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Uruguay retiene la entrega de una menor a su presunto abusador en España
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¿Nuevo 'caso juana' o alegaciones infundadas?

Uruguay retiene la entrega de una menor a su presunto abusador en España

Polémica en el país austral por una serie de decisiones judiciales sobre la restitución de una niña de cinco años a su padre. La justicia considera que no hubo abusos sexuales, aunque admite maltrato

Foto: Protesta en Montevideo contra la restitución de la menor de 5 años a su padre en España, el pasado 3 de octubre de 2017. (Fuente: Facebook)
Protesta en Montevideo contra la restitución de la menor de 5 años a su padre en España, el pasado 3 de octubre de 2017. (Fuente: Facebook)

Es abril de 2016. María y su hija preparan las maletas y cruzan el océano Atlántico, de España a Uruguay. Van a pasar las Pascuas con su familia materna, y la niña viaja autorizada por su padre Pablo. Pasa un mes, llega el 24 de mayo y el vuelo de Iberia abre su puerta de embarque, pero María y su hija no ingresan. Última llamada, pero María y su hija no llegan. Aterriza el avión pero ellas no están.

Pablo ya había aceptado que María se quedara un tiempo más en su país, pero ahora la llama y le pide que vuelva. Sin embargo, en esos días todo ha cambiado: la madre se ha inquietado tras ver unos dibujos de su hija, y ha decidido llevarla a una psicóloga. Tras el trabajo con la pequeña -que hoy tiene cinco años-, la experta concluye que "en sus expresiones verbales y juegos se ven indicadores de abuso sexual por parte del padre". María, además, consulta a una sexóloga que concluye que es "una reacción típica de abuso sexual".

Al menos eso es lo que dice la defensa de la madre ante el juzgado, durante el proceso legal que ha tenido en vilo a Uruguay durante el último año desde que, ante la negativa de la madre a regresar a España, el padre iniciase una solicitud de restitución internacional en julio del año pasado. Los apellidos de María y Pablo no se han hecho públicos, tal y como exige la legislación uruguaya mientras un individuo no haya sido condenado por un tribunal, lo que no ha sido óbice para que el caso haya despertado las pasiones del país, de un modo similar al de la española Juana Rivas. Durante el juicio, la defensa materna afirmó que los profesionales del Instituto Técnico Forense de Uruguay acreditaron que María y su hija habían sido víctimas de violencia. “La niña se muestra muy angustiada por el temor a perder a su madre y las represalias del padre por su viaje a Uruguay", indicaron los expertos, añadiendo que "la niña ha sido espectadora de situaciones de violencia doméstica y protagonista de conductas inadecuadas y violentas por parte de su padre”.

Foto: Juana Rivas (EFE)

El pasado 9 de diciembre, la justicia uruguaya falló sobre el caso. Afirmó que ambas habían sido maltratadas, pero no confirmó que la menor hubiese sufrido abusos sexuales. Señaló que "la felicidad de la niña no depende de su residencia en un determinado país, como sostiene la requerida [María], y que la niña sea restituida, no implica la concesión de la tenencia al progenitor de la misma, ni que puede este visitarla". Además, depositó su confianza en que España continuaría con el proceso judicial y concluyó que "no puede sostenerse que la requerida no accederá a la protección de la niña". En resúmen: la niña debía regresar a España. María apeló la sentencia, y pocos días después la justicia uruguaya concluyó que la restitución internacional solamente se concretaría cuando la justicia española garantizase la protección de madre e hija, lo que permitió ganar tiempo a la familia.

placeholder Amnistía Internacional Uruguay se ha posicionado en contra de la restitución de la menor. (Fuente: Facebook)
Amnistía Internacional Uruguay se ha posicionado en contra de la restitución de la menor. (Fuente: Facebook)

"¿De qué sirvió que lo contara?"

Un día antes del fin de año, María publicó en su Facebook una carta en la que mostraba su tristeza: “Me equivoqué, me equivoqué en pensar que él algún día podía cambiar, en pensar que una relación era 'aguantar'. Me dejé de lado, me olvidé de mí. Me siento culpable porque estas cosas las terminó pagando el ser más amado de mi vida, mi pequeña hija”, comienza su misiva.

“¿De qué sirvió que mi pequeña guerrera lo contara? ¿De qué sirvió que se revictimizara frente a cada prueba que tuvo que dar? ¿Cómo no alcanza todo lo que dijo para que la cuiden y dejen tranquila en el lugar dónde se sintió segura y protegida para contarlo? Solo alguien que haya pasado por esto sabe el dolor, la impotencia, el desgarro, la angustia que genera que lastimen a un hijo, que abusen de él”, continúa el texto. Y relata que durante el proceso, notó que “no solo mi familia y yo veíamos esto como una injusticia, ¡sino que miles de personas apoyaban lo mismo!”. Pero María no manifestaba ninguna intención de seguir luchando: “Yo solo espero que esto que le pasó a mi hija sirva para que esto no vuelva a ocurrir, que no se vuelva a dejar solo y desprotegido a un niño que gritó su verdad".

Foto: Fachada del Tribunal Superior de Justicia de Navarra. (EC)

Sin embargo, sin quererlo, Pablo se convirtió en el mejor aliado de María, al negarse a aceptar las condiciones que se le imponían. Al reclamar, postergó la ejecución de la sentencia durante otros nueve meses.

El pasado septiembre, la justicia uruguaya acreditó que ya se daban las garantías necesarias para que la niña pudiese ser enviada de regreso a España: “Es un hecho incontrovertido que la niña ha sido retenida ilícitamente" en Uruguay, alegaban los jueces, asegurando que "no encontraban razones para denegar la restitución internacional".

placeholder Cartel viral contra la restitución de la menor
Cartel viral contra la restitución de la menor

#MaríaNoSeVa

A partir de ese momento, la justicia establece un plazo de 15 días para que la pequeña vuelva a su país de nacimiento. El día límite es el jueves 5 de octubre. Entonces comienza una nueva batalla. El hashtag #MaríaNoSeVa toma las redes sociales. Cada post está acompañado de un dibujo de trazos aparentemente infantiles, en el que se ve a una niña con dos coletas, arrastrando una maleta con su mano derecha y acompañada de algunos bultos a su izquierda. Al fondo, una puerta azul mucho más grande que la pasajera.

Lo comparten cuentas con millones de seguidores, figuras públicas de Uruguay y distintas instituciones que defienden los derechos de niños y mujeres. Se organizan manifestaciones y el caso se convierte en una causa nacional. Todos, salvo muy pocos, apoyan a la madre. "Decidimos hacer una campaña en las redes para alertar a la población, consideramos que la decisión de la jueza es injusta e inhumana y queremos generar alarma pública", explica a El País de Uruguay la integrante de la Red Uruguaya contra la Violencia Doméstica y Sexual, Andrea Tuana. Pero los días pasan, y mientras la opinión pública se pronuncia cada vez con más fuerza contra lo que percibe como una injusticia, sigue la cuenta atrás.

Foto: Dibujo realizado por Alexandra, víctima de la explotación sexual.

Pablo da una entrevista telefónica desde Vielha, Lérida, al canal de televisión Teledoce y cuenta su versión. “Básicamente creo que fue porque la aconsejaron los abogados. Creo que es eso, porque los malos tratos son los únicos que hacen que una restitución no se lleve a cabo”, dice. Además, asegura que cumplirá con la medida cautelar de prohibición de acercamiento cuando su hija llegue a España: “Mi hija va a estar bien protegida. Va a estar con psicólogos y no me voy a acercar a ella. No les va a faltar nada. Acepté todo con tal de que viniera. Cuento con la verdad y no tengo ningún problema ni me escondo. No la voy a abandonar jamás, no tengo miedo porque digo la verdad. Estoy firme. Amo a mi hija”.

También sale a la palestra el abogado defensor de oficio de la niña, Walter Pristch, y, sin pretenderlo, inclina de forma decisiva la balanza a favor de María. Entrevistado por el canal Teledoce, pide su restitución, asegurando que le llamaría la atención que por primera vez la Corte acepte revisar un caso sobre el que ya fallaron las instancias de apelación. Además, agrega que no nota reacciones negativas de la niña respecto a su padre. “Habló normalmente conmigo durante cinco minutos. Cuando insistí en preguntarle cosas referidas a si quería volver a España y estar con el padre, la niña directamente no me contestaba. Quedó bloqueada con el tema. Eso puede ser un indicio de algo que pasa por su cabeza o pueda estar mareada por todo lo que tiene alrededor”. También brinda una entrevista a la televisión pública de Uruguay, y luego esas imágenes aparecen en un grupo de Facebook creado por el padre de la niña.

"Maniobra fraudulenta de la defensa"

Los abogados de la madre acumulan sospechas y reparos sobre su actuación, y alegan que el desempeño -cuestionable, según ellos- del profesional que debe defender a la menor es un argumento suficiente para pedir la suspensión de la sentencia que conduciría a María y su hija a España. Finalmente, el lunes 2 de octubre, la Suprema Corte de Justicia uruguay se pronuncia y resuelve revisar la orden de que María y su hija de cinco años deban regresar a España, pese a las tres instancias anteriores en las que los tribunales se pronunciaron a favor de su vuelta a Vielha.

“La Suprema Corte de Justicia pone de relieve que la eventual colusión o maniobra fraudulenta del defensor de la niña aparece esbozada en el relato” y en la documentación, dice el presidente del órgano. Los ministros no consideran los otros alegatos por falta de tiempo y abren una instancia de espera indicando que serán estudiados. En una rueda de prensa, el presidente de la Suprema Corte de Justicia de Uruguay, Jorge Chediak, explica que la decisión se debe a que “la niña percibe a la figura paterna como peligrosa y alterante de su tranquilidad, y podría verse psicológicamente perturbada con este viaje en estas condiciones”.

Por ahora, la menor sigue en Uruguay y la familia materna lo festeja. Pero el caso no está cerrado. La corte se tomará tiempo para fallar definitivamente sobre este caso. La solicitud de suspensión esgrime varios motivos, y no ha habido tiempo para revisarlos todos. María ha ganado varias batallas, pero la guerra no ha terminado. El final de la historia, según el presidente del órgano judicial máximo de Uruguay, se sabrá “en algunos meses más".

Es abril de 2016. María y su hija preparan las maletas y cruzan el océano Atlántico, de España a Uruguay. Van a pasar las Pascuas con su familia materna, y la niña viaja autorizada por su padre Pablo. Pasa un mes, llega el 24 de mayo y el vuelo de Iberia abre su puerta de embarque, pero María y su hija no ingresan. Última llamada, pero María y su hija no llegan. Aterriza el avión pero ellas no están.

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