobre el Brexit que él mismo había puesto en marcha.

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